'Siembra voluntariado' y cosecha solidaridad
Sareginez. Una veintena de asociaciones se reúnen para celebrar el Día Internacional del Voluntariado, una cita que pone en valor lo «enriquecedora que es esta labor»
«Hoy también tengo algo que hacer. No es nada del otro mundo pero, ahí sigo con mi compromiso semanal. He quedado con Maddi; charlamos ... tomando un cafecito juntas una vez a la semana. Me gusta cuando se ríe, porque lo hace con muchas ganas. Ha vivido años cuidando de los demás y ahora es el momento de cuidarla a ella. Nos cuidamos mutuamente». Así comenzaba el manifiesto que voluntarios de diferentes asociaciones de la Red de Entidades de Voluntariado de Gipuzkoa leyeron ayer en la Plaza Gipuzkoa de Donostia, en el Día Internacional del Voluntariado, celebrado cada 5 de diciembre.
Entre ellos, Juan Antonio se mostraba emocionado por formar parte del gran día, ya que «solo llevo un mes trabajando con Adinkide». El recién llegado contaba, con una gran sonrisa en la cara, que cuanto más se acercaba «mi jubilación, más pensaba en cómo emplear todo el tiempo libre que iba a tener». Así, hace un mes que el calendario de Juan Antonio está completo. «No me quedé a gusto con apuntarme a un solo voluntariado, así que me apunté a tres: Adinkide, Cruz Roja y Auzolan». Las tres asociaciones son muy diferentes entre sí. «Por ejemplo, en Adinkide estoy con una persona de 90 años que... ¡ya quisiera estar yo así! Me cuenta historias y anécdotas, y la verdad es que es muy enriquecedor y disfruto mucho con él», contaba. Solo lleva un mes como voluntario y Juan Antonio ya se siente «muy contento».
«Llevo dos años y estoy encantado. Todos deberían dar el paso»
José Luis Insausti
Voluntario en Nagusilan
A su lado, Maitane asentía, de acuerdo con las palabras de su compañero. Ella lleva ocho meses como voluntaria, decisión que tomó después de un accidente que «me paró la vida. Me rompí los dos brazos». Maitane no se lo pensó dos veces: «Pienso que la sociedad está muy mal, y tiene que haber gente que haga por conseguir solidaridad, una buena comunidad y una sociedad más cohesionada», reflexionó. Eligió trabajar con Adinkide porque, en su opinión, «estamos siendo muy injustos con los mayores. Parece que por su edad ya no valen», lamentaba.
Así, Maitane aseguró con contundencia que «ser voluntaria es la mejor decisión que he tomado». «Todo lo que das, lo que inviertes, luego lo recibes de vuelta», subrayaba. Como cuando plantas una semilla, «cosechas lo que siembras, que no es poco».
«Ser voluntario engancha»
José Luis Insausti tampoco quiso perderse la cita. «Llevo casi dos años en Nagusilan con personas mayores y estoy encantado», contaba animado, ya que es algo que «me aporta muchísimo». Insausti está convencido de que «todo aquel que pruebe a ser voluntario se engancharía, porque es lo que me pasó a mí», admitía mientras animaba a todos, «independientemente de la edad», a dar el primer paso.
Por su parte, Begoña lleva veinte años como voluntaria en Hurkoa, donde se dedican a «la protección de personas mayores con enfermedades mentales, que están desatendidos». Begoña comenzó su voluntariado porque «me di cuenta de que me faltaba algo». Y aunque «suene algo cliché y se vaya a repetir mucho en el día de hoy, siendo voluntario recibes lo que das, o incluso más. Esa es la verdad».
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