Vecinos de Andoain: «Da miedo saber que un asesino en serie está libre en nuestras calles»
Vecinos de Andoain se muestran «preocupados» al conocer que la Ertzaintza vigila al autor confeso de cinco crímenes en los años 90
Ander Artetxe
Andoain
Domingo, 26 de octubre 2025
La presencia en Andoain de Joaquín Ferrándiz, condenado por asesinar y violar a cinco mujeres en Castellón en los años noventa y actualmente en libertad tras cumplir 25 de los 69 años de condena, ha generado preocupación entre la población. La noticia, adelantada ayer por este periódico, de que Ferrándiz lleva unos dos años residiendo en Gipuzkoa, los últimos meses en el municipio andoaindarra, ha originado una comprensible preocupación vecinal ante la posibilidad de que pueda reincidir. Además, el hecho de que nunca se haya sometido a ningún tipo de terapia y que, desde el año pasado, pese ya sobre él una orden de alejamiento tras haber sido denunciado por acoso en Gipuzkoa por una mujer con la que habría mantenido una relación sentimental, no contribuye a la tranquilidad.
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Lourdes Gálvez expresa abiertamente su intranquilidad al saber que Ferrándiz vive en la localidad, noticia que cogió por sorpresa a la mayoría de vecinos. Afirma que se siente insegura y se pregunta si una persona con ese perfil puede rehabilitarse realmente. «¿Un asesino deja de ser un asesino?», cuestiona, mostrando desconfianza hacia su puesta en libertad y las consecuencias que podría acarrear. «Él está libre y no pueden vigilarlo todo el tiempo». Una joven que la acompañaba expresaba a su vez que sentía «miedo» por la presencia de una persona los antecedentes de Ferrándiz.
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Francisco Frutos y Feli Gómez, vecinos del municipio, transmiten también su inquietud con respecto a la libertad de Ferrándiz. Ambos cuestionan que una persona condenada por múltiples asesinatos esté capacitada para volver a convivir en sociedad. «Un asesino en serie no se rehabilita», afirmaba Feli, mientras que Francisco sostiene que este tipo de criminales deberían permanecer recluidos «de manera permanente» tras haber causado «un daño irreparable». Coinciden en que la sensación de inseguridad «no desaparecerá» mientras Ferrándiz permanezca en el municipio, y aseguran que «no entendemos que la ley permita su liberación en estos casos».
Algunos andoaindarras aseguran sentirse «inseguros» porque «no pueden vigilarlo todo el tiempo»
María Jesuino manifiesta su preocupación por la seguridad de los vecinos y, especialmente, «por los menores» de su entorno. Cuenta que la presencia de Ferrándiz le provoca «miedo» y señala que «la inseguridad en las calles crece con personas como él en libertad». Su postura coincide con la de otros ciudadanos consultados por este periódico. No confían en que no volverá a actuar. «Esas personas no cambian», afirma con rotundidad al ser preguntada por la posibilidad de reinserción. Además, hace un llamamiento a las autoridades para que comuniquen «de forma clara qué tipo de medidas de control se están aplicando» y si existe un protocolo específico de seguimiento.
«No se garantiza la seguridad»
Entre los testimonios recogidos, varios vecinos que prefieren mantenerse en el anonimato coinciden en que la situación «genera inquietud» y una «sensación constante de alerta». Uno de ellos señala que le resulta «imposible» mantener la tranquilidad sabiendo que «una persona que ha matado a cinco mujeres está caminando por el pueblo», y comenta que memorizará su rostro «por si acaso». Otros entrevistados se mostraron dubitativos ante las medidas de vigilancia. «No se puede garantizar la seguridad total. Si quiere hacer daño, lo hará; no se le puede seguir en todo momento».
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Varios vecinos solicitan que se comunique «de forma clara qué tipo de medidas de control se están aplicando»
En conjunto, los testimonios reflejan un sentimiento mayoritario de «miedo, desconfianza y rechazo a la reinserción» de Joaquín Ferrándiz. Los vecinos de Andoain cuestionan que una persona condenada por múltiples asesinatos «pueda llevar una vida normal en libertad» y reclaman «mayor seguridad». Hay quien plantea el debate sobre «el equilibrio entre el derecho a la reinserción y la seguridad de los ciudadanos».
Este periódico ha podido saber que durante su estancia en Euskadi, Ferrándiz ha mantenido una relación problemática con al menos una mujer. Sobre él pesa una orden de alejamiento vigente respecto de una víctima, que fue su compañera de piso y sentimental durante un tiempo el año pasado. Ella le ha denunciado por un delito de acoso y el juzgado abrió un expediente por violencia de género.
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