La Ertzaintza desplegó una operación jaula en Gros para detener al asesino de Murchante
Alertó a un ertzaina fuera de servicio de la presencia del fugitivo en el bar Bergara y decenas de efectivos blindaron el barrio hasta localizarle en la peluquería
La búsqueda de Pedro María Ruiz Jiménez, el presunto asesino de María Pilar Berrio en Murchante, se prolongó durante más de 30 ... horas en las que decenas de patrullas trataron de seguir su pista para estrechar el cerco y poder detenerlo. Pero la última hora fue sin duda la de más tensión. La Ertzaintza trabajaba a contrarreloj, ya que temían, como así ocurrió, que el fugitivo tratara de cambiar su imagen para pasar desapercibido. Un soplo le situó en Gros poco antes de las siete de la tarde. En ese momento se desplegó en el barrio una operación jaula, con efectivos en todas las calles que acorralaron al fugado. No podía escapar. Finalmente, minutos después un agente de paisano le localizó en una peluquería de la calle Pasaia. La fuga había terminado.
Ha sido sin duda uno de los operativos policiales más espectaculares que se recuerda en Gipuzkoa en los últimos años. Un presunto asesino suelto, al que consideraban muy peligroso y violento, que podía estar armado y con una red de contactos que podía ayudarle en su huida. Máximo riesgo, más aún cuando en la alerta recibida por la Ertzaintza constaba que el hombre se había jactado en varias ocasiones de que iba a matar a un agente.
La labor policial, sumada a la colaboración ciudadana, indispensable en este tipo de casos en los que se busca a una persona huida, fue clave para finalizar el operativo con éxito. Sobre las 18.40 de la tarde del jueves, Pedro María Ruiz Jiménez, tras horas en paradero desconocido, tomaba tranquilamente un pintxo de tortilla con un whisky en el bar Bergara de Gros, en Donostia, mientras decenas de patrullas trataban de darle caza. Antes, esa misma mañana, había robado un coche sin rotular de la Ertzaintza con el que se movió por la ciudad. Un informante de la Policía autonómica vasca que se encontraba cerca del mencionado bar le reconoció y dio el aviso a un agente que en ese momento se encontraba fuera de servicio. La alerta se trasladó a todas las unidades de servicio, y en ese momento se activó una operación jaula en el barrio.
Máxima tensión
La orden fue blindar Gros. Un amplio despliegue de patrullas cerró las salidas de todas las calles, con el objetivo de acorralar al fugitivo. Sabían que estaba allí y no podía escapar. Para no levantar sospechas que pudieran alertar al hombre o llevarle a cometer algún movimiento peligroso, varios agentes de paisano comenzaron a peinar las calles del barrio en su busca. La tensión entre los agentes era máxima.
Las claves
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Operativo Los agentes cortaron las salidas de las calles de Gros para acorralar al fugitivo y capturarle
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Registro El hombre no iba armado, pero llevaba mucho dinero en efectivo y gran cantidad de joyas de oro
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Detenido Continúa en comisaría y podría ser trasladado a Navarra, que es donde se instruye el asesinato
Minutos después, localizaron el coche que había robado en la calle Oiartzun. El cerco se estrechaba. A pocos metros de distancia, en la peluquería Txukun-txukun de la calle Pasaia, uno de los agentes camuflados le localizó. Inmediatamente dio el aviso para que llegaran refuerzos desplegados por la zona. Los primeros en llegar fueron patrullas de Seguridad Ciudadana de la comisaría de Donostia, que redujeron al fugitivo y le pusieron las esposas. Poco después llegaron efectivos de la Brigada Móvil, encargados de registrar al detenido. Este no iba armado y no opuso resistencia ante los agentes.
No obstante, en ese registro los agentes hallaron una importante cantidad de dinero en efectivo y también muchas joyas de oro, de las que previsiblemente hizo acopio para después venderlas.
Esa operación jaula fue la estocada final a una huida que comenzó el miércoles a las 10.24 horas en Murchante, cuando Pedro María embistió con su coche el de Pilar Berrio, su excuñada y con la que podría mantener una relación sentimental. El vehículo de la mujer se salió a la cuneta, y el hombre se bajó del coche, abrió la puerta del conductor y la degolló. En los asientos de atrás, testigos de ese horror, estaban los dos hijos de la víctima, de 5 y 9 años.
Puso la OTA
El presunto asesino emprendió una fuga que le llevó a Gipuzkoa, donde tiene una amplia red familiar. Pasó por Legazpi, donde abandonó el coche, pero a las 19.00 horas ya estaba en el bar Bergara de San Sebastián. Horas después se trasladó a la pensión Anoeta, donde pasó la noche. A primera hora abandonó el alojamiento y tras desayunar en un bar se dirigió a la zona de Errotaburu, donde robó un coche que se encontraba en el exterior del taller de Seat Lugaritz. Casualmente, era un vehículo de la Ertzaintza, sin distintivo policial, que utiliza la unidad de inspecciones oculares. Desde allí se trasladó a Gros, a la calle Secundino Esnaola, donde aparcó y puso la OTA.
Se cree que el resto del día lo pasó en la zona de Gros, ya que esa tarde regresó al bar Bergara, sin saber que estaba cometiendo el error que iba a delatarle. Es casi seguro que ese pintxo de tortilla y ese whisky sean lo último que el fugitivo haya tomado en libertad.
El hombre fue trasladado a dependencias policiales, donde permanece a la espera de pasar a disposición judicial. Su entrega a la Policía Foral, que instruye la investigación por el asesinato de Murchante, está aún en el aire. Si pasa a disposición judicial en Gipuzkoa el juez de guardia podría inhibirse en favor del juzgado de Tudela al que corresponde el caso o decretar su ingreso en prisión. En este sentido, el consejero de Seguridad, Josu Erkoreka, señaló que previsiblemente la tramitación judicial se llevará en Navarra.
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