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Soldados estadounidenses disparan una pieza de artillería de obús en la base Seprwan Ghar, en el sur de Afganistán. REUTERS
EE UU quiere que el líder afgano comparta el poder con los talibanes

EE UU quiere que el líder afgano comparta el poder con los talibanes

La propuesta pretende evitar que el vacío de poder que provoque en mayo la salida de las tropas sea aprovechado por los violentos

mercedes gallego

Corresponsal. Nueva York

Lunes, 8 de marzo 2021, 22:05

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De entre todos los desaguisados que el Gobierno de Joe Biden ha heredado de Donald Trump, Afganistán tiene fecha para estallar. El 1 de mayo vence el plazo estipulado para la salida de los 2.500 soldados estadounidenses que quedan en el país, invadido tras los atentados del 11-S del que este año se cumplen dos décadas.

Biden comparte con Trump el deseo de acabar esa guerra desde que era vicepresidente de Obama, pero no a cualquier precio. Trump tenía prisa porque quería sumar ese éxito a su ristra de promesas cumplidas de cara a la campaña electoral. El vacío de poder que dejarían las tropas americanas sería ocupado inmediatamente por los talibanes, algo tan celebrado para el grupo que uno de sus líderes dijo a la cadena CBS «cuando Trump dio positivo, nos preocupamos».

Lo mismo opina el secretario de Estado, Antony Blinken, que ha propuesto al presidente afgano, Ashraf Ghani, un plan para que comparta el poder con los talibanes en un gobierno de transición que apruebe una nueva Constitución y convoque elecciones. Ghani, por supuesto, se ha negado en redondo. «Nunca nos inclinaremos a un acuerdo por parte de personas que ponen en peligro nuestro sistema, los avances democráticos y el derecho de la población a votar», contestó en la cadena afgana Tolo TV el vicepresidente primero, Amrulá Salé, que considera la demanda «ilegítima».

LAS CLAVES:

  • Demanda «ilegítima». Kabul se ha negado de lleno a conformar un gobierno de transición con los insurgentes

  • Una apuesta arriesgada. El plan de Washington contemplaría aprobar una nueva Constitución y celebrar elecciones

La propuesta de ocho páginas le llegó a él, a Ghani y al presidente del Alto Consejo para la Reconciliación Nacional de Afganistán, Abdulá Abdulá, dos días antes de la visita del enviado especial de Washington para Afganistán, Zalamay Khalil, la semana pasada. Sin embargo, el Departamento de Estado no ha querido confirmar ni negar su envío, que habría llegado acompañado de una carta personal de tres páginas del secretario de Estado estadounidense. «Lo estoy poniendo muy claro para que entiendas la urgencia de mi tono», le dijo Blinken, según 'The Washington Post'. Según él, la idea de cumplir con el pacto de retirada sigue sobre la mesa, aunque son muchas las voces que apuestan por prorrogar la salida.

Con ello se intenta evitar «una primavera sangrienta», aunque Ghani se resista a ceder el poder que ha ganado en las urnas. «Mi poder descansa en mi legitimidad. En el momento en que la pierda, se acabó. Todo implosionará», había adelantado a la revista 'New Yorker'. Y la verdad es que, ¿por qué querría compartir el gobierno con la misma banda de extremistas insurgentes que ha aterrorizado al país?

Los talibanes creen que están ganando la batalla militar y es solo cuestión de tiempo recuperar el control, particularmente si los estadounidenses se retiran. Con todo, muchos están cansados de ser vistos en el mundo como unos parias y prefieren una paz negociada que les granjee legitimidad. Washington propone pasos muy concretos que incluyen declarar el islam como la religión oficial del país. El plan detalla hasta el número de jueces y vicepresidentes que nombraría cada parte en el supuesto gobierno de transición.

Conferencia de paz

Como alternativa, el Ejecutivo de Biden propone celebrar una conferencia de paz en algún lugar como Turquía, donde se reúnan los actores regionales bajo el paraguas de Naciones Unidas y se adopte un alto el fuego de tres meses para crear «un gobierno de unidad», entre otras medidas. A juicio del Ejecutivo afgano, los estadounidenses pueden celebrar una conferencia de paz «cuando quieran» para decidir el futuro de sus tropas, pero no el de Afganistán.

«Necesitamos paz, pero nunca aceptaremos una paz impuesta o con coacciones. Lograremos una paz con dignidad», declaró Salé con contundencia.

En Washington, donde ni siquiera se reconoce la legitimidad del documento que publicó el domingo Tolo News, cunde la preocupación por la falta de avances de las conversaciones de Doha iniciadas en 2018 por el Gobierno de Trump y el aumento de la violencia en el país. «Hemos heredado un proceso diplomático y un acuerdo», atajó una fuente a 'The Washington Post'. «Estamos intentado resolver estos temas pendientes».

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