1958 | Arrodillados ante la procesión del Corpus
Lo afirmaba DV en su primera página el 6 de junio de 1958, bajo dos fotografías: «Nuestra ciudad celebró con gran solemnidad la procesión del Corpus Christi, tan arraigada en el alma donostiarra. Millares de fieles se sumaron a la magna procesión que salió de la catedral del Buen Pastor y recorrió el itinerario de costumbre abarrotado de público».
El día del Corpus Christi, la jornada dedicada por la iglesia católica a exaltar la Eucaristía (tradicionalmente, un jueves 60 días después del Domingo de Resurrección) antaño se hacía notar en las calles donostiarras. Las recorría una procesión muy popular, en la que, como recordarán los lectores veteranos, solían participar los niños y niñas que habían hecho la Primera Comunión aquel año.
1958
«Un grupo encantador y numeroso de niños y niñas de Primera Comunión» participaba en la procesión del Corpus Christi, que salía de la catedral del Buen Pastor. «Una gran multitud se arrodilló al paso del Santísimo»
El «itinerario de costumbre» al que hacían referencia en 1958 partía de la catedral del Buen Pastor y recorría, según detallaron entonces (y con las denominaciones del callejero en vigor): «Loyola, Avenida de España, Plaza de Guipúzcoa (altar en la acera del Palacio de la Diputacón), Elcano, Alameda de Calvo Sotelo, impares (altar junto al Ayuntamiento), Hernani y Loyola».
O sea, que junto a los edificios de las dos instituciones se instalaban sendos altares provisionales para hacer «las estaciones».
Hace 65 años la procesión del Corpus partía a la finalización de la misa mayor que se celebraba a las 10 de la mañana en la catedral, presidida por el obispo Jaime Font Andreu en presencia de las autoridades civiles y militares, encabezadas por el gobernador civil, José María del Moral, el alcalde, Antonio Vega de Seoane, el gobernador militar, coronel Joaquín González Vidaurreta, y el presidente accidental de la Diputación, José María Zavala. Entonces era «tradicional costumbre» que a la misa y a la comitiva acudiera la Corporación municipal en pleno.
Como detallaron en DV, «en la procesión figuraron los estandartes y banderas de las Asociaciones Religiosas de la ciudad; terciarios y adoradores; los cruzados eucarísticos; un grupo encantador y numeroso de niños y niñas de Primera Comunión, y gran número de fieles, niños, jóvenes y hombres, que acompañaron a Jesús Sacramentado por las calles de la ciudad».
Orfeón y regimiento
«El Santísimo fue llevado, bajo palio, por el señor Obispo de la Diócesis, y a la salida de la catedral el Orfeón Donostiarra, dirigido por el maestro Gorostidi, cantó 'O magnum misterium', y una compañía del Regimiento de Cazadores de Montaña, número 8, con bandera, escuadra, banda y música, rindió homenaje a Su Divina Majestad, mientras se interpretaba el Himno Nacional».
Aquella mezcla de lo religioso, lo militar, lo político y hasta lo musical no era extraña durante los años del franquismo. Sigamos leyendo la crónica publicada el 6-VI-1958...
«La magna procesión, presidida por las autoridades provinciales y locales, recorrió el itinerario tradicional, que se hallaba cubierto por una gran multitud que se arrodilló al paso del Santísimo».
Y finalizó «el piadoso y público homenaje a Jesús Sacramentado en la Catedral, con la bendición al pueblo donostiarra».