Puede vivir siete años y liberar más de 100.000 larvas a lo largo de su vida

Ejemplo evidente de esta rápida propagación y de la creciente presencia de la especie es Navarra, lo que ha empezado a provocar el colapso de los sistemas de regadío, donde la Confederación Hidrográfica del Ebro (CHE) realiza controles periódicos en diversas estaciones desde Burgos hasta la desembocadura en Tarragona.

En el caso de Euskadi, las catas abarcan el embalse alavés de Sobrón, donde no se ha apreciado este tipo de almeja, que ya se encuentra «en gran parte de las cuencas hidrográficas españolas», sobre todo en el bajo Miño, Cataluña, Guadiana y Duero, además del Ebro.

Los informes califican de «imposible» la erradicación de la 'Corbicula fluminea' en un sistema infectado. En poblaciones aún incipientes, el estudio ministerial propone «eliminar a mano los ejemplares vivos y muertos», tal como hacen ya algunos pescadores en el Oria. También se aconseja «vigilar» la limpieza de aperos y material de pesca con productos desinfectantes para evitar las posibles transcolocaciones de larvas –que mueren a los ocho días en ausencia de agua–, así como, en el caso de aguas confinadas, la instalación de filtros que impidan su paso.