
La calle de la memoria
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La calle de la memoria
1980 | Sin ideas para renovar la Semana GrandeEn abril de 1974 había sido derribada la plaza de toros del Chofre. Su herida se mantuvo abierta durante unos cuantos años.
Cada vez que ... llegaba la Semana Grande, los donostiarras la vivían con la sensación de que se había perdido lo que hasta entonces había sido su elemento vertebrador y esperando que surgieran nuevas citas atractivas que sustituyeran a las corridas de toros como puntos fuertes del programa.
Un comentario en DV al cierre de la Semana Grande de 1978 ya apuntaba la importancia que podían adquirir los fuegos artificiales. «Sería interesante, de cara al próximo año, intentar programar sesiones de fuegos artificiales durante todos los días de la Semana Grande», afirmaron. En aquella edición había habido lanzamiento cinco de las ocho noches festivas.
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El Centro de Atracción y Turismo convocó un concurso de ideas para mejorar una Aste Nagusia de capa caída desde el derribo del Chofre. Sin embargo, sólo se presentaron cinco propuestas y el concurso quedó desierto
En todo caso, aquella situación en que a la Aste Nagusia le faltaba redefinirse y emprender un nuevo rumbo se prolongó porque llegó el final del Franquismo, el inicio de la Transición y hasta abril de 1979 no se celebraron las primeras elecciones municipales.
Finalmente, con Alkain como alcalde, los responsables democráticos del Ayuntamiento abordaron la cuestión y convocaron un concurso de ideas para la Semana Grande. Claro que tampoco con esta fórmula surgió la fórmula mágica.
El 7 de mayo de 1980 informó DV de que la víspera la Comisión Permanente del CAT había estudiado los trabajos...
«Fueron cinco las propuestas llegadas al Centro de Atracción y Turismo, en las cuales se exponían diversos programas a celebrar en el mes de agosto. Leídas todas ellas, el jurado acordó declarar desierto el premio al considerar que ninguna de las presentadas reunía las condiciones que debe tener la Semana Grande, no obstante ser aprovechables algunas ideas sueltas incluídas en los programas generales presentados en los trabajos participantes».
No sabemos quién propuso qué ni qué ideas fueron aprovechadas, pero el programa de Aste Nagusia de 1980 disparó en tres direcciones diferentes: la creación de una prueba deportiva, el criterium ciclista nocturno en el Boulevard, un nuevo intento de regreso al pasado (el programa se cerró con un fin de semana dedicado a la Belle Epoque, para el que el CAT hizo un llamamiento «a toda la población de San Sebastián para participar saliendo a la calle ataviada con trajes de época») y una apuesta por la música de moda.
Esta no era otra que la salsa. El martes 12 se celebró 'La noche de la salsa', con Gato Pérez y la Orquesta Platería. La velada, según informó nuestro diario, «inundó con su frenético ritmo el recinto del Velódromo de Anoeta, abarrotado de personas de todas las edades para disfrutar de los ecos tropicales». Durante años permanecería la sensación de que a la Semana Grande le faltaba algo.
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