Los dos Enekos, Mikel, Aimar, Markel y Mikel. Un Iker prefiere no salir en la fotografía junto al resto de la cuadrilla. IÑIGO SÁNCHEZ

«Nosotros también queremos igualdad»

Día Internacional de la Mujer ·

La convocatoria era para mujeres, pero algunos hombres quisieron adherirse, desde el respeto al protagonismo femenino

ANA VOZMEDIANO

SAN SEBASTIÁN.

Viernes, 9 de marzo 2018, 08:40

Ocho chicos guapos con sus mochilas avanzan por el lateral del Boulevard donostiarra más cercano al Ayuntamiento. Son estudiantes de Derecho en euskera de la UPV, están en su primer curso y ayer fueron a clase como cualquier otro día. Casi la mitad de los pupitres estaban vacíos porque sus compañeras habían decidido hacer huelga con motivo del 8 de marzo y sumarse a las reivindicaciones del Día de la Mujer.

Publicidad

Junto a Jone, se adherían dos hombres que podrían ser los padres de los universitarios, Gabi, marido de Jone y Nika, soltero y amigo de ambos. Apoyar las reivindicaciones de las más jóvenes y recuperar derechos era su objetivo. Muy cerca, Xabier, un sindicalista que no quería hablar siquiera «porque hoy es el día en el que ellas son las protagonistas, nosotros solo podemos apoyar».

La teoría era compartida por esos jóvenes aprendices de abogado, Eneko Ergedas, Eneko Galdós, Mikel Santiago, Aimar Arozena, Markel Olazaga, Iker Lauzirika, Mikel Lakunza e Iker Gómez. «Hemos venido desde la facultad para apoyar el movimiento feminista, pero teniendo muy presente que es su día, que son ellas las que van a tener que liderar todo este movimiento».

Para ellos había resultado raro estudiar con tantos pupitres vacíos en el aula, porque calculan que más o menos la mitad del alumnado son mujeres. «Pensamos que ir a clase era nuestro deber para poner en valor su huelga», comentan. «Si la hacíamos todos ya no sería un paro feminista, sino una huelga general. Hablamos entre nosotros y pensamos que ese no era el objetivo, que se trataba de visibilizar qué ocurría en un lugar donde las mujeres paraban su actividad. Nosotros lo hemos comprobado esta mañana».

El grupo decidió que una vez que acababan las clases, «la verdad es que la última la hemos dedicado a la igualdad» saldrían de clase y se acercaría a la concentración del Boulevad. La profesora de la última asignatura secundaba el paro y ellos no querían tomárselo como una fiesta.

Publicidad

«La verdad es que hay mucha gente», se admiraban Eneko y el resto de la cuadrilla, sumergidos en un mundo de mujeres en el que también había hombres dispuestos a solidarizarse y más de un curioso. Ellos no son mujeres, pero no quieren vivir en un mundo de desigualdades sino «en una sociedad entre iguales, con mujeres que tengan los mismos derechos que los hombres».

Un grupo de chicas a escasos metros de este grupo lamentaban que gran parte de sus compañeros de instituto, también de San Sebastián, hubieran decidido no acudir a clase. «Creo que en mi clase no ha ido ninguno. Eso no es respetar la huelga». Nerea decía que en la suya le habían dicho que dos. El recreo del instituto Usandizaga era muy masculino, solo masculino. Al final un grupo optó por darle a balón.

Publicidad

«Recuperar terreno»

«Ya está bien de discriminaciones en todos los terrenos». Dos amigos ya de cierta edad, Gabi y Nika, acudieron a la concentración de la mañana convencidos de que su presencia era necesaria para apoyar en reivindicaciones en las que creen. Iba con ellos Jone, la mujer de Gabi, que afirmaba que no puede quejarse de cómo ha sido la igualdad en su ámbito doméstico.

Ambos iban a encargarse de las tareas domésticas, uno porque «soy soltero y amo de casa» y el otro «porque estoy acostumbrado a compartir y soy el que cocina siempre». Creen en la igualdad de mujeres y hombres y en que debe ponerse en valor el papel femenino. «Digan lo que digan nosotros lo tenemos todo más sencillo que ellas en muchos aspectos pese a que las mujeres hacen las cosas mejor que nosotros. No vamos a hablar, además, de que ellas son las que tienen los hijos, las que los cuidan en más ocasiones o las que sufren la lacra de los malos tratos y el acoso».

Publicidad

Ambos amigos consideran que logros que se consiguieron en su generación han desaparecido, aunque ven que los más jóvenes empiezan a movilizarse. «Eso es muy importante y pensamos que debemos ayudarles, apoyar a esta gente que reclama unos derechos que se han perdido. Y todos los que sean necesarios».

Esperan que todos se conciencien de que hay que repartir las tareas del hogar al 50% y llegar a acuerdos. Ellos también quieren vivir en una sociedad entre iguales.

Este contenido es exclusivo para suscriptores

Suscríbete los 2 primeros meses gratis

Publicidad