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«Se nota que la gente está volviendo con alegría»
Gipuzkoa comienza la Semana Santa con colas en sus principales atractivos turísticos y bares y restaurantes a rebosar de visitantes
Gipuzkoa vuelve a disfrutar de una Semana Santa como las de antes del virus, con colas para visitar los principales atractivos turísticos y viajeros copando calles y establecimientos. Desde primera hora de la mañana del Jueves Santo el trasiego de idas y venidas con la maleta a cuestas fue constante durante el día en las estaciones de trenes y autobuses del territorio, con la llegada de unos turistas que han hecho que los hoteles, casas rurales y apartamentos vacacionales rocen el lleno durante estos días, con jornadas en las que han tenido que colgar el cartel de completo.
En localidades como Donostia la estampa volvió a ser como la de hace tres años, con bares y restaurantes a rebosar y gente agolpada a la barandilla de La Concha en busca de inmortalizar la mejor instantánea de la bahía. Lástima que al selfie solo le faltó el sol, que se hizo de rogar, sobre todo durante las primeras horas de la jornada. En el malecón de Zarautz, por su parte, la leve llovizna de la mañana no impidió que la gente se echase a la calle, paraguas en mano, para disfrutar de un paseo junto al mar mientras los claros comenzaban a imponerse en el cielo.
La meteorología, sin embargo, no arrugó a unos turistas que se dejaron notar, en el caso de la capital guipuzcoana, en zonas como la Parte Vieja. En plena calle Mayor, Sergio y Patricia, una pareja de cubanos residentes en Guimaraes, Portugal, caminaban hacia la Basílica de Santa María junto a sus hijos Lidia y Felipe para hacerse el habitual selfie con el Buen Pastor de fondo. «No habíamos estado nunca y nos parece una ciudad muy linda. La gente es muy simpática y, además, se come muy bien», relataban sonrientes mientras continuaban su trayecto hacia la calle 31 de agosto en busca de un lugar para poder comer.
La empresa no era nada sencilla, sobre todo hacia la hora del vermú. Algunas terrazas de lo Viejo ya tenían reservadas todas las mesas para el turno de comidas y poder alcanzar una barra como la del Paco Bueno era tarea más que complicada por el gentío que se agolpaba en el pequeño establecimiento donostiarra. «Ya era hora de volver a ver el bar así. Se nota que la gente tenía ganas de salir, de disfrutar y que está volviendo con alegría», relataba Fernando Tostado, responsable de barra, mientras servía un plato de gambas a la gabardina.
Mejor suerte corrió la pareja de logroñesas Juncal y Eva, que anduvieron raudas para poder sentarse en el Gandarias para reponer fuerzas tras unas horas de intensa visita por San Sebastián. «Hemos estado paseando por la playa y después en el Aquarium», relataban mientras se preparaban para degustar un pintxo. Precisamente el Aquarium fue otro de los lugares más codiciados de Gipuzkoa durante toda la jornada de ayer, donde esperan recibir la visita de unas 15.000 personas durante esta Semana Santa. «Hemos empezado el año como un tiro», reconocían emocionados mientras atendían a una larga cola que por momentos alcanzaba casi la rampa de bajada al agua del muelle guipuzcoano.
El aluvión de turistas también se dejó notar en otros municipios costeros del territorio como Hondarribia. La mañana fría y desapacible durante las primeras horas dejó paso a un fervor de gente agolpada en los bares y terrazas de la plaza de las Armas, junto al parador, para tomar el aperitivo previo a la comida de Jueves Santo, dando así comienzo a una Semana Santa donde la principal preocupación volverá a ser el disfrute y la diversión.
