Casi 200.000 guipuzcoanos se quedarán este verano de vacaciones en Euskadi, un 40% más

Qué lejos quedan las playas tailandesas, el skyline neoyorkino, los glaciares de la Patagonia argentina o el colorido de la India, ahora con unos niveles de polución reducidos a mínimos desconocidos debido al confinamiento. Viajar es un placer. No lo dicen solo las empresas del sector turístico, que por supuesto se sumarían a esta afirmación casi sin pestañear, sino que lo corroboró hace ya años científicamente un centro de salud de Toronto, al comprobar que salir unos días de nuestro hogar reduce los niveles de presión sanguínea, ritmo cardíaco y epinefrina -la hormona del estrés-. Y a ello contribuye no solo el mero hecho de desplazarse, sino también la elaboración previa de esas merecidas vacaciones. Por esta época, los planes para organizar el momento más deseado del año solían estar en plena ebullición. Vuelos, hoteles, traslados, visitas... Sin embargo, la crisis sanitaria provocada por el Covid-19 a lo largo y ancho del planeta ha obligado a buena parte de esos 1.400 millones de personas que viajaron por el mundo el año pasado a replantear su periodo vacacional.

Concretamente, en el caso de los guipuzcoanos, unos 200.000 pasarán este periodo en Euskadi, esto es, un 40% más que el año pasado. La misma proporción, cuatro de cada diez residentes en Gipuzkoa, se han visto obligados a cambiar el destino previsto para este 2020, en buena medida internacional, si bien 6 de cada 10 confían en que podrán mantener sus planes.

Así lo señala un estudio elaborado por el departamento foral de Turismo y la Universidad de Deusto, en el cual se establecen cuatro perfiles de turista guipuzcoano. El viajero adulto-senior, que persigue el descanso en sus vacaciones (38%); el adulto-senior que busca experiencias (19%); el viajero joven-adulto que en sus días de asueto quiere actividades y estar al aire libre (15%) y, por último, el joven-adulto que busca nuevas experiencias y conocer otras culturas (28%).

El informe refleja que los desplazamientos al extranjero se verán limitados en los cuatro perfiles, y que primarán las vacaciones a algún lugar de España o que se quedarán sin salir de Euskadi. Es más, señala que pese a que exista cierta reticencia entre los viajeros guipuzcoanos a modificar sus planes por el impacto del Covid-19, la situación económica tampoco ayuda, por lo que desplazarse por Gipuzkoa o directamente renunciar a unas vacaciones fuera de la ciudad de residencia «son los destinos que incrementan su previsión de demanda».

El diputado de Promoción Económica, Turismo y Medio Rural, Imanol Lasa, reconoce que el hecho de que muchos guipuzcoanos no vayan a salir del territorio este verano «es una oportunidad para promocionar los atractivos de Gipuzkoa. En estos momentos estamos reforzando todos los canales de comunicación para dar a conocer a toda la sociedad guipuzcoana el extenso abanico de atractivos turísticos y paisajísticos que tenemos. Toca ser viajeros en nuestro propio territorio y apelar al compromiso, la confianza y el consumo locales para ayudar a reactivar un sector que ha sido duramente golpeado», insiste.

Si antes de la pandemia casi el 60% de los residentes en Gipuzkoa escogían otras regiones del Estado de forma habitual para pasar sus vacaciones, este año esa cifra baja al 55%. Al extranjero, en lugar de desplazarse el 22%, lo hará el 17%; Euskadi se convertirá en destino vacacional para un 6,5% de quienes viven en Gipuzkoa -en lugar del 4,8%- y pasar unos días en otra localidad guipuzcoana será la opción escogida por el 13,5%, dos puntos porcentuales más que antes de la llegada del virus. Ahora bien, la cifra de quienes no se moverán de sus casas se duplica y alcanza el 7%.

Para Lasa, estos datos coinciden con los planes que tiene el departamento foral de Turismo para reactivar la actividad. Su reto, subraya, es poner en marcha una estrategia «de generación de un turismo local que redunde en un aumento del consumo interno». Y esto, considera, «derivará en que los guipuzcoanos conoceremos mejor aún nuestro territorio y nos convertiremos en los mejores prescriptores de Gipuzkoa».

Hace dos semanas que Pedro Sánchez anunció que a partir del 1 de julio España abrirá sus fronteras para que tanto el turismo emisor como receptor pueda empezar a recuperar el ritmo. Sin embargo, la realidad es que las vacaciones de un 54% de los guipuzcoanos ya han sufrido alguna alteración, ya sea porque han tenido que cancelarlas de forma voluntaria (8,5%) u obligada (25%), modificar los planes (12,5%) o retrasar la reserva (7%).

Según recoge el documento, entre las personas que han cancelado su viaje, se mantiene la voluntad «decidida» por hacerlo, una «pauta de comportamiento interiorizada» en la ciudadanía de Gipuzkoa. Esto se refleja tanto en la decisión de volver a reservar (casi un 37%), como en la posición de expectativa (35%), según la evolución del virus. En este sentido, el tiempo medio de espera en meses para retomar dicho viaje «es un indicador de gran relevancia». El 11% confía en poder viajar en junio o julio; cerca del 31% cree que podrá materializar sus planes en agosto o septiembre; un 20% ve que entre octubre y enero podrían tener esa opción vacacional, y un mayor número de guipuzcoanos (39%) no ve el horizonte despejado hasta febrero de 2021.

En paralelo, casi 6 de cada 10 guipuzcoanos se debaten entre no saber qué hacer (35%), ahorrar (22%), hacer el gasto previsto en excursiones de día (3,7%) o en compras (3%), mientras que 4 de cada 10 residentes en Gipuzkoa garantizan que volverán a reservar las mismas vacaciones, aunque sea en otro periodo.

Sea cuando sea que puedan materializarse esas escapadas, en lo que sí coinciden los viajeros consultados para la elaboración del informe es en que la forma de hacer turismo estará marcada por el distanciamiento social, y en que conceptos como la seguridad adquieren una relevancia mayor.

Así, por ejemplo, evitarán desplazarse a las zonas más afectadas por el virus o a grandes ciudades, abogarán por alojamientos que cuenten con algún certificado de higiene o evitarán unirse a grupos turísticos. En esta línea, comenta Imanol Lasa, «es importante fijarse en los países que están abriendo sus fronteras, porque saber con qué problemas se están encontrando puede ser clave para anticiparnos y no repetir los mismos errores».