La procesión de Donibane tiene un plan B

La llegada de la Semana Santa en Pasai Donibane se traduce desde hace décadas en una frenética actividad. Centenares de personas se ven inmersas en los preparativos de los actos litúrgicos, entre los que destaca la procesión del Santo Entierro, la única de Euskadi que ha sido declarada de interés turístico por parte del Gobierno Vasco. La Banda Konstantzia ensaya sus piezas, al igual que el coro, mientras los costaleros se organizan para llevar los pasos.

«El Viernes Santo es un día especial, de mucho nerviosismo», coinciden en señalar Aitor Ugarte y Erik Salazar, dos jóvenes que forman parte del nutrido grupo de voluntarios que han buscado un plan B a la emblemática procesión. «Nos da miedo que pierda fuelle porque este es el segundo año consecutivo en el que nos quedamos sin poder celebrarla por culpa de la pandemia. Teníamos que hacer algo...», argumentan.

Es así cómo nació la idea de organizar una exposición de las esculturas empleadas como pasos y otras piezas que la iglesia ha atesorado a lo largo de la historia. La muestra, que se inspira «de forma humilde» en las organizadas estos días por las hermandades de Andalucía, permanece abierta desde hoy en la parroquia de San Juan. En ella pueden contemplarse las figuras de imaginería que se encuentran entre las mejores de Gipuzkoa.

«Las hemos preparado como si fueran a salir a recorrer la calle empedrada», explica Salazar, mientras muestra los farolillos encendidos que acompañan a algunas de ellas o los mantos bordados con los que se han vestido para la ocasión a la Virgen de La Dolorosa y al San Juan Evangelista. Ambas piezas, unidas al Cristo de Bonanza, conforman la representación de El Calvario, creada por primera vez en el altar. No falta el denominado Monumento y estandartes antiguos.

Quienes se acerquen a visitar el templo podrán disfrutar, igualmente, de la proyección de fotos tomadas años anteriores en la procesión y coger estampitas. «Ya que el Cristo no puede desfilar hasta la plaza, que se lo lleven a casa simbólicamente», apuntan. Además, en la Vigilia Pascual del sábado estrenarán una nueva imagen, la del Cristo resucitado que han hecho traer de Córdoba.

«Hemos aprovechado para hacer cosas diferentes que otros años no hemos podido organizar e ilusionar a la gente. Se lo debemos a los muchos voluntarios que nos han precedido y cuyo trabajo permanece oculto. Queríamos ponerlo en valor, al tiempo que recuperamos un patrimonio que desconocíamos», concluyen.