Termina el desmontaje del andamio quemado de Notre-Dame

El andamio, que representaba una grave amenaza para la estructura de la catedral gótica, había sido colocado antes del siniestro para restaurar la flecha de la catedral, construida por el arquitecto Eugène Viollet-le-Duc en el siglo XIX. Pesaba 200 toneladas y estaba compuesto por 40.000 piezas, la mitad de las cuales estaban situadas a más de 40 metros de altura. La flecha se desplomó durante el incendio, pero el andamiaje se mantuvo en pie.

El desmontaje de este entresijo de hierros comenzó el pasado 8 de junio. «Esta operación, sin precedentes y muy compleja, fue preparada minuciosamente», según el organismo público encargado de la conservación y restauración de Notre-Dame de París.

Gracias a otro andamio construido para ello, los trabajadores han podido bajar con cuerdas y arneses hasta la estructura dañada. Han tenido que cortar con la ayuda de sierras las piezas y retirarlas una a una, ya que los tubos metálicos habían quedado soldados entre sí por el fuego. Las partes más accesibles se retiraron con ayuda de una grúa.

Un año y siete meses después del incendio de Notre-Dame, las labores de restauración propiamente dichas no han empezado todavía. Hasta ahora, se han realizado obras de consolidación del edificio para evitar que se derrumbara el edificio.

Tras el desmontaje del andamio, comienza una nueva fase en las obras. Se empezará por instalar «un paraguas provisional» para proteger el crucero de la catedral de las lluvias y se realizaran labores de consolidación de la bóveda del crucero y de limpieza de las cuatro bóvedas adyacentes.

Esta última operación permitirá a los arquitectos en jefe de los monumentos históricos «afinar su diagnóstico» sobre el estado real de la bóveda de la catedral antes de poder comenzar las obras de restauración del edificio.

La catedral, situada en el corazón de París, permanece cerrada al público desde el día del incendio y rodeada por una valla. El general Jean-Louis Georgelin, responsable del organismo encargado de la restauración de Notre-Dame, confía en que la catedral pueda abrirse al culto en 2024. Pero las obras en el exterior, que han sufrido varios retrasos por las labores de descontaminación de plomo alrededor del edificio y por la pandemia de covid-19, podrían prolongarse aún más tiempo.

El presidente francés Emmanuel Macron se propuso como objetivo restaurar la catedral en cinco años, justo a tiempo para los Juegos Olímpicos de París en 2024. La aguja de la catedral se restaurará idéntica a la que construyó Viollet-le-Duc y que quedó destruida en el incendio.