La obra del TAV obliga a cortar toda la vía de Adif entre Irun y Donostia en agosto

Durante esta última fase se acometerán algunas de las actuaciones más complejas y con más impacto en los viajeros, como son precisamente las adaptaciones de los túneles de Loiola en San Sebastián y Kaputxinos en Errenteria. Obras para permitir el paso del llamado 'tercer hilo', la vía entre Astigarraga e Irun por la que circularán los trenes de alta velocidad en paralelo a la línea convencional.

El secretario de Estado de Transportes y Movilidad Sostenible, el exalcalde de Irun José Antonio Santano, anuncia en una conversación con este periódico que los trabajos necesarios en ambos puntos conllevarán hasta comienzos de 2026 afecciones al servicio ferroviario «más intensas» que las que ya afectan hoy a los usuarios habituales. Hasta el punto de que será necesario cortar totalmente el tráfico de trenes en varias ocasiones en el tramo Hernani-Irun. Se hará durante algunos fines de semana y, lo más relevante, durante casi todo el mes de agosto entre Donostia e Irun y, previsiblemente, durante otras tres semanas en el verano de 2025.

Además, mientras se desarrollen los trabajos en los túneles se reducirán aún más las frecuencias del servicio de Cercanías respecto de lo que ya se han acortado desde el 29 de abril. Se debe a que por esos puntos solo se podrá circular por una de las vías. Habrá en torno a un tren cada hora en cada sentido.

Para compensar la reducción en el número de trenes diarios, estos serán de mayor capacidad, con dobles composiciones. El objetivo es «poder transportar cada día el mismo número de viajeros que ahora», recalca Santano.

El primer corte se producirá un fin de semana aún por determinar entre mediados de junio y comienzos de julio, tratando de evitar, si las circunstancias lo permiten, los fines de semana más intensos del calendario de fiestas en las localidades de este corredor. El mayor impacto se producirá en agosto, cuando la circulación de trenes quedará totalmente anulada la mayor parte del mes.

Las incidencias comenzarán el sábado 3. Ese día dejarán de operar los trenes entre Hernani e Irun. Entre Hernani y San Sebastián el corte solo durará ese fin de semana, restableciéndose el servicio el lunes 5 a las 4.30 de la mañana. Pero entre la capital y la ciudad fronteriza el tráfico ferroviario se mantendrá todavía anulado hasta el domingo 25. Ese último fin de semana de agosto (24 y 25) el corte volverá a extenderse al tramo Donostia-Hernani, por donde dejarán de circular de nuevo los convoyes.

En septiembre volverán a producirse cortes de servicio, previsiblemente el fin de semana del 14-15, aunque como en el caso de junio o julio, la fecha «se concretará con anticipación».

Las jornadas en las que no haya servicio de tren, Renfe habilitará como alternativa autobuses que cubrirán los recorridos anulados temporalmente.

La excepcionalidad que supone la no circulación de trenes permitirá a Adif (la empresa pública estatal que construye y gestiona las infraestructuras ferroviarias) acometer en agosto diversas actuaciones en diferentes puntos del recorrido para ganar el mayor tiempo posible a una obra que lleva años de retraso tras la paralización durante cuatro años (2018-2022) de los trabajos en el túnel de Gaintxurizketa después de que quebrara la empresa encargada de esas labores.

Así, no solo se trabajará en el túnel de Loiola, sino que se aprovechará la libertad de maniobra que permite la ausencia de trenes y viajeros para realizar actuaciones en estaciones como la de Gros, Ategorrieta o Ventas, así como en diferentes puntos del trazado.

El desarrollo de las obras y la actuación en los puntos críticos señalados (los túneles de Loiola y Kaputxinos) es lo que lleva a cortar el tráfico por completo. El tiempo mínimo necesario para llevar a buen puerto los trabajos son seis semanas, según el plan que establece el proyecto constructivo. Con el ánimo de minimizar las afecciones, tanto a los usuarios de los trenes comerciales como al tráfico de mercancías con origen y destino el Puerto de Pasaia –instalación de interés general del Estado–, se ha optado por dividir ese periodo en dos ventanas de tres semanas en lugar de hacerlo durante seis semanas seguidas.

Esto es así al poder concentrar las afecciones más importantes en el mes de agosto, cuando hay menos usuarios que usan el tren por motivos laborales o de estudios, y baja también la actividad del puerto pasaitarra.