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La línea de Malloak presente en toda la ruta con Balerdi observando cada movimiento. Belauntzaran

Balerdi. El cobijo invernal de Hegoi

Desde sus 1.195 metros de altitud controla cualquier movimiento a kilómetros

Sábado, 25 de diciembre 2021, 09:20

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H egoi reinaba esta semana en Aralar. El dios del viento sur soplaba con fuerza bajo el astro sol y mostraba su rudeza. En ningún momento permitía disfrutar del calor que desprende en otras fechas en nuestra salida por Malloak, la línea de la sierra que comparte numerosos rincones y cimas preciosas entre Gipuzkoa y Navarra.

Balerdi (1.195 m.) es una de ellas. Cima exigente donde las haya. Impone y la ascensión hasta ella exige de cierta preparación y un gran respeto, ya que en algunas zonas reviste cierto riesgo llegar hasta su buzón. Quienes sufren de vértigo deben abstenerse en ese propósito, aunque merece la pena subir hasta la alambrada que marca la muga entre los dos territorios.

Los que disfrutan de la fuerza y el favor de Hegoi son los espectaculares buitres leonados que alzan el vuelo en cuanto siente nuestra presencia junto a ellos. Las enormes aves carroñeras pasan silenciosas a escasos metros de nosotros. Son conscientes de que juegan con ventaja ya que un considerable abismo nos separa aunque parezca que podamos tocarlos con la punta de los dedos. Nos impresiona su poder en el aire y su majestuosidad cuando despliegan totalmente sus enormes alas, mientras sentimos incluso, cierto reparo al sentirlos tan cerca. Ajenos a nuestras miradas, los buitres desaparecen en el horizonte, de camino a Larrunarri, tras haber volado sobre Arritzaga, el valle de minas de Amezketa. .

Riqueza natural y patrimonial

El que resulta más esquivo es 'Kiriku'. El quebrantahuesos que ha anidado en la sierra de Aralar, aunque no se deja ver tan fácilmente. Esta rapaz macho nació en la Foz de Arbaiun y se asentó en Aralar en 2011. Cinco años más tarde recibió la visita de Muel, una hembra de su especie y en 2017 llegó Eder. Por lo tanto, estos quebrantahuesos planean sobre Aralar. Los detalles de su vida, así como el patrimonio natural, medio ambiental y cultural de la sierra en la muestra de la Fundación y la Sociedad de ciencias Aranzadi 'Aralar, la mirada de Kiriku' que se puede visitar en Casa Antonea, sede de la Fundación Astiz Irujo de Lekunberri.

Información MIDE:

  • Acceso: Por la N-1 dirección Vitoria-Gasteiz, coger la salida 431 de Alegia, para tomar la GI-2133 hasta Ugarte, siguiendo el cruce a Bedaio.

  • Horario: El paseo desde Bedaio hasta Balerdi ronda las 4.30 horas. Una ruta con exigencia física y zonas de roca de dificultad considerable en cuanto a seguridad se refiere

  • Distancia: 11,20km

  • Desnivel positivo: 998 m

  • Severidad del medio 4

  • Dificultad orientación: 4

  • Dificultad del terreno: 4

  • Esfuerzo necesario: 4

El patrimonio natural, medio ambiental y cultural de la sierra de Aralar es más que reseñable a uno y otro lado de Malloak. Bedaio es un claro reflejo de ello. El barrio rural tolosarra, situado a 17 kilómetros del centro urbano de la villa papelera, cuenta entre sus caseríos con algunas joyas arquitectónicas guipuzcoanas, como Gurbila Haundi, el de mayor tamaño del territorio que cuenta con una inscripción con el año 1740, o Illorreta, un caserío documentado desde 1860 y una impresionante fachada. Ya en en el centro del barrio se encuentra la parroquia de la Natividad, datada del siglo XVI y en cuyo interior ya no se encuentran 'argizaiolak', tras su rehabilitación. Tras una consulta en la web 'Bertan', en su apartado cultural de Gipuzkoa, se recoge que la cita más antigua de este barrio tolosarra aparece en Gorosabel, en su 'Bosquejo': «Advierto por último que aparece que Juan Martínez de Barcaiztegui, dueño del lugar de Bedayo, reconoció la jurisdicción de Tolosa en 8 de junio de 1544».

En la misma fuente se puede leer que en una ordenanza dada en el año 1773, se indica que el barrio de Bedaio pertenece «al poseedor del palacio y torre-fuerte de Berástegui, como patrón divisero y dueño absoluto que es del expresado barrio, sin reconocimiento de otro dueño en toda la jurisdicción, por pertenecerle todas sus tierras, casas, montes, aguas, diezmos y primicias».

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Galería. Las mejores imágenes de la subida a Balerdi. Belauntzaran

Siglos después, la proximidad con otras localidades navarras hicieron que Bedaio fuera zona de paso de contrabandistas. De hecho, es conocido el paraje de Zarate, donde los miqueletes eran los encargados de controlar el paso de lugareños, mercancías y animales con el objetivo de controlar el estraperlo.

Zarate es un punto muy transitado, en la actualidad, por mendizales que se dirigen a cualquiera de las cimas de Malloak. Este lugar es mencionado por diferentes estudiosos por la posibilidad de que Iñigo de Loyola, herido en el sitio de Pamplona, fuera llevado hasta su casa solar por este camino del paso de Zarate. En la actualidad, esta bonita ubicación a los pies de Balerdi es punto de encuentro durante los meses de verano al organizarse en el mismo numerosas actividades culturales.

Ascenso desde Bedaio

Testigo y guardián silencioso de todos los pasajes acontecidos en Bedaio, Balerdi (1.195 m.) permanece majestuoso frente a frente con Larrunarri, la joya de Aralar. Ningún movimiento en caseríos o rincones del bonito barrio tolosarra pasan desapercibidos a la gran mole. En su cima predomina la piedra, que la convierte en una verdadera joya de la sierra de Aralar, conocida además como Mallozar o Mallozarreko punta y Astoango. Se sitúa en un extremo del cordal de Malloak. Su imagen es espectacular desde cualquier punto desde el que se comience su ascenso. Sus límites se sitúan en la localidad navarra de Azkarate ( 460 m. ), además en Uztegi y Bedaio.

El ascenso desde Bedaio es exigente tanto por la dureza del terreno como el desnivel que presenta hasta su cima. Las marcas blancas y amarillas nos guían desde Bedaio hasta la cima de Balerdi. Junto a la sociedad Artubi, frente al frontón municipal, encontramos unos postes indicativos que nos guían hasta nuestro objetivo de esta semana.

El trayecto presenta una pendiente continua, como es de esperar, y poco a poco nos eleva mientras disfrutamos de las vistas. El barrio tolosarra rezuma silencio y tranquilidad. Un rebaño de ovejas y algunas yeguas pastan plácidamente en el camino que seguimos atravesando con diferentes verjas metálicas y de madera para evitar el paso del ganado. A un ritmo tranquilo alcanzamos unas preciosa zona boscosa que dejamos atrás hasta llegar a un cruce en el que nos encontramos otro nuevo poste indicativo que nos conduce por pistas forestales hasta el cruce de la ruta que enlaza desde Amezketa. Dejamos ese camino y seguimos las marcas blancas y rojas por una zona de pastos hasta enlazar con una nueva pista forestal por un pinar. La pendiente vuelve a ser más pronunciada. Las marcas vuelven a ser blancas y amarillas en nuestro camino hasta Urreako haitza primero y Artubi después.

Las vistas, magníficas, con la mayoría de las principales cimas guipuzcoanas en frente: Aiako Harria, Otsabio, Udalatx, Larrunarri, Hernio, Erlo... Impresionante estampa. Una excusa perfecta para hacer un alto en el camino y recuperar el aliento. No hay prisa, la cima no se va a mover. Nos espera impasible. Nuestro primer objetivo es Artubi, para después pasar la alambrada y dirigirnos a Balerdi. El viento nos impide acercarnos hasta el buzón, pero subir hasta allí ha merecido la pena. Podemos ver hasta los Pirineos. Un regalo.

El regreso lo realizamos siguiendo la misma ruta para acabar reponiendo fuerzas en Abaetxe.

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