Una mujer se informa sobre pisos en alquiler en una inmobiliaria de Donostia. Lobo Altuna
Escasez de vivienda en alquiler

Los pisos de alquiler en Gipuzkoa se colocan en apenas 24 horas por la escasez de la oferta

Las inmobiliarias reciben una avalancha de llamadas cada vez que anuncian un arrendamiento

Sábado, 18 de mayo 2024, 06:56

24 horas. Es lo que duran los pisos en alquiler que se ofertan en las inmobiliarias guipuzcoanas, de donde prácticamente «vuelan» nada más publicar el ... anuncio. No es algo puntual sino una tendencia que se lleva produciendo «desde hace tiempo», pero que se ha acentuado más si cabe estos últimos meses tras la aprobación de la ley estatal de Vivienda, que ha provocado, entre otras cosas, que muchos propietarios saquen del mercado los pisos que tenían en alquiler por la «incertidumbre» generada o eleven el precio de las rentas para guardarse las espaldas ante futuros impagos.

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Las inmobiliarias guipuzcoanas consultadas por este periódico corroboran cómo los pisos no tardan ni 48 horas en alquilarse. Desde la inmobiliaria Elizalde, Maitane Azpeitia explica que «a las pocas horas de publicar un anuncio tenemos que quitarlo porque no tenemos capacidad de gestionar la inmensidad de demanda que nos puede llegar, nos desborda. Si el piso está en un precio más o menos coherente, por decirlo de alguna forma –la media en Donostia ronda «los 1.200 euros»–, los anuncios están un día como mucho y los tenemos que retirar». No exagera. «Hace poco publicamos un piso de 900 euros en Bidebieta y en 5 horas recibimos 200 emails, además de llamadas», detalla.

817

euros es la renta media del alquiler en Gipuzkoa, según datos de 2023 del Gobierno Vasco

6.825

es el número de contratos en alquiler que se firmaron el año pasado

Y es que los pisos entran a cuenta gotas. «Estamos ante una escasez de oferta total y una demanda muy alta que además se va acumulando en el tiempo. Hay muchísima lista de espera y el problema es que, habiendo tantos candidatos, la gente ya no puede elegir dónde quiere vivir, se tienen que conformar con el que le han dado la posibilidad de visitar. Los clientes me dicen 'ya me da igual el sitio' porque necesitan una vivienda. Y si hay otra persona que ha contactado antes, se lo lleva». Cabe recordar que la firma de nuevos alquileres está en mínimos de los últimos seis años. «Ahora mismo nosotros no tenemos ningún piso en alquiler», señala Maitane Azpeitia, que afirma que «desde la ley de Vivienda salieron muchos pisos del mercado. Los propietarios tienen mucha incertidumbre, pero al final el que soluciona la papeleta del alquiler esel ciudadano que tiene unos ahorros o ha tenido una herencia y quiere sacar una rentabilidad. Y como no se sabe de qué manera se va a meter mano a esa rentabilidad y cómo se van a desarrollar zonas tensionadas, a la gente ya no le merece la pena o prefiere tener la vivienda vacía hasta ver cómo se resuelve todo».

«Incertidumbre»

Las dificultades añadidas para desalojar a un inquilino que no pague el alquiler son otra de las razones que están sacando pisos del mercado. «El propietario tiene mucho miedo, hay incertidumbre. En el momento que alquilas una vivienda y hay impagos tardas casi un año en ejecutarlo», afirma Nerea Galdona, de la inmobiliaria Galdona, que observa al mismo tiempo cómo está disminuyendo la oferta de alquiler de larga duración frente a los alquileres estacionales –que no estarían sujetos a los topes de subida anual que plantea la ley–. Según observa desde su inmobiliaria, «muchos propietarios han destinado sus viviendas para cortas estancias, no tanto vacacionales, porque necesitas otro tipo de licencia, pero sí para estancias de septiembre a junio, por ejemplo, o si vas a hacer una obra en tu casa y necesitas irte de casa 3 o 4 meses».

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«Hace poco publicamos un piso de 900 euros en Bidebieta y en 5 horas recibimos 200 emails, además de llamadas»

Maitane Azpeitia

Inmobiliaria Elizalde

Con la incertidumbre sobrevolando cabezas, los precios también siguen su escalada ascendente. Gipuzkoa cerró el último año con una renta media de alquiler de 817 euros, según los datos de la Estadística del Mercado del Alquiler (EMAL) del Gobierno Vasco correspondiente a 2023, que toma como referencia los contratos y fianzas inscritos en el registro obligatorio de arrendamientos. Es decir, no se basa en las ofertas inmobiliarias, sino en los contratos que se inscriben oficialmente ante el Gobierno Vasco; los precios ofertados en el mercado libre de alquiler suelen ser bastante más altos.

«El piso más barato que se ha alquilado recientemente ha sido por 1.100 euros. Como salga en menos de 1.200 euros la locura es total. Ahora tenemos dos viviendas en alquiler y lo que tenemos no nos da tiempo ni a publicarlo, se alquila en el mismo día y hay lista de espera. La gente tiene las alertas puestas. El otro día llegaron en 5 minutos 20 llamadas y 30 solicitudes por internet, hay mucha gente con necesidad. Nos entra un piso a la semana y en cuanto entran, vuelan», afirma Galdona, que comenta no obstante que la escasez de pisos «no es nada nuevo y esta necesidad real de vivienda en alquiler está provocando que se disparen los precios».

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Por norma general, un piso de 60-70 m2, de dos dormitorios y sin amueblar en Donostia parte de una renta de 1.300 euros, según afirman desde inmobiliaria Areizaga, que detallan que las zonas del Centro, Gros y Antiguo, los barrios de las tres playas, son las que más rápido se alquilan, «aunque ahora, por la escasez de oferta de viviendas en alquiler, la ubicación ha pasado a un segundo plano. Hay tan poca oferta que cuando sale al mercado un piso en alquiler de 3 habitaciones por menos de 1.000 euros, en 2 horas ya recibimos más de 150 interesados en alquilarlo sin ni siquiera hacer una visita. En los últimos años solíamos contar con una cartera recurrente de 20-30 inmuebles. Ahora estas cifras se han visto reducidas y tenemos menos de 10 en cartera». Ante este desequilibrio, «es imposible copar toda la demanda», señala Liher Bravo, responsable de alquileres.

Desde la inmobiliaria Arrigain también observan los cambios que ha traído consigo la nueva ley y cómo muchos alquileres han pasado a ser temporales «porque muchos propietarios no quieren atraparse a la ley de la larga estancia», expone su director comercial, Simón Alustiza. Otros, en cambio, «han incrementado el precio por el tema de los topes o han repercutido los honorarios de las agencias en la renta mensual–el propietario es quien, según la nueva ley de Vivienda, está obligado a asumir los gastos de gestión inmobiliaria– y ahora es difícil encontrar un piso de 3 habitaciones por menos de 1.200 euros. Y vuela».

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«El piso más barato que alquilamos hace unos días fue por 1.100 euros. Como salga en menos de 1.200, la locura es total»

Nerea Galdona

Inmobiliaria Galdona

Recientemente alquilaron un apartamento a patio de un dormitorio por 950 euros. «Se alquiló en seguida», al igual que otro piso en Intxaurrondo de dos habitaciones por 1.000 euros. «Es una locura», expresa.

En estos momentos, cuentan con 12 pisos de alquiler en cartera en Donostia, 3 de larga estancia y 9 temporales. «La gente está con miedo de a ver a quién mete en su casa y se exige muchísimo, además el propietario tiene candidatos de sobra para elegir». Este experto coincide con el resto de profesionales del sector y pone de manifiesto el «problemón» que arrastra el territorio desde hace años. El nuevo Gobierno Vasco, competente en materia de Vivienda, tiene un gran reto por delante para contener los precios del alquiler. «También hay muy pocas ayudas y la gente está asqueada, tanto propietarios como inquilinos», añade.

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José Luis Polo, director de la inmobiliaria Okados, afirma que «si se establecen los topes, el problema se va a agravar. La gente está desesperada».

Una búsqueda «muy frustrante»: 30 interesados por cada vivienda

La sequía de pisos en alquiler en Gipuzkoa se observa en los escaparates a pie de calle y en portales inmobiliarios, donde Donostia acapara la gran mayoría de la oferta de alquiler. En estos momentos, el territorio cuenta con 78 pisos en alquiler ofertados en webs como pisos.com, de los que 64 se encuentran en Donostia. En el resto de municipios apenas se encuentran anuncios. Por ejemplo, en la comarca del Bidasoa hay cuatro pisos (tres en Irun y uno en Hondarribia), en Alto Deba dos (Arrasate y Elgeta) y solo uno en Tolosaldea, en concreto en Alkiza.

«En una década, el panorama ha cambiado drásticamente. Hace diez años, Gipuzkoa contaba con más de 800 viviendas disponibles para alquilar, pero en 2023 este número se redujo a menos de 350. Mientras tanto, el número de hogares sigue en aumento, exacerbando aún más el desequilibrio entre la oferta y la demanda. Esta escasez de viviendas está impulsando un incremento en los precios y dificulta el acceso a la vivienda porque los propietarios se encuentran ahora con más de 30 perfiles entre los que elegir», explica el responsable de alquileres de Areizaga, Liher Bravo.

El desafío del acceso a la vivienda no atañe solo a Gipuzkoa, sino que «es un problema estructural que afecta a nivel nacional. La demanda supera con creces la oferta, y a lo largo de los años hemos sido testigos de una reducción significativa en el número de viviendas disponibles para alquilar». A juicio de este experto, «nos enfrentamos a una situación alarmante: por cada vivienda en alquiler, más de 30 familias muestran interés en arrendarla, una cifra cuatro veces mayor que en 2019, cuando solo había ocho familias interesadas. Para los inquilinos es muy frustrante porque esta escasez de viviendas está impulsando un incremento en los precios y dificulta el acceso a la vivienda para los inquilinos de bajos recursos, porque los propietarios se encuentran ahora con más de 30 perfiles entre los que elegir».

La problemática del alquiler es «histórica» en Gipuzkoa. «No hay producto de alquiler y resulta muy complicado», expone Simón Alustiza, de Inmobiliaria Arrigain.

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