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Una multitud, muchos de ellos turistas, llenaba ayer por la tarde el Boulevard de San Sebastián. ARIZMENDI
El sector del turismo de Gipuzkoa se resiente en comparación con el verano de 2017

«Se ve mucha gente, pero en los bares estamos más tranquilos que el año pasado»

El sector turístico de Gipuzkoa se resiente ligeramente en comparación con el verano «excepcional» de 2017 | A los hoteles les está costando «más que el año pasado» ocupar sus plazas y la entrada de turistas en los pisos turísticos reglados cae un 13%

Estrella Vallejo

San Sebastián

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Jueves, 16 de agosto 2018, 06:56

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Superado el ecuador del verano y a falta de una semana para que se conozca cuántos turistas se alojaron en julio en los hoteles de Gipuzkoa, la percepción general que se extiende por el sector es que cuesta alcanzar los niveles del año pasado y que el volumen de visitantes que se acerca a los bares también es menor. Utilizan la palabra «tranquila» para describir una temporada alta que también lo está siendo desde el punto de vista social, sin movilizaciones antiturismo tan presentes el año pasado.

La entrada de viajeros en junio, un mes que meteorológicamente fue muy poco agradecido, registró un aumento del 6% en Gipuzkoa. Unas cifras que fueron toda una «sorpresa» para el conjunto de la hoteleros y hosteleros, que ya entonces confesaron estar sudando tinta para igualar un 2017 «excepcional» que fue aún mejor que el tan idealizado 2016.

A pie de calle, en la Parte Vieja donostiarra, y más aún durante la Semana Grande, resulta difícil no ver a un mar de personas yendo y viniendo cada vez que uno alza la mirada. Aunque si se pregunta por la clientela a quien se encuentra tras la barra de pintxos, la respuesta seguramente sorprenda: «Menos gente que el año pasado, sin duda».

Hoteles: «Hay un cambio en la dinámica de reserva y los datos pueden ser inferiores a 2017»

Desde Aparture subrayan el «enorme esfuerzo» de los pisos reglados para adaptarse a la nueva norma

La frase se repite en varios establecimientos. «Estamos trabajando muy bien, y no es como para quejarse, pero comparativamente con el año anterior sí que es cierto que el trabajo ha bajado», dice el encargado de un local que prefiere mantenerse en el anonimato. E insiste: «El resultado será bueno, aunque no tanto como en 2017».

«Es cierto que cruzas la puerta del bar y hay muchísima gente, pero hemos notado menos clientela», señalan igualmente desde el Sirimiri, de la calle Mayor. Se trata de una percepción que por ahora carece de cifras que la avalen pero que, curiosamente, vuelven a manifestar en el bar contiguo: «Habría que preguntar al jefe por la facturación, pero la sensación que tenemos es que hay menos gente», confiesan varios trabajadores del Atari.

En el caso del Gandarias, en cambio, el trabajo en barra se mantiene, pero es en el restaurante donde, a pesar de tener «todo completo», los comensales «consumen menos, ya solo piden un único plato», señalan.

En el apartado del alojamiento, esa percepción de retroceso va por los mismos derroteros. El director de Asociaciones Sectoriales de Adegi, Paul Lizeaga, se refiere a un «progresivo cambio en la dinámica de las reservas» para expresar que a los hoteles del territorio, sobre todo en la capital, les está costando «más» igualar los niveles de ocupación del año pasado. Y los registros, manifiesta, podrían ser «incluso inferiores».

El listado de motivos es extenso. Así, se refiere por ejemplo a la reapertura de mercados internacionales que hasta ahora permanecían cerrados por motivos de seguridad. Pero no puede obviar un incremento en la oferta hotelera en el territorio que solo este 2018 ha sumado 520 camas repartidas en ocho establecimientos, a las 14.200 ya existentes entre hoteles, pensiones, casas rurales, agroturismos y albergues.

Sin embargo, subrayó que el sector hotelero con el que cuenta el territorio «está preparado para responder del gran reto que tenemos para consolidar a Gipuzkoa y a Donostia en un destino de calidad y sostenible con respecto a una actividad económica que cada vez tiene más relevancia y aporta mayor riqueza y empleo al territorio». En este sentido, se refirió al trabajo «conjunto tanto» de las instituciones y del sector en general, en la que se apueste por «infraestructuras, servicios de calidad, formación y excelencia en todas las actuaciones».

Varios factores

Las «alternativas existentes» también suman posibilidades para los turistas, pero restan capacidad de atracción para los hoteles. En este sentido se refiere a las viviendas para uso turístico que desde hace unos años se han convertido en una opción más del abanico de posibilidades en las que pasar la noche. «Todos estos factores están influyendo para tomar decisiones de última hora, sean para reservar o para cancelar», expone el portavoz de Hoteles de Gipuzkoa.

Los pisos turísticos han atraído turistas que hace años optaban por alojarse en establecimientos hoteleros, no obstante, el escenario que exponen desde la Asociación de Apartamentos Turísticos de Euskadi, Aparture, dista ligeramente de la realidad que vivía esta modalidad hace un año.

La nueva ordenanza encargada de regular los pisos turísticos está suponiendo, según el presidente del colectivo, Asier Pereda, un «enorme esfuerzo que el sector reglado está superando con nota».

La aplicación de la norma ha supuesto una reducción de la oferta, por lo que el número de viajeros que acceden a las viviendas de alquiler regladas «cae significativamente». Más concretamente, los inmuebles adscritos a Aparture van a registrar en agosto la entrada de 22.177 turistas, frente a los más de 25.700 del mismo periodo del año anterior.

Pereda matiza que las restricciones en altura determinadas por la nueva ordenanza no suelen ser del gusto de los clientes de mayor poder adquisitivo, lo que necesariamente están afectando al precio medio de las mismas, que se reduce en un 2,3%, situándose en los 220 euros.

Otro de los parámetros que se han visto trastocados como consecuencia de la nueva norma donostiarra es la estancia media que «también retrocede un 3,7%», aunque sigue siendo superior a las 4,5 noches y, por tanto, casi duplicando los registros del sector hotelero que ronda las dos noches.

Al otro lado de la balanza, y al contrario de lo que sucede en los hoteles, la ocupación en el caso de los pisos turísticos «sube más de un 5%», una tendencia que parece lógica teniendo en cuenta que la oferta se ha visto disminuida.

También destaca el grado de internacionalización del destino, alcanzando un récord de viajeros extranjeros para Donostia (76,8%), con mercados de altísima calidad como Estados Unidos (19,6%), Reino Unido (16,7%), Francia (7,6%) y Australia (6,6%) a la cabeza.

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