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Manifestación que tuvo lugar por la tarde en San Sebastián el pasado 8M. Moquecho y Michelena
El Movimiento Feminista considera que «además del éxito cuantitativo», el 8M «dimos un paso cualitativo»

El Movimiento Feminista considera que «además del éxito cuantitativo», el 8M «dimos un paso cualitativo»

A pesar de haber avanzado, «estamos lejos de nuestros objetivos. Lejos de socializar los trabajos que las mujeres hacemos gratis»

Macarena Tejada

San Sebastián

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Lunes, 11 de marzo 2019, 13:40

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«Ninguna cifra reflejaría lo que ha ocurrido el 8M de este año. Además del éxito cuantitativo, hemos dado un paso cualitativo. Hemos fortalecido nuestras reivindicaciones y nuestras bases feministas, anticapitalistas y antirracistas. Juntas nos hemos empoderado y politizado, y ese ha sido nuestro gran triunfo». Así ha valorado la huelga del 8M en la mañana del lunes Leire Murguialday, representante de Euskal Herriko Kolektibo Feminista, organizador, junto al apoyo de todos los sindicatos vascos, de la movilización del pasado viernes.

Las calles de Donostia y del resto de capitales vascas se tiñeron de morado durante la manifestación de la tarde del 8 de marzo, pero la marea lila invadió la ciudad también a la mañana, durante la concentración en el Bulevard, y a lo largo del día, con diferentes actividades. En este sentido, Murgialday ha hecho hincapié en que «hemos dado un gran paso hacia adelante, pero estamos lejos de nuestros objetivos. Estamos lejos de socializar los trabajos que las mujeres hacemos gratis, por lo que seguiremos ahondando en los conflictos que la huelga ha sacado a la luz». Entre otras cosas, reclaman «un sistema de cuidados públicos y acabar con el empleo precario de las mujeres».

Acompañada de Eli Etxeberria, Jone Bengoetxea, Aura Vázquez, Goizane Sestarain, Maite Arregui y Amaia Vicario, todas pertenecientes al Movimiento Feminista de Euskal Herria, Murgialday ha exigido «un pacto social que ponga las vidas en el centro, para así ser dueñas de nuestros territorios y cuerpos, para repartir el trabajo y la riqueza de forma justa y para que los sujetos de los márgenes seamos libres sin ningún tipo de violencia». Por eso, consideran el movimiento feminista «una fuerza de confrontación y construcción de una alternativa profunda del sistema».

Trabajadoras de cuidados, el eje central

Las trabajadoras de cuidados han sido el eje central de este 8M. El seguimiento de la huelga por parte de las trabajadoras de residencias, ayuda domiciliaria e intervención social fue muy amplio en el sector público, si bien la mayoría estuvieron «obligadas» a realizar servicios mínimos.

Las mujeres que trabajan en la educación, según el Movimiento Feminista vasco, también secundaron la huelga. El seguimiento fue superior al 85% en la educación pública y casi el 100% en las escuelas infantiles. La huelga también tuvo un importante seguimiento entre las mujeres de la Universidad de la UPV en Leioa, Álaba y Donostia.

En Osakidetza las mujeres que trabajan en hospitales y atención primaria también secundaron la huelga, al igual que la gran parte de mujeres que trabajan en ayuntamientos y diputaciones. El seguimiento también fue «importante» en los comercios privados. Lidel, por ejemplo, no abrió en Gipuzkoa durante todo el día.

Seguir trabajando

Así las cosas, desde Euskal Herriko Kolektibo Feminista se muestran orgullosas por el éxito del 8M, pero no olvidan que hay que seguir trabajando por aspectos como «el empleo digno para las mujeres, los derechos laborales y herramientas para la negociación colectiva de las mujeres, el reconocimiento de los trabajos imprescindibles para la sostenibilidad de la vida, el reconocimiento del empleo doméstico como una actividad económica de valor y bienestar social, la desaparición de la figura de empleada de hogar interna, las jornada laborales adecuadas que aseguren la calidad de vida, recursos que garanticen la satisfacción de necesidades básicas y materiales y pensiones dignas para las mujeres, vidas libres de violencia machista y la desaparición del racismo», entre otras cosas.

Además, aseguran que no quieren «más gestos simbólicos -haciendo referencia a las declaraciones del Gobierno Vasco y de Navarra, así como de las grandes empresas y patronales sumándose a la huelga-. Lo que reclamamos es que se comprometan a escuchar nuestras reivindicaciones y las cumplan. Queremos acciones, políticas y cambios feministas reales y no toleraremos ningún tope impuesto por intereses del capital o de algunos hombres».

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