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A. A.
SAN SEBASTIÁN.
Jueves, 2 de noviembre 2017, 06:33
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Las obras del TAV, cuya primera piedra se colocó allá por el otoño de 2006, siguen estando salpicadas de obstáculos. Empezando por la propia orografía, que obliga a avanzar con precisión milimétrica por el terreno excavado, y siguiendo por los últimos contratiempos venidos de Europa en forma de nuevos requisitos en materia de seguridad. La UE aprobó una normativa de seguridad más exigente en 2014, cuando cuatro de los túneles por los que discurrirá el tren de alta velocidad en Gipuzkoa ya estaban acabados. Los trabajos se realizaron entonces cumpliendo con las garantías legales, pero se ha querido ser «escrupuloso» con la normativa, por lo que ahora se acometerán obras para construir nuevas salidas de emergencia. El coste total se elevará a 14,18 millones, la mitad de los cuales se invertirán en 2018 y el resto, en el siguiente ejercicio.
Los cuatro túneles que serán ahora objeto de mejoras ya estaban finalizados o casi a punto de rematarse cuando se aprobó la normativa europea en 2014. Se trata del trazado Beasain Este, que se adjudicó en julio de 2009 y el periodo de construcción fue de 32 meses, por lo que en marzo de 2012 ya había sido culminado. También afecta al tramo de Ordizia-Itsasondo, que consta de 2,8 kilómetros de túnel. Comenzó a horadarse en diciembre de 2007 y finalizó en febrero de 2012. Las obras en Legorreta se adjudicaron en octubre de 2009 y su construcción se alargó hasta octubre de 2014, mientras que el tramo de Tolosa-Hernialde, donde se ubica el túnel de Aldabatxiki que debe sumar nuevas salidas de emergencia, arrancó en noviembre de 2010 y se prolongó hasta el mismo mes de 2014, justo cuando se aprobó la mencionada normativa europea.
Las actuaciones serán en cualquier caso de mucha menor envergadura que la excavación de las galerías ya acometida. La inversión necesaria da idea del tamaño de los trabajos. El coste de construcción de los cuatro túneles en Gipuzkoa fue de 337 millones, mientras que las intervenciones ahora necesarias se cifra en 14,18 millones. Otros siete túneles de doble vía en el tramo del TAV entre Vitoria y Bilbao también serán objeto de similares trabajos. En total, el desembolso añadido será de 52 millones.
En el caso de Gipuzkoa, y como se ha hecho con todo el trazado de la alta velocidad en el territorio, el Ministerio de Fomento encomendará los trabajos a ETS -la empresa ferroviaria pública vasca-, y luego devolverá la inversión vía Cupo.
Respecto al trazado que está ahora en ejecución o pendiente de que entren las máquinas, ETS confirmó que no requerirá más medidas de seguridad a posteriori porque las nuevas exigencias de seguridad aprobadas en 2014 ya se incluyeron en el propio proyecto constructivo o se añadieron en el transcurso, modificaciones habituales en una obra de las dimensiones y complejidad del TAV, explicaron las mismas fuentes.
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