Grito masivo de auxilio de la hostelería en las calles
El sector secunda en bloque las manifestaciones convocadas en Donostia e Irun por la plataforma 'SOS ostalaritza'. Piden un rescate urgente: «No podemos más»
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Vienen arrastrando «demasiado» y ya «no pueden más». La hostelería en bloque salió este sábado a las calles de Gipuzkoa para protestar por el cierre de sus locales y reclamar ayudas a todas las instituciones. El mismo día que los negocios amanecían vacíos por las nuevas restricciones en vigor, trabajadores, propietarios y familiares secundaron en masa las manifestaciones convocadas por la plataforma 'SOS Ostalaritza'. La protesta estaba convocada desde hacía semanas para denunciar la situación en la que se encuentra el sector, pero el anuncio del cierre de la hostelería todo el mes de noviembre, como medida para frenar la propagación de los contagios, abrió la espita para una respuesta masiva para reclamar ayudas ante un escenario «dramático». El sector perderá este mes 100 millones de ingresos, a lo que hay que sumar el impacto indirecto. La protesta, que partió del Boulevard donostiarra a las 17.30 horas y recorrió las calles Hernani, la avenida de la Libertad, y Oquendo para terminar de nuevo en el punto de salida, a las 18.30 horas.
La manifestación transcurrió sin incidentes y constantes aplausos y vítores, tratando de respetar la distancia entre personas en filas de a cuatro. El cumplimiento de las medidas de seguridad fue una prioridad para los convocantes desde el comienzo de la marcha, que incluso recriminó a varios manifestantes que lanzaron un petardo en mitad del recorrido. Al grito de 'No hay impuestos, sin ingresos'; 'Jo ta ke irabazi arte' y 'Aurrera ostalaritza', visibilizaron lo que la mayoría vienen soportando detrás de la barra: desplome de ingresos, montañas de facturas, y créditos e «impuestos que hay que seguir pagando». «Nos sentimos desamparados y abandonados por parte de todas las instituciones y que no digan que no hay dinero. Parece que no nos quieren ayudar. Las ayudas municipales llegarán cuando hayamos cerrado», expuso uno de los convocantes durante la lectura del manifiesto, en el que reclamaron asimismo ayudas «como hacen en Cataluña, bajada del IVA, que quiten las tasas municipales y no suban las cuotas de autónomos».
El sector, con muchos de sus negocios al límite, reclama mayor apoyo institucional y que se les deje de culpar como foco de contagios. «Solo el 2,3% de los contagios se produce en nuestros locales. Nadie nos ha demostrado que las medidas sean efectivas. El único dato que sabemos es que los contagios han aumentado cuando el ocio nocturno lleva dos meses cerrado, dos meses. Sabemos que no es posible trabajar en las mismas condiciones de siempre pero debería haber otras medidas más efectivas y cómo es posible que no vayan acompañadas de apoyo económico», insistieron, al tiempo que destacaron que «la hostelería no es nada sin los clientes, porque sois los que permitís nuestra supervivencia».
Los afectados acusaron la sensación de «impotencia» tras las sucesivas restricciones impuestas e insistieron en que «nosotros no somos los culpables. Somos expertos en desinfectar y también hemos tenido que hacer de policías para controlar que se cumplían con las medidas», reclamaba un hostelero, dando voz a muchos de sus colegas.
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Durante la concentración insistieron en el tremendo golpe sobre el tejido productivo - el sector suma 60.000 empleos en el País Vasco- ya que «muchos negocios han desaparecido y otros por desgracia van a tener que cerrar en breve por culpa de las medidas restrictivas».
El presidente de Hostelería Gipuzkoa, Mikel Ubarrechena, presente en la manifestación, expuso que «lo queremos es un rescate ya, es imprescindible y tienen que moverse todas las instituciones para intentar salvar al sector porque si no es rápido será tarde y cada vez la gente saldrá más a la calle, habrá más movilizaciones y creo que tienen que arrancar ya con ese plan de rescate». Sobre la reunión mantenida este sábado con el Gobierno Vasco para tratar ese plan de ayudas urgentes que reclama el sector comentó que «ha sido un primer contacto para empezar a hablar pero estamos todavía muy lejos. Los hosteleros queremos un rescate no limosna».
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Ubarrechena reclamó que «tienen que mojarse todas las instituciones» y recalcó ese «todas» porque «no es un tema solo del Gobierno Vasco. Diputación ha estado desaparecida por completo y espero que los ayuntamientos se impliquen de una vez. Tenemos esperanzas, ya estamos empezando pero el problema es que vamos contrarreloj, tiene que ser muy rápido porque no hay tiempo. 65.000 familias no van a poder ni celebrar la Navidad».
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El cierre, en principio para este mes, pero no hay fecha de reapertura, puede significar la ruina para muchos locales, después de las pérdidas que arrastran del primer confinamiento. Cerraron sus negocios a cal y canto durante dos meses y medio. Más adelante se les permitió abrir con aforos limitados. Adaptaron sus espacios para esquivar el Covid-19 pero la situación se ha agravado las últimas semanas cuando Euskadi implantó el toque de queda el pasado 25 de octubre entre las 23.00 y las 6.00 horas. Pero ahora, un nuevo estado de alarma, acompañado del cierre de hostelería desde este sábado y hasta dentro de un mes, amenaza con dar la última estocada a un sector que agoniza y está «al borde de la ruina».
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Entre los más afectados, el ocio nocturno, que ha ido variando las condiciones en que podían abrir en la nueva normalidad. Primero se les obligó a cerrar a la una y media de la madrugada, a finales de julio, en agosto el Tribunal Superior vasco tumbó la orden de Salud, una resolución que fue comunicada a las partes casi al mismo tiempo en que el ministro Illa anunciaba un pacto con las autonomías para proceder al cierre de pubs y discotecas. Desde entonces, con las persianas bajadas. Hasta nuevo aviso.
Esti Pedreño | Bar Gailur
«Inauguré un 12 de marzo y el 14 cerré»
«Está todo abarrotado y sólo cierran los bares. No tiene ningún sentido», critica Esti Pedreño, propietaria del bar Gailur en Errenteria. Poco tiempo ha podido disfrutar de su nuevo negocio, aquel que emprendió con tanta ilusión el pasado 12 de marzo. «Inauguré ese mismo día y a los dos días tuve que cerrar» por el estado de alarma decretado a causa de la pandemia. «Ahora tenemos que volver a bajar la persiana, en el puente nos dejarán abrir y cuando pasen las Navidades nos obligarán a cerrar otra vez», vaticina. Considera que «los bares son muy seguros. Lo que va a pasar es que la gente se va a reunir en sus casas».
Esmeralda Aguado | Bar Esmeralda
«Hay que seguir pagando los gastos»
«Estamos hechos polvo. Abrimos el local hace dos meses y ahora tenemos que bajar la persiana», lamentan los propietarios del Bar Esmeralda en el barrio de Altza, Esmeralda Aguado y Jesús Lozado. Con cero ingresos y unos gastos «que hay que seguir pagando», afrontan este cierre con los ánimos por los suelos. También con indignación, al igual que el resto de hosteleros, por las medidas «demasiado duras» impuestas al sector. «Lo que tendrían que hacer es cerrar los grandes supermercados, ahí sí que se junta gente», critican a la vez que defienden el cumplimiento de las medidas sanitarias en los bares.
Miren Bregaña | Bar Kai
«No se han contagiado ni uno de mis clientes»
A la propietaria del Bar Kai de la Parte Vieja donostiarra le parece «vergonzoso» lo que está ocurriendo. Critica las formas en las que se han impuesto las medidas, «de un día para otro, sin plazo ni margen para anular cenas ni poder hacer ninguna previsión de nada». Cuestiona el hecho de que el ocio nocturno sea el foco de los contagios y defiende a sus clientes a la hora de cumplir con las normas sanitarias. «Los chavales se portan muy bien, van con la mascarilla y en el local se controlan aforos, se desinfecta continuamente... De hecho, de todos mis clientes no conozco a ni uno que se haya contagiado»
Amaia García Albizu | A Fuego Negro
«Se ha criminalizado injustamente al sector»
A Fuego Negro acaba de bajar la persiana por última vez y Amaia García lamenta la «falta de apoyo institucional, el desamparo y la injusta criminalización del sector cuando hemos sido en nuestra inmensa mayoría muy escrupulosos a la hora de cumplir las normas y hay informes que dicen que menos de un 5% de los contagios han sido en bares y restaurantes». «La única ayuda que hemos recibido ha sido una moratoria de préstamos, mientras seguimos pagando impuestos y aumentando la deuda. Tampoco ha habido mediación para renegociar los alquileres o los suministros», critica.
El Gobierno Vasco aprobará el próximo martes ayudas al sector hostelero para que las puedan recibir antes de fin de año
El Gobierno Vasco llevará el próximo martes a Consejo de Gobierno, para su aprobación urgente, una serie de medidas específicas para el sector hostelero, de forma que se puedan articular de forma urgente para apoyar a las personas y empresas afectadas por las nuevas medidas sanitarias para luchar contra la pandemia puestas en marcha este sábado, con el fin de que pueden ser entregadas antes de fin de año.
Según ha informado el Ejecutivo autonómico, las ayudas directas se incrementarán hasta los 45 millones de euros, ya que se suman 25 millones a los ya existentes en líneas específicas para el sector (20 millones). Además, se está dando forma a una línea de financiación específica a través de Elkargi por valor de 100 millones de euros.
Por último, y para agilizar la tramitación administrativa de todas estas ayudas, el Gobierno Vasco creará una Unidad de gestión urgente Covid-19, que será la encargada de que las ayudas lleguen antes de final de año. La concreción de las nuevas medidas y de los importes se verán el próximo martes, 10 de noviembre.
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