Borrar
Las 10 noticias clave de la jornada
El presidente chino Xi Jinping asiste a la primera jornada de la reunión anual de su Asamblea Nacional Popular (ANP) en Pekín, China EFE
China se marca crecer más del 6% tras el coronavirus

China se marca crecer más del 6% tras el coronavirus

Con sus 3.000 diputados protegiéndose con mascarillas, arranca la reunión anual del Parlamento orgánico del régimen para fijar los objetivos de 2021 y del nuevo Plan Quinquenal

pablo m. diez

Pekín

Viernes, 5 de marzo 2021, 09:16

Necesitas ser suscriptor para acceder a esta funcionalidad.

Compartir

Bajo una espesa nube de contaminación que se ha comido los colores y convertido a Pekín en una ciudad en blanco y negro, este viernes ha arrancado la Asamblea Nacional Popular de China, reunión anual de su Parlamento orgánico. Menos el presidente Xi Jinping y la cúpula del régimen, los casi 3.000 diputados reunidos en el Gran Palacio del Pueblo llevaban mascarillas, pero no para protegerse de la polución, sino del coronavirus.

Sacando pecho de su control de la epidemia, la Asamblea ha recuperado este año su fecha habitual de principios de marzo bajo fuertes controles para evitar contagios. Venidos de todo el país, algunos con sus trajes tradicionales, los diputados han debido someterse a pruebas PCR y cuarentenas en hoteles, al igual que los pocos periodistas y diplomáticos autorizados a asistir a la inauguración. Por lo demás, la apertura de la Asamblea ha seguido su parafernalia habitual: la orquesta militar tocando la «Marcha de bienvenida» al presidente Xi entre las palmas de los diputados, los policías y soldados patrullando por Tiananmen para impedir las protestas de los «peticionarios» (agraviados por las injusticias del sistema) y el discurso del primer ministro, Li Keqiang, eso sí más corto que en circunstancias normales.

En su alocución, de algo más de una hora, Li ha marcado como objetivo que la economía china crezca este año «por encima del 6 por ciento». Aunque esta es la cifra que el régimen considera necesaria para generar empleo en un país tan poblado como China, en realidad se trata de una meta modesta porque la previsión es que el Producto Interior Bruto (PIB) rebote en 2021 hasta el 8 por ciento tras el coronavirus. Al margen de que se consiga o no, y con independencia de la fiabilidad de los datos chinos, el objetivo es crear once millones de empleos urbanos para mantener el crecimiento y la sacrosanta estabilidad social.

Para fomentar la economía, el primer ministro ha anunciado nuevas reducciones de impuestos a la pequeña y mediana empresa y ha vuelto a abogar por el comercio global. Tras el acuerdo de inversiones firmado con la Unión Europea y la constitución en Asia-Pacífico de la Asociación Económica Regional Integral (RCEP, en sus siglas en inglés), Li ha propuesto «acelerar las negociaciones de libre comercio con Japón y Corea del Sur». Con Estados Unidos, apostó por mejorar las relaciones tras la marcha de Trump para alcanzar «una coexistencia pacífica y un desarrollo común», pero no mencionó como el año pasado la Fase 1 del acuerdo suscrito para poner fin a la guerra comercial.

Consciente de los retos externos a los que se enfrenta China, cuya imagen ha quedado muy deteriorada por la ocultación inicial de la pandemia y su impacto económico y en vidas humanas en todo el planeta, Li reconoció también las principales dificultades domésticas. Entre ellas destacan un consumo interno y una inversión privada que no acaban de despegar por las incertidumbres que todavía plantea el coronavirus, que amenazan a los pequeños y medianos empresarios y lastran la creación de empleo.

Para superar tales retos, abogó por la innovación tecnológica, una de las claves del nuevo Plan Quinquenal (2021-2025) que aprobará la Asamblea durante esta semana. Con un aumento del 10,6 por ciento en el gasto público en esta materia, Pekín pretende que la inversión en investigación y desarrollo (I+D) suba cada año al menos un 7 por ciento durante el próximo lustro.

Además, avanzó que la edad de jubilación, que ahora está en 60 años para los hombres y 55 para las mujeres, se alargará para hacer frente a las pensiones en el futuro, que también exigirán un «apropiado índice de fertilidad» por el envejecimiento de la población y la reducción de la natalidad.

Otro de los datos más esperados de su discurso era el presupuesto militar, que este año se elevará un 6,8 por ciento hasta los 1,3 billones de yuanes (175.000 millones de yuanes). Oficialmente, son solo dos décimas que el año pasado, cuando experimentó su menor incremento desde 1989, en medio de la creciente tensión por las disputas territoriales en el mar del Sur de China, en la frontera con la India y con Taiwán. A esta isla, que es independiente «de facto» y cuya soberanía es reclamada por Pekín, Li volvió a advertir veladamente contra el separatismo y pidó «promover la mejora pacífica de las relaciones y la reunificación».

La Asamblea Nacional también aprobará una reforma de la ley electoral de Hong Kong para vetar a la oposición demócrata exigiendo un juramento de lealtad y solo candidatos «patriotas» en las elecciones locales. «Nos defenderemos de la interferencia de fuerzas extranjeras en los asuntos de Hong Kong», anunció el primer ministro para justificar la creciente represión en la antigua colonia británica tras las violentas protestas de 2019 reclamando democracia. En cambio, no hizo mención ni al Tíbet ni a Xinjiang, región que está en el ojo del huracán por las denuncias internacionales contra los campos de reeducación para los musulmanes de la etnia uigur.

Bajo la niebla que envuelve estos días Pekín por la contaminación, Li Keqiang recordó el objetivo de China de alcanzar la neutralidad en emisiones de carbono en 2060, pero admitió que seguirán aumentando hasta llegar a su pico en 2030. Y es que hay cosas que no cambian en China pese al coronavirus, como la polución y la apertura de esta nueva reunión anual de su Parlamento orgánico para fijar los objetivos del régimen en el mundo pos-pandemia.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios