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Imagen del frontón de Tianjin, con motivos de pelotaris en su fachada, en la primera mitad del Siglo XX.
Los templos chinos de la pelota

Los templos chinos de la pelota

Ciudades como Shanghai y Tianjin contaron con dos de los mayores frontones que hayan existido

El Diario Vasco

Lunes, 2 de enero 2017, 17:06

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El entonces vicecónsul español en Shanghai, Julio Larracoechea, publicó en 1941 una novela titulada 'Ramonchu en Shanghai. Presencia de un español por tierras de Asia'. Narraba la historia de Ramón Aldabe, un pelotari profesional que pasó parte de su vida en China, disputando partidos en varios de los frontones que llegó a tener el país asiático. Sí, hubo jai-alais en China.

La pelota vasca comenzó a ganar en popularidad a nivel mundial en los albores del Siglo XX. La cesta punta, una de las modalidades más espectaculares de este deporte, llamó la atención de la burguesía y la realeza españolas que veraneaban en San Sebastián. Su popularidad extendió la cesta punta por distintas regiones del estado y la construcción de los primeros frontones en Madrid dio a conocer esta disciplina a nivel internacional.

La pelota vasca fue deporte olímpico en los JJ.OO. de París 1900 y 1924, lo que supuso un fuerte impulso para darse a conocer en el exterior. Estados Unidos, uno de los países donde más pasiones levantó la cesta punta, tuvo su primer frontón en 1904, para hacer demostraciones de dicho juego de pelota vasca con motivo de la Exposición Universal de Saint Louis (Missouri) de ese mismo año.

La cesta punta se convirtió en un fenómeno a nivel mundial y los frontones se reprodujeron a lo largo y ancho del globo. La Habana tuvo su primer jai-alai en 1901; Lima, en 1906; Miami, en 1926; Ciudad de México, en 1929; Tijuana, en el 47.

La clave de su éxito pasaba por su relación con la apuesta. Ciertos empresarios vieron en la cesta punta un espectáculo vistoso, rápido y peligroso. Todo ello, unido a a las oportunidades de apuesta que ofrece un deporte como este, hizo que la cesta punta calara en sociedades muy diferentes. Y así pasó en China, un país donde el fenómeno del juego y las apuestas cuenta con un poderoso arraigo.

El Jai-Alai Auditorium -o Central Auditorium- de Shanghai abrió sus puertas el 7 de febrero de 1929. Su construcción estuvo promovida por el banquero francés Felix Bouvier y fue dirigido por Haig Assadourian, un empresario egipcio de origen armenio. La inauguración del recinto contó con la presencia, entre otros, del pelotari José María Arancibia Berasaluze.

Con el tiempo, los responsables del frontón fueron contratando más pelotaris de Euskadi, hasta el punto llegar a formarse una pequeña colonia. El Jai-Alai Auditurium albergó partidos con grandes nombres del momento como el de José Garate, medalla de oro en París 1924 y que jugó en Shanghai entre 1932 y 1939.

En 1934, el frontón de Shanghai, que en aquel tiempo ya contaba con aire acondicionado, fue reformado para ampliar su aforo a un total de 3.000 espectadores y emplear a 4.000 trabajadores. El 20 de septiembre de ese mismo año se inauguró el S.A.I Forum de Tianjin, un espectacular frontón diseñado por el arquitecto italiano Bonetti y el suizo Kessler cuya característica torre a modo de faro puede contemplarse todavía a día de hoy.

El promotor del S.A.I Forum, el empresario italiano V. Fumagalli, contó con el apoyo de Gian Galeazzo Ciano, yerno de Benito Musolini. Conocidos pelotaris del momento jugaron en Tianjin en los años 30. Entre ellos, José María Iriondo Urquidi lo hizo desde 1934 hasta 1938. Durante su estancia en la ciudad nació su hijo Jose María, quien siguió los pasos de su padre en la pelota y se convirtió, así, en el primer pelotari chino de la historia.

Declive y reconversión

Como ya ocurriera en otros países, la pelota tuvo un paso tan exitoso como fugaz por China. El declive del frontón de Shanghai comenzó en 1937, cuando la ciudad fue bombardeada por el ejército japonés. Los partidos de pelota se mantuvieron por la noche durante la ocupación nipona de la ciudad, pero la afición fue decayendo hasta su cierre definitivo en 1944. En 1944 el edificio pasó a llamarse 'Zhonghua' y en 1975 se convirtió en el Gimnasio del Distrito de Luwan.

El frontón de Tianjin, una vez dejó de albergar partidos de pelota, fue remodelado para albergar el Gran Teatro del Pueblo. Hoy en día alberga el club Marco Polo.

Con el cierre de los frontones chinos, muchos de los pelotaris que allí trabajaban se desplazaron a Filipinas, país con el que había relaciones comerciales y de proximidad. Desde allí, varios siguieron emigrando a México o Cuba y, más tarde, a Miami.

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