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Al otro lado de la valla

Desde noviembre, miles de centroamericanos -la mayoría familias con niños- han logrado llegar a Tijuana tras viajar en caravana desde Honduras, con la esperanza de llegar a Estados Unidos para pedir asilo y encontrar una vida lejos de la pobreza y la violencia en sus países. Esto desató la furia del presidente estadounidense Donald Trump, quien calificó las caravanas centroamericanas de «invasión» a su país y desplegó miles de soldados en su frontera sur. Mientras se intenta buscar una solución, migrantes, de un lado y otro de la valla, rezan.

Miércoles, 6 de febrero 2019, 08:41

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Desde noviembre, miles de centroamericanos -la mayoría familias con niños- han logrado llegar a Tijuana tras viajar en caravana desde Honduras, con la esperanza de llegar a Estados Unidos para pedir asilo y encontrar una vida lejos de la pobreza y la violencia en sus países. Esto desató la furia del presidente estadounidense Donald Trump, quien calificó las caravanas centroamericanas de «invasión» a su país y desplegó miles de soldados en su frontera sur. Mientras se intenta buscar una solución, migrantes, de un lado y otro de la valla, rezan.

afp
Desde noviembre, miles de centroamericanos -la mayoría familias con niños- han logrado llegar a Tijuana tras viajar en caravana desde Honduras, con la esperanza de llegar a Estados Unidos para pedir asilo y encontrar una vida lejos de la pobreza y la violencia en sus países. Esto desató la furia del presidente estadounidense Donald Trump, quien calificó las caravanas centroamericanas de «invasión» a su país y desplegó miles de soldados en su frontera sur. Mientras se intenta buscar una solución, migrantes, de un lado y otro de la valla, rezan.
Desde noviembre, miles de centroamericanos -la mayoría familias con niños- han logrado llegar a Tijuana tras viajar en caravana desde Honduras, con la esperanza de llegar a Estados Unidos para pedir asilo y encontrar una vida lejos de la pobreza y la violencia en sus países. Esto desató la furia del presidente estadounidense Donald Trump, quien calificó las caravanas centroamericanas de «invasión» a su país y desplegó miles de soldados en su frontera sur. Mientras se intenta buscar una solución, migrantes, de un lado y otro de la valla, rezan.

Desde noviembre, miles de centroamericanos -la mayoría familias con niños- han logrado llegar a Tijuana tras viajar en caravana desde Honduras, con la esperanza de llegar a Estados Unidos para pedir asilo y encontrar una vida lejos de la pobreza y la violencia en sus países. Esto desató la furia del presidente estadounidense Donald Trump, quien calificó las caravanas centroamericanas de «invasión» a su país y desplegó miles de soldados en su frontera sur. Mientras se intenta buscar una solución, migrantes, de un lado y otro de la valla, rezan.

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Desde noviembre, miles de centroamericanos -la mayoría familias con niños- han logrado llegar a Tijuana tras viajar en caravana desde Honduras, con la esperanza de llegar a Estados Unidos para pedir asilo y encontrar una vida lejos de la pobreza y la violencia en sus países. Esto desató la furia del presidente estadounidense Donald Trump, quien calificó las caravanas centroamericanas de «invasión» a su país y desplegó miles de soldados en su frontera sur. Mientras se intenta buscar una solución, migrantes, de un lado y otro de la valla, rezan.

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Desde noviembre, miles de centroamericanos -la mayoría familias con niños- han logrado llegar a Tijuana tras viajar en caravana desde Honduras, con la esperanza de llegar a Estados Unidos para pedir asilo y encontrar una vida lejos de la pobreza y la violencia en sus países. Esto desató la furia del presidente estadounidense Donald Trump, quien calificó las caravanas centroamericanas de «invasión» a su país y desplegó miles de soldados en su frontera sur. Mientras se intenta buscar una solución, migrantes, de un lado y otro de la valla, rezan.

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