La menor que habría sufrido abuso sexual presenta un «malestar emocional grave»
El acusado, que se enfrenta a diez años de prisión, declara hoy en la tercera y última sesión del juicio
El juicio contra el hombre acusado de abusar sexualmente de su hija cuando esta tenía cinco años continuó ayer en la Audiencia de Gipuzkoa ... con las declaraciones de los médicos que atendieron a la niña en las dos ocasiones en las que presuntamente abusó de ella. Estos episodios habrían tenido lugar en junio de 2021 y enero de 2022, cuando la menor se encontraba conviviendo con su padre, de conformidad con la custodia compartida. Según expresaron ambas sanitarias, la exploración que realizaron cuando la menor acudió al hospital por un presunto caso de abuso sexual «era normal en ese momento», si bien en las dos ocasiones se detectó la zona genital «enrojecida».
Durante la vista, también declaró la psicóloga forense que atendió a la niña tras la denuncia interpuesta contra este hombre, por el que la Fiscalía reclama 10 años de cárcel, así como psicoterapeutas de los servicios sociales de Zumarraga que han tratado a la menor en este proceso, en el que demostraba un «daño emocional grave».
Según se ha descrito durante la vista, el pasado 12 de junio de 2021, la menor acudió al hospital con su madre «para valoración por sospecha de abuso sexual». La pediatra que examinó a la niña anotó en su informe que «se observa región vulvar eritematosa (zona enrojecida) sin flujo ni lesiones aparentes». Según explicó ayer esta sanitaria, «al examinarle no vi ningún indicio directo de ese abuso. Sí vi el eritema vulvar compatible con la vulvoganitis, muy frecuente en niños de 2 a 7 años». No obstante, a la pregunta de la abogada de la acusación de si se tratara de que hubiera habido un simple contacto, sin penetración, la zona podría presentar esa rojez, su respuesta fue afirmativa. La segunda ocasión en la que la menor acudió a urgencias por supuestos abusos tuvo lugar el pasado 7 de enero de 2022. La doctora que exploró a la niña junto con una compañera ginecóloga afirmó ayer que «ante la sospecha de abusos sexuales, que vino dada por el relato» de un familiar, «no por la exploración», se activó el protocolo. Asimismo, expuso que la niña presentaba un «eritema vulvar intenso» pero que «la exploración era normal en aquel momento».
Actualmente, la menor sigue un proceso psicoterapéutico, iniciado en 2023 y, tal y como señaló ayer durante el juicio la psicóloga del equipo terapéutico que atiende a la niña, «las pruebas coinciden en valorar la existencia de un malestar emocional grave». A la hora de valorar si esa apreciación sería compatible con haber sufrido abuso sexual, la experta apuntó que la menor «presenta una sintomatología inespecífica», que suele darse «en casos de abuso sexual infantil», sin embargo «no puedo establecer una relación causal».
Por su parte, la madre del acusado sostuvo ayer durante el juicio que la niña le admitió que «el aita no le había hecho nada», y que fue su madre «quien le dijo que dijera eso». También la tía del procesado añadió que la menor le contó, en relación a las acusaciones, que «era una broma que quería gastarle a su padre».
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