«Después de tanto sufrir, lo hemos logrado: tendré papeles»
inmigración ·
El joven Abdelaziz Tahriou, que vino de Marruecos a Donostia, aplaude el cambio en la ley de Extranjería y espera que pronto pueda estar regularizado y trabajarAbdelaziz Tahriou, de 22 años, lleva dando tumbos desde que salió del centro de menores de Melilla al cumplir la mayoría de edad. Sin papeles ... y sin permiso de trabajo, se las ha arreglado para sobrevivir durante estos cuatro años. «He estado durmiendo en la calle casi dos años y trabajando siempre en negro. Pero ahora, después de todo el sufrimiento que hemos pasado y lo que hemos aguantado, lo hemos conseguido. Por fin se va a acabar esto», afirma «feliz». Como él, otros 2.000 menores migrantes y jóvenes extutelados en Euskadi se verán beneficiados del nuevo reglamento de la Ley de Extranjería que pretende acabar con este limbo legal en el que se encuentran cuando cumplen los 18 años, además de simplificar los procedimientos administrativos para la obtención de los permisos. Hasta ahora, una vez alcanzaban la mayoría de edad, los jóvenes extranjeros quedaban desamparados y expuestos a un gran riesgo de exclusión. Cuando Abdelaziz cumplió los 18, se vio en la calle con un permiso de residencia -de un año- que no incluía el de trabajo. La situación se volvía todavía más complicada teniendo en cuenta que, para renovar el permiso de residencia, era necesario contar con un empleo y demostrar unos ingresos mínimos.
Desde Melilla se vino a probar suerte a Donostia aunque reconoce que «no ha sido fácil. No estaba autorizado para trabajar así que los empleos eran siempre en negro. He trabajado en la obra y también en hostelería, me gusta trabajar, de lo que sea, tengo también la ESO pero ahora estoy en paro. Y sin permiso de residencia, porque me caducó y me lo denegaron», dice con impotencia. Su documentación para incorporarse en el mercado laboral de forma regular tampoco llegó nunca y toda la formación que ha ido adquiriendo con el paso de los años no ha conseguido abrirle muchas puertas. «Además, había algunos que en cuanto se enteraban que no tenía los papeles no me querían. Se supone que emigré para trabajar, para lograr mejores oportunidades. Pero las condiciones para obtener los papeles son casi imposibles de cumplir. Tienes que ser rico», cuestiona. ( Los mayores de 18 años, en su primera renovación, tienen que acreditar unos ingresos por encima de 2.000 euros al mes).
Las cifras
-
1.500 jóvenes mayores de 18 años podrán beneficiarse de la reforma en Euskadi
-
500 menores extranjeros tutelados podrán obtener sus papeles al cumplir la mayoría de edad.
Abdelaziz lleva años esperando que la ley cambie y para él y muchos de sus compañeros, «el cambio es una alegría. Estoy volando de felicidad. Por fin voy a poder hacer una vida normal. Lo hemos conseguido, es lo que importa», afirma este joven, que intenta dejar a un lado los días en los que dormía al raso o las interminables jornadas sin un plato caliente que llevarse a la boca.
Servicios sociales
No le gusta depender de los demás para comer o dormir pero la situación de indefensión en la que se encuentra le obliga a tener que recurrir a la ayuda que le prestan los servicios sociales y sus amistades como única salida para encarrilar su vida. «Ahora estoy viviendo en casa de un amigo que me ha acogido y las asistentas sociales nos echan una mano y nos dan un lugar donde comer», explica este veinteañero, que cuenta los días para que se apruebe el reglamento y poder así emprender una vida como la que tenía soñada. «Conseguir un trabajo, casarme...», resume puestos a pedir.
Con tan solo 16 años dejó a sus padres en su Marruecos natal «en busca de mejores oportunidades. Ahí hay gente con estudios y están sin hacer nada porque no hay trabajo. No hay derechos, como en España». A pesar de haber vivido lo indecible y haberse tropezado con infinidad de obstáculos, agradece la acogida que le han brindado en Gipuzkoa. «Conozco a muchas personas que se han esforzado para que yo esté bien».
Además de estos jóvenes como Abdelaziz que crecieron y llegaron a la mayoría de edad en España, hay otros 500 menores en Euskadi que a día de hoy se encuentran tutelados y destinados a la misma situación de irregularidad. Con la modificación del reglamento, estos menores extranjeros no acompañados podrán empezar a trabajar desde los 16 años. Una vez alcancen la mayoría de edad, este permiso se extenderá siempre que acrediten contar con unos ingresos mensuales de 490 euros, el equivalente al Ingreso Mínimo Vital (IMV) unipersonal. Los plazos para regularizar su situación también se reducen de nueve a tres meses. Cuando se superen esos tres meses, las oficinas de extranjería documentarán de oficio a estas personas sin que este procedimiento interfiera en una posible repatriación.
El cambio corregirá la «incoherencia normativa» actual
«La mejor herramienta para la integración es la apuesta por la inclusión laboral de estos jóvenes». Así se refirió el secretario de Estado de Migraciones, Javier Perea, a la modificación del reglamento de la Ley de Extranjería que aprobó el Consejo de Ministros el pasado 19 de septiembre. Con esta reforma -explicó- «se corrige una incoherencia normativa que dejaba a miles de jóvenes abocados a la marginación y a la exclusión social». El cambio en la regulación era algo por lo que llevaban luchando durante años las diferentes entidades sociales en Euskadi para garantizar la protección de las personas migrantes y que ahora abre la puerta a la regularización de cerca de 2.000 jóvenes extranjeros que viven sin referentes familiares.
¿Tienes una suscripción? Inicia sesión