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No les tiembla el pulso a la hora de disparar un arma, aunque nunca han tenido que hacerlo de servicio. Fotos Arizmendi
Ertzaintza | Padre e Hija

La puntería también se hereda

Los donostiarras Óscar y Olatz Cousillas comparten pasión y destreza con el tiro y ahora también profesión, ya que ella ha ingresado en la Ertzaintza, donde él lleva 30 años. A pesar de su juventud, ya es una de las mejores tiradoras dentro del cuerpo policial

Aiende S. Jiménez

San Sebastián

Martes, 2 de enero 2024, 01:00

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Entre Óscar Cousillas y su hija Olatz se cumple ese dicho de que los hijos hacen lo que ven de sus padres. Gran aficionado al tiro y a las armas, ella comparte esa pasión y se federó en cuanto cumplió los 18. Ahora también ha decidido seguir sus pasos e ingresar en la Ertzaintza, cuerpo al que el padre pertenece desde 1992. Aunque aún no ha cumplido el año de prácticas, la joven donostiarra de 24 años ya ha demostrado sus habilidades con la pistola. No en la calle, donde no ha tenido que desenfundarla por el momento, sino en los 'European Police & Fire Games', un campeonato de policías y bomberos en el que ha conseguido ocho medallas de oro y dos de plata. Su especialidad, la precisión, hasta desde 25 metros con una mano, le convierte en una de las mejores tiradoras de la historia de la Ertzaintza. Su padre también volvió a casa con ocho medallas, tres de oro, y reconoce con orgullo que su hija viene pisando fuerte. «Es muy disciplinada. Aún le falta, pero las mañas que tiene son muy buenas».

La afición a las armas viene en este caso de cuna. Óscar reconoce que su casa es un museo que tiene todo tipo de piezas, algunas históricas, con las que participa en recreaciones como en la de la batalla del 31 de agosto que se celebra cada año en San Sebastián. «Tengo armas avancarga, de las que se cargan con pólvora desde arriba», explica. Sus habilidades le permitieron ser pionero en la Ertzaintza. «Fui el que abrió la brecha», dice. A los dos años de ingresar en el cuerpo ya se convirtió en instructor, con especialidad en tiro.

Es un hombre afable y extrovertido, a quien en su tiempo libre le gusta bailar salsa y que nunca ha ido de caza porque no le gusta. «Hay un falso mito de que las personas a las que nos gusta el tiro somos violentas, pero es todo lo contrario. Un buen tirador tiene que ser tranquilo, templado, tener paciencia. Es un deporte muy frustrante, muy mental, en el que hay que entrenar mucho». El hándicap es que para hacerlo tienen que trasladarse a Navarra, ya que Gipuzkoa no cuenta con instalaciones. «Estamos federados allí».

«Hay un falso mito de que por hacer tiro somos violentos. Al contrario, un buen tirador tiene que ser tranquilo, templado»

Óscar Cousillas

Instructor de la Brigada Móvil

En sus 30 años de profesión, nunca ha tenido que disparar. «Sacar la pistola sí, unas 4 o 5 veces, pero nada más, por suerte. He hablado con compañeros que han estado en tiroteos y se pasa mal». Tampoco lo ha tenido que hacer Olatz, que lleva diez meses de prácticas en la comisaría de Irun, y que en su primer día vio su primer muerto. «Un chico que se había quitado la vida». Ha coincidido con su padre trabajando en un par de ocasiones. «Una vez fue por una persona a la que habían rajado la tripa en una plaza y estábamos buscando al agresor», aunque asegura que esos casos no le ponen nerviosa. «Impacta más el abuelo que se ha caído en casa y que no tiene a nadie que le ayude».

Contra los U.S. Border Patrol

Aunque los que se celebraron hace unas semanas en Torrevieja fueron los primeros juegos policiales en los que Olatz ha participado, su padre ha estado en mundiales y europeos en Francia o Estados Unidos, conociendo a cuerpos de todo el mundo. El que más le impresionó fue el de los U.S. Border Patrol, la patrulla de fronteras americana. «Tenían un entrenamiento exagerado, en EE UU es donde más nivel hay porque hay mucha tradición armamentística». También destaca a las policías de Checoslovaquia, Polonia y Croacia.

«Es más impactante el abuelo que se cae en una casa y que no tiene quien le ayude, que ver un muerto o un navajazo»

Olatz Cousillas

Ertzaina de prácticas en Irun

Óscar siempre ha trabajado en la Brigada Móvil, los antidisturbios conocidos coloquialmente como 'beltzas', la primera línea en las intervenciones más difíciles, el azote de la 'kale borroka'. Años duros en los que tenían que ocultar su profesión y en los que vivieron situaciones de peligro. Y sin embargo, asegura que ahora siente «más presión» a la hora de trabajar. «He vivido los peores años, pero a la vez he disfrutado mucho. Antes sabías a lo que ibas, estabas preparado, cumplías y volvías. Ahora no siento el mismo apoyo. Tienes miedo de cometer cualquier error o no controlar una situación y que alguien te pueda grabar y subirlo a redes, que te denuncien. No sé, es una dinámica que no me gusta», asegura el agente, que lleva más de 30 años en el cuerpo. En esto su hija también quiere seguir sus pasos y trabajar en la Brigada Móvil, aunque primero quiere pasar un tiempo patrullando en la calle.

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