Seguimiento total de la huelga de los taxistas de Gipuzkoa en contra de los VTC

Los taxistas guipuzcoanos han iniciado un paro de 42 horas contra las licencias de Uber y Cabify, tal y como acordaron el domingo por la tarde. Con anterioridad lo habían hecho sus compañeros de Bizkaia y Navarra.

Por su parte, los taxistas alaveses han decidido secundar «desde ahora mismo» la huelga. Los 200 profesionales del sector en Álava (194 en Vitoria y el resto en otros municipios de la provincia) han celebrado una reunión este lunes por la mañana para decidir si secundaban o no estas movilizaciones. El paro será hasta la medianoche de mañana y habrá servicios mínimos para las personas con movilidad reducida y para las urgencias.

El presidente de la Federación vasca del Taxi, Borja Mussons, ha señalado que el seguimiento de la huelga iniciada a las 6.00 horas de este lunes por los taxistas de Bilbao y San Sebastián, y que se prolongará hasta las 24 horas del martes, es «total» y está transcurriendo «con normalidad». Ha reconocido que únicamente funcionan unos «servicios muy mínimos» para atender urgencias.

Por ahora el único incidente reseñable se ha producido en Bizkaia. Sobre las 9.00 horas, profesionales que apoyan el paro, concentrados en 'La Paloma', han detectado «tres o cuatro coches» de profesionales del gremio que pretendían trabajar 'camuflados', con coches sin distintivos. Al percatarse de la maniobra, los huelguistas han obligado a los pasajeros a bajarse del vehículo y han discutido con los conductores. En alguno de los casos, la bronca ha ido a más y la propia Ertzaintza ha tenido que mediar para que no se descontrolase la situación, según han señalado miembros del colectivo de taxistas. «Estamos luchando por ellos y no vamos a permitir que nos hagan la cama», comentaba un huelguista, visiblemente contrariado.

En declaraciones a Radio Euskadi, el presidente de la Federación vasca del Taxi, Borja Mussons, ha recordado, ante el encuentro previsto para este lunes por la tarde en Madrid de representantes las asociaciones de taxistas del Estado con el secretario de Estado de Infraestructuras y Transportes del Ministerio de Fomento, Pedro Saura, que el sector lleva celebrando «muchas reuniones, pero los resultados han sido palabras y pocos hechos». En este sentido, ha pedido «una solución y respuesta firme para saber cuál es la posición del Gobierno». Además, ha incidido en que pese a que la huelga se prolongará durante dos días no descartan que sea «indefinida».

El presidente ya recordó el domingo que no están en contra de los servicios de vehículos con conductor, sino que lo que quieren es que se respeten las competencias de cada uno en la prestación del servicio, y aunque admitió que en Euskadi la situación es de una licencia de VTC por cada 28 de taxi, vaticinó que la realidad que viven ciudades como Barcelona o Madrid llegará a las capitales vascas.

Representantes de las asociaciones Agitax, Vallina, Taxidonosti y G.Taxi mantuvieron el domingo por la tarde un encuentro en Donostia en el que decidieron sumarse al paro propuesto por la Federación Vasca del Taxi, y que está siendo secundado masivamente en todo el Estado. Durante estas 42 horas, según anunció el colectivo de taxistas guipuzcoanos, se «garantizarán los servicios mínimos» y se atenderán «a personas con movilidad reducida así como las urgencias hospitalarias».

Los taxistas guipuzcoanos aseguraron que «una vez más debemos salir a las calles a defender nuestro trabajo», porque, a su juicio, el Ministerio de Fomento «vuelve a incumplir sus promesas y da la espalda a la posibilidad que tienen nuestros ayuntamientos a regular los servicios de transporte que circulan por nuestras ciudades, que permite hacer efectiva la sentencia reciente del Tribunal Supremo», que avaló un límite de una licencia VTC por cada 30 de taxi. Además, el colectivo guipuzcoano exige con este paro «que los ayuntamientos ejerzan su competencia para la petición de la licencia urbana, tal y como dice nuestro reglamento vasco del taxi».

En Gipuzkoa operaban el primer trimestre del año 24 vehículos VTC, todos en Donostia (11 eran de la empresa Vallina Hermanos; 8 de Suital y 5 de Gurdia), y había 65 peticiones más que la Diputación foral desestimó en su día y que estaban pendientes de resolución judicial.

La espita que ha abierto la inesperada ola de protestas en el sector del taxi que también ha llegado a Euskadi tiene su origen en una resolución adoptada por el Tribunal Superior de Justicia de Cataluña que suspendió de forma cautelar un reglamento del Área Metropolitana de Barcelona (AMB), creado para regular la actividad de los VTC en la Ciudad Condal. El objeto de dicha norma no era otro que el de hacer cumplir la citada sentencia del Tribunal Supremo que en el mes de junio estableció el límite de una licencia VTC por cada 30 de taxi. Este ratio, sin embargo, estaba ampliamente superado en muchas ciudades, entre ellas, Barcelona, de ahí que su alcaldesa, Ada Colau, pretendió reglamentar la circulación de los VTC, una decisión que el sector del taxi entendió suponía un revés para Uber y Cabify, las principales plataformas de vehículos de alquiler con conductor.

Sin embargo, el reglamento del Área Metropolitana fue recurrida por la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia. Finalmente, la Justicia dictaminó que el AMB carecía de potestad reglamentaria para regular el arrendamiento de vehículos con conductor. De esta manera, el TSJC suspendió cautelarmente el pasado 19 de julio dicho reglamento, tras lo cual las asociaciones de taxistas de Barcelona convocaron el pasado viernes un «paro inmediato y hasta nuevo aviso», y el sábado decidieron mantener indefinidamente la huelga, además de protagonizar cortes de tráfico en el centro de la ciudad y en los accesos al aeropuerto. Los taxistas barceloneses hicieron asimismo un llamamiento al resto del sector del Estado para que se sumasen a sus movilizaciones.

La petición tuvo rápida respuesta en Madrid y con el paso de las horas se han ido sumado los de La Rioja, Andalucía, Zaragoza, Baleares... Y el goteo no cesa.

Y mientras los actos de solidaridad se suceden por todo el Estado, en Barcelona, el Ayuntamiento ha pedido a los taxistas que desalojen la Gran Vía que sigue ocupada en su tramo central por unos 1.400 vehículos, donde lleva tres noches acampados. El colectivo ahora amenaza con bloquear las terminales de los cruceros en el puerto de Barcelona.

En la capital catalana, los turistas son las principales víctimas del conflicto. En las últimas horas, son inevitables las imágenes de personas cargadas con pesadas maletas por el metro y accediendo en autobuses.

Y mientras, en Madrid, los taxistas mantuvieron la huelga iniciada el sábado tras una noche sin incidentes en la que se desarrollaron «marchas lentas» de protesta por las calles del centro y concentraciones espontáneas en los alrededores del aeropuerto de Barajas y las estaciones de tren.

Las marchas tuvieron como escenario puntos de la ciudad como Gran Vía y los alrededores de la glorieta de Bilbao, con decenas de taxistas circulando por varios carriles mientras hacían sonar sus bocinas escoltados por coches de la Policía municipal. El presidente Federación Profesional del Taxi de Madrid, Julio Sanz, señaló a Efe que tanto estas «marchas lentas» como las concentraciones buscan «llamar atención de la problemática» del sector y ha resaltado que no han supuesto «alteraciones en el tráfico».

Por su parte, la plataforma Uber remitió el domingo una comunicación a sus conductores en la que afirma que está buscando medidas para paliar su situación. La comunicación se produce tras las denuncias por agresiones presentadas en los últimos días por varios conductores, tanto de Uber como de Cabify. Las agresiones se han producido en medio de las protestas y los paros del sector del taxi. En el texto, Uber se declara «horrorizada» ante esta situación y asegura que está buscando medidas para ayudar a los conductores.