Los pequeños detalles que cambian el mundo

«Fue divertido analizar la evolución de las reacciones del público generalista. Primero se llevaron las manos a la cabeza por la procedencia y el precio del vestido, firmado por la marca británica Erdem. Más asombro causó descubrir que lo habían alquilado para el acto», reconoce Noelia Oporto, estilista de SSMF. «No nos debería extrañar que una adolescente de 16 años se sume a la tendencia de alquilar vestidos. Es algo muy habitual en las nuevas generaciones. La circularidad está muy interiorizada y tampoco viven con los complejos de antaño. Si se lo va a poner una sola vez, para qué comprarlo y gastar 1.770 euros…».

El vestido en cuestión llevaba en la plataforma desde hace dos años y medio, formando parte de un armario infinito y atemporal, donde se pueden encontrar looks perfectos para cualquier evento.

Esta elección en concreto, juvenil, desenfadada y vanguardista, es toda una declaración de intenciones de cara al impulso de la sostenibilidad. Un minivestido con estampado floral azul, negro y blanco; con cinturón ancho, de seda, con lazada al cuello ligeramente alto. Una pieza de una sola puesta que se hubiera quedado en el armario en caso de haberlo adquirido. «El traje de la princesa Leonor es una inversión para toda la vida. Blanco, a medida, con un patrón impecable, trabajado en una de las mejores sastrerías de Madrid… La pieza de Erdem es mucho más temporal», explica Oporto.

Los looks elegidos por la reina Letizia y sus hijas siempre son un referente para el resto. Sin duda alguna, apoyar una moda más coherente y elegir una prenda de calidad en vez de fomentar tanto consumismo, ha sido una de las noticias más destacadas de dicha jornada.

La Casa Real Británica, con Kate Middleton como máxima exponente, ya había dado un paso al frente en esta dirección, aunque en el caso de la española es la primera vez que se opta por esta opción en un acto de tanta trascendencia pública.