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El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, durante la cumbre comunitaria celebrada este viernes. EFE
La UE, dividida por el fondo de recuperación, fía el pacto a otra cumbre en julio

La UE, dividida por el fondo de recuperación, fía el pacto a otra cumbre en julio

Tras fijar los líderes sus posiciones en una cita de tanteo, arranca la «autentica negociación»; apenas tres semanas para romper el bloqueo

Salvador Arroyo

Bruselas

Viernes, 19 de junio 2020, 15:52

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Se ha constatado un consenso emergente, positivo, pero no podemos infravalorar las dificultades». La reflexión de Charles Michel, el presidente del Consejo Europeo, la institución que coordina a los líderes, refleja lo sucedido en las algo más de cuatro horas de la cumbre virtual celebrada este viernes. Nada sorprendente. La cita era necesaria porque por primera vez los jefes de Estado y Gobierno de la UE cruzaban impresiones sobre el plan de recuperación de la Comisión Europea; los 750.000 millones anclados a un presupuesto plurianual de 1,1 billones. Útil para la política de tanteo. Pero poco más.

Porque como añadiría después el político belga, «las auténticas negociaciones comienzan ahora» (sí, «ahora», aunque llevamos más de tres meses de pandemia y otro tanto hablando de 'plan Marshall'). La cuestión es que se abre un sprint de tres semanas en el que acotar las diferencias. Y el desenlace se fía a otra cita de alto nivel para «mediados de julio». Lo previsto. Ésta sería –si el patógeno lo permite– la primera presencial en Bruselas desde febrero. Volverían los confesionarios, bilaterales, y 'pasillos' (imposibles con la 'webcam') que «facilitarían» el consenso.

Tres semanas más (al menos). Lo positivo es que los Veintisiete parecen asumir la urgencia. Perciben que eternizarse en esta negociación política no les llevará a nada bueno. Primero por razones prácticas (el modelo de fondo es complejo y requiere un importante trabajo de desarrollo técnico; además debe ser ratificado por la Eurocámara y por los parlamentos nacionales lo antes posible para tenerlo preparado en diciembre). Y segundo, no menos importante, por la necesidad de mandar un mensaje claro de cohesión a los ciudadanos y, por supuesto, a los mercados.

Christine Lagarde, presidenta del BCE, se lo volvió a advertir este viernes. «La economía de la UE está cayendo dramáticamente». La francesa, les habló de un desplome del 13% del PIB en el segundo semestre (la contracción será del 8,7% en el conjunto del año). «Y lo peor en el mercado laboral está aún por llegar», añadió. Según Reuter, les advirtió de que el desempleo repuntará hasta el 10%. Todo en la línea de lo que viene avisando desde hace semanas: hay «urgencia», demorar el plan paneuropeo será «negativo», disparará «los costes de la crisis» y pondrá en riesgo la tímida y frágil recuperación que brotó con el desconfinamiento.

En el punto de partida

Y sí, a efectos prácticos la negociación política está en el punto de partida. Con esa misma situación de bloqueo marcado entre el frente frugal (Países Bajos, Austria, Suecia y Dinamarca) y el sur (con Francia, Italia y España a la cabeza) que se ha aireado públicamente desde que Von der Leyen lanzó su propuesta. Todos los socios asumen que tiene que haber una emisión de deuda para financiar subsidios y créditos (Von der Leyen fija en medio billón el volumen de los primeros y en 250.000 los segundos).

Pero no hay consenso ni en la proporción que ha de fijarse para esa doble fórmula ni en la dimensión del propio fondo o del presupuesto plurianual ni en la condicionalidad (si ha de endurecerse exigiendo reformas estructurales a los beneficiarios). Tampoco sobre los criterios técnicos que deben sustentar el reparto (el PIB o la horquilla temporal de los datos de desempleo, por ejemplo) ni el periodo de prevalencia del fondo (hasta 2022 o hasta 2024 como propone Bruselas).

«Hay quienes piensan que el volumen es demasiado alto. Hay quienes solo quieren subsidios. Otros están totalmente centrados en los créditos...», relató Angela Merkel. Alemania asumirá la presidencia rotatoria de la UE el próximo 1 de julio. «Estamos decididos a alcanzar un acuerdo rápido porque las implicaciones de la pandemia son muy graves», añadió la canciller consciente, eso sí, que «los puentes que tenemos que construir aún son grandes».

Tanto que el holandés Mark Rutte, abanderado del club austero, puso incluso en duda la posibilidad de que lograr el pacto antes del parón vacacional. «Es posible que necesitemos más sesiones», dijo. Y mientras el austriaco Sebastian Kurz, insistía en que el fondo de recuperación «debe estar firmemente anclado en reformas y apoyar las transiciones verdes y digitales». Así que todo pivota sobre cuánto dinero, cómo se distribuye y que se va a exigir a cambio.

Y, como en todo acuerdo, habrá concesiones. En este punto, el temor está en el adelgazamiento del fondo. Y eso es algo que el Parlamento Europeo, que tiene la última palabra, no asumirá. «No aceptaremos ninguna concesión ni rebaja de la posición inicial». «Ningún paso atrás», avisó a los líderes su presidente, David Sassoli.

Tanto Emmanuel Macron (Francia) como Giuseppe Conte (Italia), Antonio Costa (Portugal) o Pedro Sánchez enfatizaron las bondades del plan de la Comisión Europea y apelaron a la consecución del acuerdo en julio. De nuevo, está por ver.

El 'brexit' y las sanciones a Rusia

Los mandatarios europeos también tuvieron este viernes en su menú los últimos de la negociación de la UE con Reino Unido para la era 'pos brexit'. Segundo plato indigesto.

Von der Leyen y Michel, les pusieron al día tras conversar el lunes con Boris Johnson. «Hay importantes divergencias que resolver», simplificó la alemana. Lo ya sabido.

El Consejo_Europeo también confirmó que amplía seis meses más las sanciones a Rusia por su conflicto con Ucrania y la anexión de la península de Crimea.

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