Los trabajos de desamiantado del suelo de Adinberri precisan de «unos cuantos meses»
Las obras se han reanudado con la retirada de tierras contaminadas del foso del futuro edificio cuya profundidad es de aproximadamente un metro y medio
Tras varios meses de parón, la actividad ha vuelto al solar de Pasaia donde en los próximos años verá la luz el centro de ... envejecimiento saludable Adinberri. Desde hace dos semanas, varios operarios se ocupan de retirar la tierra contaminada con amianto y otros materiales tóxicos. Lo hacen provistos de equipos de protección individual (EPIS) y empleando tanto herramientas similares a rastrillos como máquinas excavadoras, mientras dos cañones de grandes dimensiones rocían la zona de trabajo con agua. Las labores se concentran en la actualidad en la parte norte, la más cercana al núcleo poblacional y a la principal arteria del distrito de Trintxerpe.
El proceso de desamiantado requerirá de «unos cuantos meses». Así lo ha asegurado a este periódico Iker Aldazabal, director de Planificación, Inversiones, Inspección y Prestaciones económicas de la Diputación Foral de Gipuzkoa, quien añade que aún es pronto para precisar el tiempo exacto que requerirá la actual intervención, que se ve favorecida por el buen tiempo propio de esta época del año.
La realización de unas catas en el suelo antes de dar inicio a las obras reveló lo que «ya se sabía», que existía amianto a consecuencia de su pasado industrial. Se detectó en «una zona concreta», pero cuando se retiró y volvieron a hacerse nuevas catas, se comprobó que seguía habiendo «pequeñas partículas». «Se tomaron las medidas oportunas desde el comienzo, pero había más tierra contaminada de lo esperado», señala.
Según explica Aldazabal, «la semana pasada reiniciamos la excavación de las tierras en el foso en el que irá el futuro edificio. Ese suelo tiene una profundidad aproximada de un metro y medio. Lo que se está haciendo es extraer toda la tierra, que más tarde será llevada a un vertedero especializado en Zaragoza».
66,4 millones de euros
es la inversión realizada por la Diputación para construir Adinberri
Los trabajos se desarrollan «con todas las garantías» que establece el nuevo protocolo elaborado por el Gobierno Vasco, a través del departamento de Medio Ambiente, y el Instituto Vasco de Seguridad y Salud Laborales (Osalan). De este modo, «al haber un movimiento de tierras, se han colocado unos aspersores de agua con los que se evita que haya polvo en el ambiente, igual que se hace en cualquier demolición de un inmueble». Además, se dispone de medidores del aire en el perímetro de la obra para detectar si hay «alguna partícula contaminante».
El director foral de Planificación, Inversiones, Inspección y Prestaciones económicas insiste en que el protocolo cuenta con «todas las garantías de seguridad tanto para los trabajadores de la obra como para la ciudadanía de Pasaia».
Su conclusión, para 2028
El proyecto, considerado como el más ambicioso del Gobierno foral en la última década y clave en la regeneración de la bahía de Pasaia, ha sufrido varios reveses desde que comenzó a gestarse en 2018. Entonces, se anunció que las obras arrancarían un año más tarde y que el centro estaría operativo en 2022.
Dificultades administrativas derivadas de que el recinto pertenece al puerto y que en él intervienen diferentes estamentos, administraciones y regímenes, dilataron varios años el proceso de arranque. En abril de 2022 la Diputación de Gipuzkoa licitó por 59 millones de euros las obras de construcción del inmueble y su parking subterráneo, especialmente esperado por los vecinos del municipio. En noviembre de ese mismo año, la constructora que resultó ganadora del concurso renunció a llevar adelante el proyecto al dispararse los costes energéticos, de transporte y de materiales.
El edificio dispondrá de 124 plazas residenciales, 18 apartamentos tutelados y un centro de día
Hubo que convocar un nuevo concurso público, adjudicándose los trabajos por 66,4 millones de euros, siete más que los contemplados con anterioridad, a una empresa que da inicio a las tareas en julio de 2023, con un plazo previsto de ejecución de 48 meses o, lo que es lo mismo, cuatro años. Sin embargo, a finales de 2024, se detecta amianto en los suelos donde se ejecutan las obras –«una cantidad superior a la prevista inicialmente»–, lo que obliga a detenerlas para proceder a la pertinente descontaminación de los terrenos y al traslado del material tóxico a un lugar seguro. Como resultado, al retraso de un total de ocho meses producido a consecuencia de la crisis energética y de inflación (entre noviembre de 2022 y julio de 2023), se suma, de esta forma, otro de unos cinco meses de duración.
Una vez completada la descontaminalización del suelo que se lleva a cabo desde hace algo menos de dos semanas, se retomará la obra de construcción como tal del edificio y esta, probablemente, incluso «se agilizará». «La previsión es que esté finalizado para el año 2028», asegura Iker Aldazabal.
Más que un edificio
Desde el Departamento de Cuidados y Políticas Sociales de la Diputación de Gipuzkoa subrayan que Adinberri «no es únicamente el edificio» que se erigirá en el distrito pasaitarra de Trintxerpe provisto de 124 plazas residenciales, 18 apartamentos tutelados y un centro de día para mayores. Representa una «estrategia», cuyo objetivo es «responder al reto de la transformación demográfica para garantizar la calidad de vida de las personas mayores fomentando un envejecimiento activo y saludable».
Adinberri trabaja para garantizar la calidad de vida de los mayores a través de varios proyectos
La mencionada estrategia se puso en funcionamiento en 2018 y, desde entonces, ha dado lugar a diferentes proyectos. Algunos de ellos ya se han completado con éxito. Otros, en cambio, continúan en activo. Ese es el caso, por ejemplo, de Visión 2030, Poba Aretxabaleta (Zaintza HerriLab), Korale, Hariak, Adinprest, BIBE, Misión AEI 2024-2027 y la teleasistencia predictiva.
BIBE, la apuesta por una vida plena en la vejez concluye en Lezo
Un día después de que las obras se retomaran en Pasaia, llegaba a su fin BIBE, uno de los proyectos incluidos en la estrategia Adinberri que se ha desarrollado en Lezo. Con él, se pretendía dar respuesta a uno de los desafíos más relevantes que tiene el envejecimiento en las sociedades avanzadas: «alcanzar una vida plena en la vejez, a la vez que el progreso y la cohesión de toda la sociedad». Plantea dos dimensiones: la individual, que apuesta por el empoderamiento de los mayores, y la colectiva, enfocada en facilitar el pleno desarrollo de la vida de las personas y la mejora de la sociedad guipuzcoana.
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