Secciones
Servicios
Destacamos
San Sebastián
Necesitas ser suscriptor para acceder a esta funcionalidad.
Sábado, 19 de mayo 2018, 11:05
Necesitas ser suscriptor para acceder a esta funcionalidad.
Compartir
No hace falta mucho más espacio que el que ofrece una caja de madera para iniciar a los más pequeños de la casa en el cultivo de hierbas aromáticas y hortalizas. La jardinera y paisajista donostiarra Ana Herran está dispuesta a demostrarlo en los cursos infantiles 'Huertos Mini' que imparte en Endanea de Hondarribia. «Se coloca una tela para que la tierra no se salga, bolitas de arcilla para drenar, tierra, un poco de abono orgánico... y tienes un espacio listo para plantar», resume.
La iniciativa, que se repite cada primavera y verano desde hace dos años, cuenta con una gran acogida. «En cuatro días se han agotado las plazas», asegura. «Muchas familias creen que es importante que los niños aprendan que el origen de las lechugas no es la bolsa del supermercado». Herran comparte esta inquietud e invita a todos aquellos que estén interesados en que sus retoños tengan un contacto más próximo con la naturaleza, a montar su propia zona de alimentos en casa. Pero... ¿por dónde empezar?
«Lo primero es identificar un lugar al aire libre en el que dé el sol al menos unas horas al día. Puede ser un balcón, una terraza o el alféizar de una ventana. En función del espacio disponible se escoge un contenedor. En la base se coloca algo que permita drenar el exceso de riego, se rellena de tierra y, muy importante, se añade un abono orgánico que no huela. Si los niños piensan que están tocando caca, no querrán ni acercarse», aconseja. «A continuación, lo mejor es comprar plantones de lo que se quiera cultivar. Apenas cuestan unos céntimos y ya en esta época es tarde para tratar de empezar de una semilla».
Tomates cherry, cebolla, lechuga y pimiento, además de alguna hierba como la albahaca, son algunas de las especies más fáciles de cosechar con éxito. «Hay que explicarles a los niños que hay frutas y verduras que salen de la flor de una planta, como los pimientos o los tomates; que hay otras de las que aprovechamos la raíz, como las zanahorias, puerros o cebollas; y por último están aquellas de las que consumimos sus hojas, como la lechuga».
Mancharse las manos de tierra conlleva generalmente, según Ana Herran, mucho más. «Si quieres que tu hijo tome alimentos sanos, tenga conciencia ecológica y esté en armonía con la naturaleza, enséñale a plantar», sugiere. «Al final está todo relacionado».
Idílico, si no fuera porque generalmente en las grandes ciudades hay un enemigo invisible que puede convertir los huertos urbanos en algo muy poco saludable, al menos en lo que al consumo posterior del fruto de tanto esfuerzo se refiere: la contaminación. «Es cierto que en urbes como Madrid o Barcelona, con altos índices de polución, la recomendación debería ser otra, como por ejemplo optar por pequeños invernaderos dentro de casa», advierte. «Aquí, por suerte, no tenemos ese problema».
Respecto a la edad adecuada para empezar, esta joven donostiarra lo tiene claro: «cuanto antes. Evidentemente si los niños son muy pequeños habrá que ayudarles pero... ¿qué mejor plan para una mañana en familia?»
Divertido debe ser porque Ana Herran asegura que, quien prueba, se engancha. «La mayoría de las familias que hacen el curso se convierten en clientes que cada primavera regresan a por los materiales para montar su huerto en casa».
Destaca Ana Herran que cuando se insiste en colocar el minihuerto en el exterior, no es por capricho. «Hay quien piensa que es por el sol y que con colocar las plantas cerca de la ventana vale, pero no es así. Poca gente sabe que la circulación de aire tiene su función y, si no existe esa ventilación continua, es práctiamente imposible que el cultivo prospere».
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.