La lista de espera para una residencia en Gipuzkoa baja y rompe la tendencia de los últimos tres años
908 mayores aguardan una plaza, un 9% menos que en 2024, cuando se rozó el millar y alcanzó el pico tras la pandemia
La tendencia alcista que estaban experimentando las listas de espera para acceder a una residencia de mayores de Gipuzkoa empieza a frenarse después de que ... los seis primeros meses de este 2025 se haya presentado un ligero descenso. A 30 de junio eran 908 las personas que estaban pendientes de poder entrar a uno de los 64 centros residenciales que hay en el territorio, 87 menos que en el cierre del ejercicio del año pasado, lo que supone un descenso del 8,8%.
Las cifras continúan siendo altas tras el aumento de la demanda que se produjo después de la pandemia, cuando el miedo por los contagios provocó una bajada del 40% en las listas de espera que pronto se disipó. Tocó fondo en las 478 personas a la espera, pero año tras año la lista se ha ido engrosando hasta el pico de las 995 del final de 2024.
Ahora este descenso toma un pequeño respiro que, junto al aumento de plazas previsto por la Diputación de Gipuzkoa para estos próximos meses, se espera que cada vez más solicitudes sean atendidas en un contexto de envejecimiento progresivo. La esperanza de vida cada vez es mayor y la población de 85 años o más se ha multiplicado por cinco en las cuatro últimas décadas. En este sentido, el número de personas en situación de dependencia en Gipuzkoa se ha incrementado en un 8,3% el último lustro, de 28.237 a 30.782. Cabe apuntar que el 8,8% de las personas solicitantes han recibido ya una oferta de plaza residencial, pero han preferido mantenerse en la lista de espera para poder optar a la plaza que quede libre en el centro solicitado.
La cifra a cierre de 2024 fue de 995 solicitantes, el máximo registrado después de la pandemia
Por otra parte, hay quienes desean alargar su estancia en su hogar lo máximo posible y optan por acudir a un centro de día y continuar viviendo en su residencia habitual. La lista de espera para este tipo de centros residenciales también se ha reducido en la primera mitad del año, de 470 personas el 31 de diciembre de 2024 a las 436 que estaban registradas hace diez días. Es un descenso del 7,8%.
De todas las personas que se encuentran en una lista de espera, un 22% ya está siendo atendida en plazas residenciales, ya sea en plazas temporales, especializadas o sociosanitarias de alta asistencia, o bien en plazas básicas complementadas con una prestación económica. De hecho, cuatro de cada cinco solicitantes de una plaza en una residencia cuenta ya con alguna prestación, ayuda o servicio social que les apoya en la vida diaria de la persona dependiente.
Hay 436 personas en lista de espera para acceder a este servicio, un 7,8% menos que en diciembre
De las diferentes modalidades existentes, el 27% reciben un cheque para contratar a un asistente personal, prestación que se denomina PEAP, o dedican la paga al cuidado en el entorno familiar, catalogada como PECE. Además, un 10% de ese grupo de población combina alguna de esas dos prestaciones con la asistencia a un centro de día, «una fórmula que permite reforzar la autonomía personal», destaca el Departamento de Cuidados y Políticas Sociales, dirigido por Maite Peña. Por otro lado, el 18% opta por solicitar la ayuda que contribuye al coste de una plaza en una residencia privada mientras se consigue una cama en régimen concertado (PEVS).
El 6% de las personas que está inscrita en una lista de espera de residencia de mayores o de centros de día recibe atención a través del servicio de ayuda a domicilio (SAD), que el año pasado atendió en total a 6.548 personas con un volumen de horas prestadas de 1,3 millones, mientras que el gasto en prestaciones de dependencia en el entorno familiar ascendió a 73 millones de euros. Además, existen diferentes variantes en las que el 4,5% combina las prestaciones PECE o la PEAP con el servicio de ayuda a domicilio. O el 4,2% que recibe las tres prestaciones mencionadas a la vez. El 18,9% es la población que está en lista de espera y no recibe aún ninguna prestación o no tiene ningún servicio asignado.
Cuatro de cada cinco mayores en la lista cuenta con alguna prestación, ayuda o servicio social
Media de 85,2 años al ingresar
En este escenario, la Diputación está trabajando en ampliar su oferta de plazas en las residencias, pero también en ofrecer servicios que traten de anticipar las necesidades de las personas dependientes fomentando su autonomía personal y garantizando una alta calidad en las asistencias. Actualmente, la edad media de quienes ingresan en una residencia de mayores es de 85,2 años y la edad de los que causan baja, normalmente por fallecimiento, es de 88,2. La estancia promedio en las residencias del territorio se sitúa en los 3,5 años. Por poner en perspectiva cómo se traslada el aumento de la población mayor de 85 años en esas mismas estadísticas, en 2016 la edad media de los que ingresaban en un centro residencial era de 84,7 años, medio año más joven que ahora, y la estancia media estaba en 3,8 años.
Sobre las plazas concertadas totales existentes en las residencias de mayores en Gipuzkoa, la tendencia sigue siendo de ir sumando cada año varias decenas. El 2024 se cerró con 4.658 plazas, 44 más que el año anterior. El crecimiento en este aspecto en ocho años ha sido del 4,8%, mientras que el volumen de las plazas concertadas ha pasado en ese tiempo del 83,9% al 87,5%.
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