«Nadé lo más rápido que pude para rescatarle, pero cuando llegué ya había muerto»
Igor, el buzo que retuvo uno de los cuerpos, explica que «con una mano me agarraba a la boya y con otra le cogía fuerte a él para que el mar no nos llevara»
Igor fue quien retuvo el cuerpo de uno de los hermanos Urkizar hasta que llegó el helicóptero de la Ertzaintza a Eretzin ayer por la ... tarde. Aficionado al submarinismo, este vecino de Irun acude casi a diario a la cala Eretzin y sus alrededores para bucear y disfrutar del paisaje marino de la zona, que tanto le gusta.
Aprovechando el buen tiempo y la jornada veraniega de ayer, se acercó hasta las faldas de Jaizkibel acompañado de su mujer y de su hijo pequeño, que le esperaron en la orilla mientras él buceaba. La idea era pasar un sábado agradable en un paraje inmejorable.
Nunca se hubiera imaginado lo que le depararía la jornada. Estaba a unos sesenta metros de las rocas cuando vio que su pareja hablaba con un hombre. Él «estaba gritando '¡hay dos hombres en el agua! ¡Se han ahogado! Se le veía muy nervioso y preocupado». Según cree, era el primo de los dos hermanos ahogados. «Le pidió a mi mujer, por favor, que le ayudáramos con el rescate de los cuerpos. Sabía que habían muerto, se lo podía imaginar, pero quería que al menos les sacáramos del agua».
Igor no lo dudó. «Nadé lo más rápido que pude hasta donde me indicaban, pero no llegué a tiempo para rescatarles con vida», asegura. Mientras desde fuera le daban indicaciones sobre en qué punto en concreto podrían estar los cuerpos, él se movía por el agua acompañado de su boya, que le ayudaba a mantenerse a flote cuando el cuerpo no podía más.
El boca a boca
A unos cincuenta metros mar adentro, después de dar varias vueltas, vio uno de los cadáveres. «Estaba semihundido y completamente vestido. Es evidente que no había ido a darse un baño», apunta. Intentó reanimarle. «Le hice el boca a boca en cuanto pude, pero ya estaba muerto», añade.
El cuerpo estaba en mitad del mar, alejado de tierra, sin ninguna roca a su alrededor. Aunque intentó salvarle, Igor no pudo hacer nada. Entonces le sujetó y se agarró a su boya. «Estuve con él alrededor de veinte minutos en el mar. No podía moverme de ahí. Con una mano agarraba mi boya y con otra le cogía a él lo más fuerte posible para que el mar no nos llevara lejos de donde estábamos».
Los servicios de Emergencias ya habían sido alertados de lo ocurrido, y estaban a punto de llegar al lugar de los hechos, pero la espera se hizo muy larga. Y más cuando las condiciones del agua y las mareas no son las mejores. «Hubo algún momento en el que pensé que no podía seguir así. Ya no aguantaba más. Se me estaba haciendo difícil no soltarle».
Ayer, a esas horas de la tarde, el mar todavía estaba «bastante tranquilo para lo que acostumbra la zona. Por eso decidí ir pronto a bucear, porque sabía que más adelante se iba a poner feo».
Pero Igor aguantó hasta que llegó la Ertzaintza. «Hice todo lo que pude para no soltarle». Cuando vio el helicóptero de la Policía vasca aparecer, se relajó, «dentro de lo posible». Los servicios de rescaque se acercaron hasta donde estaba para ayudarle con el cuerpo, que después trasladaron al aeropuerto de Hondarribia. «Bajaron con la cuerda a rescatarle», explica.
Si bien este joven irundarra consiguió retener a uno de los hermanos, no tuvo la misma suerte con el otro. «Creo que vi su cuerpo, pero no estoy del todo seguro. Cuando me acerqué ya no estaba allí. La tensión del momento fue muy grande», señala. El segundo hermano fue rescatado unos minutos más tarde, tras ser localizado «muy cerca de donde estábamos».
A Igor le avisaron de lo sucedido alrededor de las 16.00 horas, cuando se encontraba en plena actividad divisando la biodiversidad marítima de Jaizkibel, y no salió del agua hasta las 16.45 horas. Tardó alrededor de 30-45 minutos entre que encontró uno de los cuerpos y lo retuvo, hasta que llegó la Ertzaintza.
«Solo nuestro coche»
Si bien no sabe cómo habían accedido los hermanos Urkizar al lugar, sí que asegura que «allí no había coches ni ningún tipo de vehículos. Solo el nuestro. Al menos a la cala tuvieron que ir andando».
Él, que conoce la zona como si de la palma de su mano se tratara, fue en su 4x4, como acostumbra. Ese era el único medio de transporte aparcado en las inmediaciones de la cala.
Una vez finalizado el rescate, la Ertzaintza tomó declaración a Igor. Él, junto a su mujer y su hijo era el único que se encontraban en el lugar de los hechos, además de los hermanos Urkizar y sus familiares. «Al parecer, estaban acompañados de varios primos y otros amigos o miembros de la familia. Tenía pinta de que habían ido a pasar el día por ahí», indica Igor, mientras señala que no fue él quien intercambió palabras con ellos, si no su mujer, ya que el irundarra no salió en ningún momento del agua. Solo cuando el rescate ya se había dado por terminado.
Sea como fuere, Igor hizo todo lo que estaba en sus manos para intentar ayudar a los hermanos Urkizar.
Tragedia en una cala de Jaizkibel
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