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El interior de una de las cinco ambulancias medicalizadas de Gipuzkoa. USOZ
«En un parto tan inminente no se mueve a la madre esté donde esté»

«En un parto tan inminente no se mueve a la madre esté donde esté»

Puede haber riesgos tanto para la mujer como para el bebé | La médico que atendió a la mujer que parió en una acera de Errenteria cuenta a DV cómo fue la situación y la asistencia sanitaria a ella y a su hija

Ana Vozmediano

SAN SEBASTIAN.

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Viernes, 31 de agosto 2018, 06:33

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La historia se conoce bien. Una joven de Guinea Ecuatorial, María Sabina, da a luz a primeras horas de la madrugada del jueves en una acera de Errenteria a su segunda hija, Mirjana. Poco a poco se van conociendo los detalles y se dan explicaciones. ¿Por qué la primera ambulancia se limitó a vigilar el estado de la parturienta y no la movió tal y como ella pedía? ¿Por qué el segundo vehículo en llegar, un vehículo medicalizada, tampoco la trasladó?

La médico que atendió, y que prefiere mantener el anonimato, es tajante: «En un parto tan inminente en la que se le ve la cabeza al niño no se puede mover a la madre porque sería arriesgado. Esté donde esté»

Retrocedemos en la historia. Esa noche del 23 de agosto, el centro coordinador de Emergencias llama a la ambulancia medicalizada, esa especie de UVI móvil en la que viajan médico, enfermero y técnico auxiliar, para que acudan a la calle de Bidasoa de Errenteria. Una mujer tumbada enla calle, dicen, está a punto de parir e incluso se le ve la cabeza al bebé.

Como es habitual en estos casos, la ambulancia de Soporte Vital Básico de Errenteria se pone en marcha y llega en cinco minutos al lugar. La medicalizada sale desde Irun y llega poco después. María Sabina, que no tuvo contracciones y no supo que estaba de parto hasta que rompió aguas en su casa, seguía en la acera, asistida por los TES, los Técnicos de Emergencia Sanitaria que atienden las ambulancias de Soporte Vital Básico.

Ellos no se atreven a moverla siquiera para subirla a la ambulancia tal y como ella quiere y lo que hacen es pedirla que contenga a ese bebé que tiene tanta prisa en llegar.

La médico sabe desde el principio que puede encontrarse incluso con que el niño ya ha nacido. Los TES vigilan constantemente para evitar que el periné, la musculatura que rodea la vagina pueda desgarrarse. El bebé, además, puede caer al suelo en cualquier contracción.

«La niña era una preciosidad y las dos están bien. Eso era para mí lo más importante»

«El control debe ser total para que no haya riesgos de que el periné se desgarre o que el bebé se caiga»

«En una situación como esta de parto inminente no se puede mover a la mujer. Correría muchos riesgos, aunque resulte duro que tenga que parir en la acera como ocurrió en este caso. A veces ha pasado en portales o en domicilios. Ni mis compañeros ni yo podíamos levantar a la mujer tendida en el suelo, no se puede perder de vista ni el periné ni la cabeza del niño. En una contracción el crío puede incluso caer al suelo. Si la pierdes de vista también pierdes el control».

Estos partos tan rápidos no son los más frecuentes, «aunque en ese mismo turno atendí a una mujer que tardó diez minutos en tener a su hijo desde que llegamos al hospital. Ella también tenía ganas de empujar y yo también le decía que aguantara».

Dos contracciones

En el caso de María Sabina, bastaron dos contracciones desde que llegara esta médico joven para que Mirjana estuviera ya en brazos de la médico y luego de su madre. Hubo vecinos a los que les saltaron las lágrimas cuando oyeron el llanto saludable de la pequeña. Para esta médico de Emergencias el sentimiento fue de tranquilidad.

«La niña era una preciosidad desde el primer momento, sin ninguna marca ni arruga. La madre estaba bien y ya nos íbamos al Hospital Donostia. Fui con ellas contenta por la actuación. Todo había salido bien, la coordinación había funcionado y lo que era lo más importante: las dos estaban muy bien».

No es ginecóloga, pero como especialista en Emergencias sabe que estos partos tan rápidos suelen ir bien. «Pero eso no quiere decir que no haya riesgos y si van mal pueden generar mucho sufrimiento».

María Sabina agradecía el otro día la actuación de la médico, sobre todo por el alivio que supuso poder dejar de sujetar los embites de su pequeña y empujar por fin para que saliera. «Entiendo su preocupación y todo lo que puso pasar por su cabeza. El miedo a que pasara algo. Pero están bien que es lo más importante».

Esa misma noche en la que nació Mirjana las ambulancias de Osakidetza atendieron a 190 personas, algo menos que las 240 que se registran de media en los meses de agosto. En todo Euskadi fueron 913.

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