Reencuentros en la primera fase
El mejor plan. Visitar a la familia, ir al monte o rutear por las carreteras guipuzcoanas. Euskadi entró ayer en una fase 1 más relajada y muchos aprovecharon para hacer aquello que más ansiaban
Gipuzkoa amaneció ayer soleada, arrancando una fase 1 más laxa que la semana anterior y dejando escenas tan tiernas como el reencuentro que protagonizaron Aveli García y su familia. Porque mientras que muchos ciudadanos que comparten ciudad de residencia con sus allegados quizás no han tenido este problema, aquellos que han pasado el confinamiento en localidades diferentes y no colindantes han tenido que esperar hasta ayer para poder verse las caras en persona.
Si hasta ahora la movilidad por el territorio debía estar sujeta a motivos económicos, laborales o de cuidado de personas dependientes, desde ayer se permiten los desplazamientos también por razones culturales o de ocio. Esto es, y siempre desde la responsabilidad y cumpliendo las medidas de higiene, ya no hay impedimento para atravesar el territorio, ir de compras o a tomar algo, o coger el coche y desplazarse a otro municipio para ir al monte sin importar la hora, siempre que dicha localidad cuente con menos de 5.000 habitantes. También están de suerte los motoristas, que siempre que su salida tenga un fin, tienen autorizado salir a rutear por las carreteras guipuzcoanas, ahora más vacías y más seguras que nunca.
Quedada familiar | Aveli García
«¡Ay mis niñas! Qué emoción he sentido al verlas»
Aveli García llevaba nerviosa desde la tarde del domingo, cuando ya dejó «todo preparado». En un reportaje publicado en este periódico el lunes ya dio cuenta de cómo había vivido estas semanas de confinamiento, en las que lo más duro para ella había sido estar alejada de sus hijas. Ayer se produjo por fin ese reencuentro. «¡Ay mis niñas! Qué emoción he sentido al verlas. Todavía estoy acelerada», dice con voz enérgica.
Ella vive en Andoain y sus hijas y nietos en Errenteria, así que llevaban más de dos meses sin verse en persona. La primera cita de ayer a las 10.00 horas fue en el portal de su hija Miriam, y el reencuentro fue tal y como esperaban. «Las dos con mascarilla y con mucho cuidado, pero nos hemos abrazado un poquito. Después de tanto tiempo es inevitable», reconoce. La segunda parada antes de ir a por el café fue en casa de su otra hija, Eva, «y los niños han salido del portal a todo correr. Pero ha sido gracioso porque venían con las mascarillas y se han quedado mirándome: 'Amoñi te puedo abrazar o no', me decían. Ha sido una mañana muy emocionante y bien aprovechada», reconoce.
Se despidieron hasta el próximo día, que seguramente será el jueves o el fin de semana. «Cuando nos íbamos, venga lanzarnos besos», exclama. «Aún no podemos hacer vida normal, no puedo ir y llevarme a los niños por ahí», pero al menos el ratito de ayer le hizo volver a Andoain con las pilas cargadas. «Ha sido un subidón. He vuelto a casa con el ánimo de otra forma», dice feliz.
Al monte, de nuevo | Sonia Reyes
«Día perfecto. En la cima de Aizkorri, fresco y sin viento»
Sonia Reyes llevaba soñando con este día desde hace semanas. Esta beasaindarra es corredora de trail de largas distancias, y el confinamiento se le ha hecho más cuesta arriba que muchos de los desniveles superados en carreras en las que ha participado. Ayer, por fin, llegó el día en el que pudo sacarse esa espinita, respirar aire puro, subir Aizkorri y «sentir un poquito de libertad». Su plan estaba previsto desde hacía días. A las 14.30 horas, después de salir de trabajar, quedó con su amiga Amaia Urrestarazu en Zegama para encarar la subida a la segunda cima más alta de Gipuzkoa, pero de forma «tranquila». Nada de correr. Finalmente se apuntaron al plan otros dos amigos, Aitor Ronda y Eloy del Pozo, y los cuatro, por Sancti Spiritu, para recordar la Zegama-Aizkorri que en condiciones normales se celebraría este próximo fin de semana, llegaron a una cima «despejada, con fresquito pero sin viento. Así como la zona de Txindoki se ve que está algo nublado, aquí está perfecto. Y además, sin mucha gente. ¡Se está increíble!», exclamaba Sonia desde lo más alto, al otro lado del teléfono.
A diferencia de cuando va a entrenar, que va a piñón fijo y más pendiente del terreno que pisa que del paisaje, ayer llevó ritmo pausado, e incluso aprovechó para sacar fotos. «He sacado alguna en la zona del bosque, en la cima, la zona de Urbia...». Y para terminar la caminata, como no podía ser de otra manera, «un pintxo de tortilla y una caña en Zegama. No hay mejor plan», señala.
Los motoristas vuelven a las calles | Javier Romero
«El fin de semana haremos la carretera de la costa»
Javier Romero lleva dos meses, como dice él, «sin poder escuchar el dulce sonido del motor» de su moto. Además de presidente del Motoclub San Sebastián, es un apasionado de este vehículo de dos ruedas y durante estas semanas de confinamiento se ha tenido que conformar con escuchar el rugir de su KTM en el garaje y con el simple objetivo de que no se le descargara la batería. Así que en cuanto se enteró de que a partir del día 17 ya iba a poder salir a rutear por las carreteras guipuzcoanas, los días empezaron incluso a pasar más lentos.
Debido a su trabajo, cuenta, tendrá que esperar hasta el fin de semana, «y no será por falta de ganas. Estamos todos mordiéndonos las uñas. Dos meses sin salir con la moto es mucho tiempo», confiesa.
El plan para este fin de semana parece que lo tiene claro. «Normalmente buscamos puertos de montaña para disfrutar de la conducción en curva, y de eso en Gipuzkoa tenemos muchísimo», pero teniendo en cuenta que la afluencia de vehículos en estas circunstancias es menor, «aprovecharemos para ir por la carretera de la costa hasta Deba, que normalmente evitamos porque hay muchos coches y ciclistas. De ahí iremos hacia Lastur, Azkoitia, Errezil, Tolosa...».
Reconoce que en el caso de los motoristas no es difícil mantener las medidas de higiene, «porque la conducción suele ser individual y las quedadas en grupo se pueden limitar y mantener las distancias cuando llegar al bar de turno». Ahora bien, como presidente del Motoclub, también hace un llamamiento a la responsabilidad de los motoristas sobre todo de cara al fin de semana. «Salir sí, pero con dos dedos de frente».
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