Manifestación histórica por la igualdad

Fue el punto de convergencia de muchos de los actos reivindicativos del día. La manifestación convocada por el Movimiento Feminista de Euskal Herria, que partió del Boulevard donostiarra a las 20.00 horas, recogió y subrayó el mensaje que se dejó notar durante toda una jornada de actos por la igualdad que se organizaron por toda la geografía de Gipuzkoa.

Muchas de las mujeres que secundaron los paros respaldados por los sindicatos, y las que no pudieron hacerlo, pusieron el colofón a la histórica movilización feminista en una marcha que recorrió el centro de Donostia con gritos y carteles que clamaban contra todo tipo de discriminación por razones de género y reivindicaban la igualdad, a todos los niveles, entre hombres y mujeres.

La manifestación se prolongó durante hora y media, el tiempo que necesitó la cola de la larga marea morada formada por miles de personas para volver al Boulevard tras recorrer las calle Hernani y Andia hasta San Martín y encarar el regreso por la calle Getaria, vía peatonal que fue conquistada por el feminismo. El éxito fue tal que la cabecera de la manifestación se juntó con su cola.

Durante la marcha se escucharon gritos del tipo de «gora borroka feminista/viva la lucha feminista», «queremos ser libres no valientes» o «somos el grito de las que ya no están», intercalados con otros más jocosos como «Manolo Manolito hazte la cena tu solito». La cita era tan literal como real, dado que muchas mujeres, como Maite, del barrio de Gros, explicaron que «por un día ellos tendrán que arreglárselas solitos para que se den cuenta de lo que hacemos y valemos».

Predominaron las mujeres de todas las edades, aunque con una afluencia masiva de jóvenes y adolescentes en grupos numerosos, encargadas de aumentar el nivel de decibelios. También participaron en la movilización muchos hombres -«nosotros tenemos que apoyar esta causa y tenemos en nuestra mano que se cumplan sus reivindicaciones, contaba Julián»-, mientras que otros que presenciaban el paso de la multitud tuvieron que escuchar lemas como «No mires y únete» o «ruido, ruido, ruido, el sexo oprimido».

La mayoría de las manifestantes portaron alguna prenda morada, en honor a la lucha feminista, y la fachada del ayuntamiento se iluminó del mismo color para la ocasión. Algunas chicas portaron cuernos rojos de demonio y la pitada fue sonora cuando la manifestación transcurrió junto a la catedral del Buen Pastor, en rechazo a las declaraciones del obispo de San Sebastián, José Ignacio Munilla. Algún coche que pitó queriendo salir del parking de San Martín también tuvo que escuchar su reprimenda.

Cada cual se las ingenió para lucir carteles caseros con diferentes lemas. «Estamos hasta los ovarios de tantos cojones», se leía en una de ellas. «La revolución será feminista o no será», decía otra. Las batucadas y el ritmo musical acompañaron a las manifestantes incluso después de que terminara la marcha oficial, siempre en un ambiente festivo que se alargó hasta bien entrada la noche.

El último acto se reservó para el guardetxe, en la subida de Urgull, y aunque las valoraciones se sucederán a partir de hoy, la sensación generalizada fue de grata sorpresa por la masiva y colorista respuesta al llamamiento feminista de una fecha, el 8 de marzo de 2018, que marcó un antes y un después.