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Precio de la suscripción 4,95€/mesVer a alguien pedalear en Tel Aviv es prácticamente misión imposible. Y eso que el Giro de Italia salió hace unos meses a escasos kilómetros de distancia... Las carreteras de esta ciudad de prácticamente medio millón de habitantes situada a orillas del Meditérraneo están colapsadas y las bicicletas convencionales, las de toda la vida, han dejado paso a las eléctricas. Aunque, sobre todo, son los patinetes los que han 'invadido' el municipio.
No piensen que el problema legislativo relacionado con este invento del siglo XXI lleva la txapela puesta. No solo Donostia se ve obligada a tomar medidas para regular su uso. Las grandes ciudades los sufren aún más, como se ha visto a lo largo de las últimas horas en Barcelona.
A más kilómetros de distancia, en Tel Aviv, conviven con ellos desde hace ya bastante tiempo y, aunque se trate de una solución para combatir la contaminación (a fin de cuentas, es gente que deja de ir en coches o motos), los patinetes y bicis eléctricas también causan problemas en una ciudad donde eso de conducir hay que tomárselo con mucha paciencia.
Sobre todo los jóvenes, con el fin de evitar los atascos, han decidido dar el salto del coche a las dos ruedas hasta un punto en el que muchos ciudadanos locales lo consideran ya una auténtica 'invasión'.
A poco más de 70 kilómetros de Jerusalén -una ciudad repleta de colinas- se encuentra la llana Tel Aviv, donde el escenario es ideal (también el clima) para circular en este método de transporte cuyo peligro es el mal uso que se le puede llegar a dar. Alcanzan velocidades que superan incluso los 30 km/h y esto es algo que gusta a los jóvenes. Los vendedores lo saben y es esa la razón por la que un breve paseo por el centro de la ciudad sirve ya no solo para encontrarte con cientos de patinetes, sino con tiendas en las que se venden los últimos modelos, cada vez más equipados.
Recientemente, un peatón fue atropellado por el conductor de uno de estos patinetes. El Ayuntamiento se ha visto obligado a tomar medidas ante el incesante aumento de estos vehículos y ya multa a quienes circulan por las aceras. Se antepone, por tanto, la seguridad del viandante.
Tamy, una joven peruana que reside desde hace años en Tel Aviv, señala que «a partir de enero, se deberá circular con casco. Los patines son un buen medio de transporte, pero hay que tener cuidado. Ahora tienen que ir por la carretera porque no hay suficientes carriles bici como para moverse por toda la ciudad».
Según fuentes locales, en noviembre, en una sola semana se sancionó a más de cien personas que, en algunos casos, circulaban con un acompañante sobre el mismo vehículo.
Complicada solución para Tel Aviv, una ciudad en la que circular en coche es una auténtica odisea pero a la que, la 'invasión' eléctrica, ya ha llegado. Y tampoco se atisba una manera para que su uso no ponga en peligro a nadie.