Las retenciones se instalan un día más en la AP-8 a la altura de Irun

Un día sí, y al otro también. Los resignados usuarios de la AP-8 se han acostumbrado ya a armarse de paciencia y estar atentos a los paneles informativos cuando circulan por la autopista en las inmediaciones de los peajes de Irun y Biriatou. En cada operación retorno de vacaciones, como la que se está produciendo estos últimos días de finales de agosto, se producen cada jornada retenciones de varios kilómetros en el entorno de la frontera, especialmente hacia el mediodía y a partir de media tarde.

Este martes no fue una excepción. Al mediodía las colas alcanzaron los 4 kilómetros de longitud. Por la tarde, el atasco comenzó a partir de las 17.00 horas en el peaje de Irun. Media hora después la hilera de coches superaba los 3 kilómetros. Otra media hora más tarde, hacia las 18.00 horas, el tapón se había trasladado a las cabinas de pago de Biriatou, ya en territorio francés, y las retenciones rebasaban los 7 kilómetros. Una hora después habían bajado a los 5 kilómetros, y a las 19.30 horas la cola era de 3 kilómetros y luego la circulación se fue normalizando paulatinamente.

Para entonces Ekialdebus, la compañía de transporte de pasajeros que presta el servicio de Lurraldebus en el corredor Donostia-Bidasoa, advertía por las redes sociales que las líneas E21 (Donostia-Hondarribia por la autopista) y E28 (Donostia-Hondarribia por la carretera general) circulaban con retrasos de entre 10 y 15 minutos por la situación en la autopista y en la paralela GI-636.

No fue el peor día en la AP-8 a la altura de Irun. El lunes se alcanzaron los 9 kilómetros. El sábado, otros tantos. Y el viernes se llegó a los 15. Ese día la avería de un camión a tres kilómetros de Biriatou inutilizó uno de los carriles de la vía entre las 13.30 y las 22.00 horas, generando un colapso viario que se prolongó durante toda la tarde y se extendió a las carreteras adyacentes, incluso a la de Jaizkibel.

Por otra parte, la avería de un camión en el punto kilométrico 39 de la AP-8 a la altura de Zarautz, en sentido Irun, obligó a cortar a media tarde un carril y las retenciones llegaron a los 2 kilómetros.

Las obras en la N-1 a la altura de Aduna también complicaron la circulación, con retenciones puntuales.

Por último, alrededor de las 21.00 horas la caída de un árbol obligó a cortar la N-634 a la altura de Ermua, en sentido Bilbao. Se reabrió la vía antes de la medianoche.

Y seguro que están por llegar jornadas con atascos mayores a la AP-8. Especial riesgo supone el fin de semana, cuando miles de conductores de Francia, Bélgica, Holanda y el resto de Europa pasarán por Gipuzkoa en su regreso a casa apurando hasta el final las vacaciones. Entre ellos, los decenas de miles de europeos oriundos del norte de África que protagonizan la operación Paso del Estrecho, cuya fase de retorno se prolonga hasta el 15 de septiembre.

Los atascos se suceden a pesar del llamamiento de las instituciones a los vecinos de las localidades del Bidasoa para que, en la medida de sus posibilidades, eviten coger el coche para sus desplazamientos y utilicen el transporte público en estos días de gran afluencia de tráfico de paso.

Las retenciones en la autopista provocan además el cierre de la salida habilitada hacia el centro de Irun por Oinaurre y el corte de los accesos al casco urbano a los vehículos foráneos. El objetivo es impedir los colapsos que sufrió la ciudad fronteriza el verano pasado por la masiva afluencia de conductores que, tratando de escapar del embudo de la autopista, se amontonaban en el centro de la ciudad.

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