

Secciones
Servicios
Destacamos
«Esto no va de querer ser los mejores, de crear Messis ni de esas cosas que se alegan por ahí. El objetivo de cualquier ... política de deporte escolar debería ser que los niños que ejercitan una disciplina aprendan unas nociones y fundamentos básicos para conocerla, que se diviertan practicándola y conseguir que quieran seguir disfrutando de ella tras la etapa escolar. No se ama lo que no se conoce ni lo que no se controla mínimamente. Lo contrario es ir a pasar el rato y tener a los críos ocupados y cuidados un par de horas más aparte del horario escolar. Es lo que yo veía que pasaba en el centro de mis hijos, y por lo que me llegaba, sucedía en muchas otras familias. Por eso di el paso de denunciar la obligatoriedad de inscribir en el Eskola Kirola a niños y niñas que ya quieren hacer deporte sin valorar las circunstancias particulares de cada caso ni la calidad de la formación que se imparte, que en modo alguno está garantizada en Gipuzkoa».
El padre de Pasaia que con su denuncia ha provocado que desde esta semana deje de ser requisito imprescindible para los niños guipuzcoanos de entre 8 y 12 años que quieren jugar en un club o inscribirse en una escuela deportiva participar en el programa Multikirola de deporte escolar que organiza la Diputación, se muestra «satisfecho» por haber obtenido la razón de la Justicia.
Recalca que en modo alguno su iniciativa ha ido en contra de que los menores prueben diferentes disciplinas. «Todo lo contrario. La mía es una familia muy activa y por descontado que es deseable que los niños conozcan diferentes alternativas». De hecho, sus hijas «hacían baloncesto, además de música y pintura, y ahora han empezado con el fútbol», y su hijo «fútbol y hockey». «Pero hay una premisa que guía mi acción como padre, que es que lo que hagan, lo hagan a gusto. Y los niños son nuestros, no de la Diputación», remarca.
Era lo que no sucedía durante las horas de Eskola Kirola en el caso de su hija mayor, ahora de 13 años y 11 cuando presentó la histórica denuncia en 2023. «No estaba bien integrada con los compañeros del colegio, y además de en clase, tenía que estar con ellos las horas de deporte escolar. Ni mi mujer ni yo la veíamos feliz. Sufría yendo a algo que debería ser divertido». «Solicitamos a la Diputación, de manera oficial, que permitiera a la niña entrenar en el club que ella quería (Askatuak) sin tener que participar en el Multikirola dadas las circunstancias», algo que el Gobierno foral les denegó.
Es entonces cuando decidieron dar el paso de recurrir a los tribunales. «No tenía sentido que siguiera. Además de no estar a gusto con los compañeros, veía que no aprendía nada. Que el monitor/entrenador no solo no preparaba mínimamente los entrenamientos, es que además había bastantes días en que les decía que ese día tocaba 'juego libre'. Es decir, a pasar el rato. Estaba enviando a mi hija a una actividad donde no aprendía nada y encima lo pasaba mal», insiste. «Hemos acabado cambiando a la niña de colegio», subraya añadiendo que esta «se pasó un año sin hacer deporte porque no quería ir al Multikirola y no le dejaban hacer el que le gustaba en otro sitio. ¿Eso es una política para fomentar el deporte?», se pregunta.
Denuncia la «falta de flexibilidad de la Diputación» a la hora de atender casos especiales como el suyo. Y cita «casos rocambolescos» que le han contactado, como el de una familia cuyo hijo hacía fútbol, natación, judo e hípica y aún así le obligaban a estar en Eskola Kirola porque estaba en un club de fútbol. La situación llegó a la paradoja de que el chaval tuvo que borrarse de judo por falta de tiempo para hacer durante un cuatrimestre fútbol en Multikirola.
Noticia relacionada
O el del equipo benjamín de hockey hierba donde juega su hijo pequeño, que junto a otros guipuzcoanos iba a participar en una jornada en Bizkaia de la mano de la Real Sociedad –«no abundan los equipos de hockey en Gipuzkoa», recuerda– y a los que la Diputación les impidió acudir. «¿Qué sentido tiene hurtar a niños de 8 y 9 años la ilusión de pasar un día jugando al deporte que les gusta, conocer otros chavales y vivir una experiencia educativa y enriquecedora?», se cuestiona.
Estos y otros ejemplos son los que hacen que considere que «falla el modelo y falla cómo se lleva a la práctica». Él, que ha sido durante 25 años entrenador de baloncesto formativo y sigue en contacto con este mundo, asegura que «lejos de lo que dice la Diputación de que así se forman mejores deportistas, el nivel ha bajado estrepitosamente. Al menos en baloncesto, el nivel medio de Gipuzkoa en estas edades es inferior al de otros lugares y al de épocas pasadas. Aspectos técnicos que hace años se aprendían en alevín o infantil ahora los clubes los tienen que estar enseñando en cadetes porque muchos llegan del Multikirola sin haber aprendido nada», apunta.
Esa «inferioridad» puede generar «frustraciones» entre los menores cuando se enfrentan a equipos de más nivel a esas edades. Y la frustración es uno de los principales motivos por los que un joven puede decidir abandonar la práctica deportiva.
En este sentido, recuerda que «hace años los encargados de organizar el deporte escolar eran las federaciones y los colegios. Y como norma general estos últimos tenían equipos en todas las categorías, lo que permitía que los chavales jugáramos con nuestros amigos del colegio hasta acabar la etapa escolar. Los clubes externos a los centros educativos no aparecían hasta la categoría cadete (14 años)», recuerda.
«Ahora –continúa– los clubes aparecen ya desde benjamines (8-9 años), que se supone es lo que se quería limitar, y dado el nivel que se ofrece en el Multikirola, cuando a los 12 años un chaval acaba la Eskola Kirola, si quiere seguir progresando tiene que irse a un club, salvo contadas excepciones. ¿Cuántos chicos y chicas siguen jugando ahora en un equipo del colegio con 12 y 13 años y cuántos lo hacían hace 20 y 30 años?», se interroga. «Se ha logrado justo lo contrario de lo que teóricamente se buscaba», remacha.
Lamenta que se ha «demonizado» el concepto de competición, cuando es algo «natural» y «positivo» si se entiende y gestiona adecuadamente. «A los críos les gusta jugar partidos. Todos estamos de acuerdo en que hay que inculcar que ganar no es lo más importante y valores inherentes al deporte como el compañerismo, el respeto, la deportividad... La competitividad mal entendida es negativa, claro, pero la competición, la cultura del esfuerzo y el intentar mejorar son valores positivos».
Sobre la intención de la Diputación de hacer gratuito el Multikirola a partir del próximo curso –adelantada ayer por DV– señala que es una medida «positiva» que «evitará que muchas familias se den de baja», pero insiste en que «el problema no es el dinero. La Diputación debe decidir qué quiere que sea realmente Eskola Kirola, una guardería, un patio de recreo, o un verdadero programa de formación deportiva e introducción a nuevas disciplinas».
¿Tienes una suscripción? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
No te pierdas...
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.