Suspenden el juicio por la presunta violación a una menor tutelada tras no comparecer el acusado
Este joven se enfrenta a 7 años de prisión
El juicio señalado para este lunes por la presunta violación a una menor tutelada por la Diputación de Gipuzkoa ha quedado suspendido tras no comparecer ... el acusado, que se enfrenta a una pena de 7 años de prisión. El varón, que se encuentra en libertad provisional, no se ha personado en la Audiencia de Gipuzkoa como estaba citado.
La vista ha quedado así suspendida. Los hechos sucedieron durante un permiso de salida de la chica, que estaba bajo la tutela de la Diputación de Gipuzkoa y residía en un centro foral de menores. Aunque en un principio la menor no se opuso a mantener relaciones con el encausado, la Fiscalía considera que él era «consciente de que ella era sumamente vulnerable y tenía limitadas sus facultades para prestar un verdadero consentimiento». Además, tras un primer contacto sexual, se produjeron otros dos en los que la menor se negó, obligándola el procesado a mantener dichas relaciones. Los hechos son, a juicio del Ministerio Público, constitutivos de un delito de abusos sexuales, y solicita 7 años de cárcel, otros 7 de libertad vigilada y el abono de una responsabilidad civil de 25.000 euros por el daño moral.
Según recoge el escrito de acusación de la Fiscalía, los hechos ocurrieron en junio de 2021, en el dormitorio del acusado, donde la menor pasó dos noches, después de no regresar al centro de menores en el que residía, tras un permiso de salida que le habían concedido. El varón, que entonces tenía 20 años, actuó según la Fiscalía «prevaliéndose de la edad de la menor y que estaba presentaba problemas de control de sus impulsos, regulación emocional, carencia de herramientas de autocuidado y protección», señala la Fiscalía. Y también aprovechándose de que la menor tenía «antecedentes psiquiátricos» y que ese día había consumido «alcohol y cannabis», por lo que tenía afectadas sus facultades «intelictivas y volitivas».
A pesar de todo ello el procesado, «con intención de satisfacer sus deseos lúbricos», tuvo relaciones sexuales con penetración con la menor, y aunque ella «no se opuso», considera el fiscal que él sabía de la vulnerabilidad de ella y de que no era capaz de prestar un «verdadero consentimiento».
Tras ese primer contacto sexual, el acusado, «con el mismo ánimo libidinoso», le propuso a la menor que le practicase una felación, y si bien esta se negó, el procesado «obligando a la menor consiguió que esta» lo hiciera.
Del mismo modo, y a pesar de que la chica sí manifestó que no quería, el encausado finalmente «le penetró vía anal, no pudiendo evitarlo la menor por el estado en que se hallaba».
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