«Llevo dos años esperando y buscándome la vida para obtener la nacionalidad»
Tiene 34 años y llegó hace ocho a Donostia desde Nicaragua con la idea de tener una mayor estabilidad económica. «Llevo aquí desde 2015 ... y ha sido en febrero de este año cuando me han aprobado la nacionalidad después de dos años de espera», cuenta con cierto resquemor Xochil Bellorin. Tras haber acudido a una notaría para hacer la jura ante la «imposibilidad» de obtener una cita «a corto plazo» en el Registro Civil, esta nicaragüense se encuentra a la espera de recibir el certificado de nacimiento, el documento que le permitirá obtener el DNI y pasaporte con todo lo que ello supone. «Te hacen esperar muchísimo en cada uno de los pasos que debemos seguir y parece que no son conscientes de que nuestros permisos de residencia tienen fecha de caducidad», remarca.
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«En esos casos necesitamos saberlo con tiempo, porque es un documento que hay que renovar y, en ocasiones, si no cumples los requisitos, puedes incluso quedarte sin la nacionalidad pese a cumplimentar todo el papeleo exigido», insiste. Por otra parte, según ella, acudir a una notaría supone un «esfuerzo económico» que no todo el mundo se puede permitir, pero lo ve «necesario» para agilizar el proceso. «Tenemos que buscarnos la vida cuando lo suyo sería que nos dieran una solución. Sin embargo, pasan de nosotros y demuestran que no somos una prioridad para ellos», explica Bellorin. Con suerte, ella podrá obtener la nacionalidad a todos los efectos antes de que finalice el verano. «Hay gente que tiene suerte y la obtiene en 6 meses o un año, pero otros necesitamos dos, tres o incluso más. Es un derecho y debería agilizarse el proceso porque, sin DNI, se nos cierran muchas puertas», concluye.
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