Giuseppe Sala, alcalde de Milán. Marco Ottico (EFE)

«Si cae Milán, cae el sistema sanitario de Lombardía»

El alcalde de la capital financiera de Italia advierte de la «epidemia económica» que está provocando el coronavirus

darío menor

Corresponsal en Roma

Jueves, 2 de abril 2020, 20:33

Con sus más de 1,4 millones de habitantes, Milán es la gran preocupación de las autoridades sanitarias italianas en la pandemia del coronavirus. Las cercanas Bérgamo y Brescia, ambas ciudades de medianas dimensiones, son los territorios más castigados por la COVID-19, pero la capital lombarda se ha librado hasta el momento de registrar un alto número de infectados. «Hemos sufrido menos que Bérgamo o Brescia. De los 46.000 casos en la región de Lombardía, en la provincia de Milán hay 10.000 y unos 5.000 en la ciudad. Seguimos diciéndole a la gente que se quede en casa, porque la batalla no está vencida. Si cae Milán, cae todo el sistema sanitaria lombardo, esto es bastante evidente», advirtió Giuseppe Sala, el alcalde de la capital económica de Italia, en un encuentro telemático celebrado este jueves con varios medios internacionales, entre ellos este diario.

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La pandemia del coronavirus supera ya los 115.000 contagiados en Italia, de los que más de 18.000 se han curado y cerca de 14.000 han fallecido. En las últimas 24 horas se registraron 4.600 nuevos infectados y 760 decesos, datos en línea con los días anteriores. «Los valores muestran que nos estamos estabilizando», destacó Angelo Borrelli, jefe de la Protección Civil y comisario especial para esta emergencia. La cifra real de muertos podría no obstante ser mucho más alta. En Milán los fallecidos el pasado mes de marzo fueron un 76% más que en el mismo período del año pasado y un 78% más que en marzo de 2018. Se teme que muchos de esos decesos estén provocados por el coronavirus, aunque no se hayan registrados en las estadísticas oficiales de la pandemia. «Por desgracia también nosotros estamos dando nuestra contribución», reconoció Sala.

«La situación es grave. La gente debe prepararse para una fase difícil y larga hasta que no haya una vacuna. Es posible que después de que se levanten algunas restricciones haya que volver a establecerlas si se produce una anomalía. Los milaneses están pasando una epidemia desde el punto de vista de la salud, pero que también es económica», comentó el regidor de la capital financiera del país, advirtiendo de que el Ayuntamiento cada vez recibe más peticiones de ayuda de la población aunque las arcas municipales cuentan con menos fondos. En el sector inmobiliario, por ejemplo, se esperaban este año hasta 13.000 millones de euros en inversiones, que se han esfumado en su mayor parte. Lo mismo ocurre con el turismo. En 2019 hubo 10 millones de visitantes a la capital lombarda, mientras que en 2020 se quedarán probablemente en una décima parte.

Pensando ya en la siguiente fase de la pandemia, Sala ofreció a Milán como ciudad piloto para el uso de una aplicación de móviles similar a la utilizada en Corea del Sur que permita controlar los movimientos de las personas y mejorar la prevención de los contagios. «Soy muy favorable, siempre que se respete la privacidad y sea voluntaria», comentó Sala, que auguró que la vuelta al trabajo cuando los casos comiencen a caer podría ser escalonada según la edad. «Tal vez tengan que empezar antes las personas de menos de 50 años, que tienen más resistencia a la enfermedad».

Miembro del Partido Democrático (centro izquierda), Sala se mostró de acuerdo con la regulación de los inmigrantes que trabajan en el sector agrícola para garantizar el suministro de alimentos, como propuso el alcalde de Bérgamo, Giorgio Gori. «No se trata de ser más o menos buenista, sino de tutelar el tejido económico y social del país», explicó el regidor de Milán. La Liga puso el grito en el cielo ante esta propuesta. El líder de ese partido, Matteo Salvini, arremetió además contra la UE al asegurar que, en esta crisis, los italianos están recibiendo de Bruselas «muchas palabras y humo, pero cero sustancia».

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