Lista de espera de unos ocho meses en Gipuzkoa para las obras en fachadas
Los administradores de fincas lamentan la escasez de empresas y trabajadores expertos en rehabilitaciones para atender la demanda
El acelerado aumento de la demanda ha provocado que las empresas especializadas en la rehabilitación y reforma de fachadas no den abasto en Gipuzkoa. Hasta el punto de que, a día de hoy, una comunidad que se plantee acometer un trabajo de este tipo debe tener en cuenta que deberá esperar como media «unos 3 o 4 meses para que le presenten los presupuestos, y 8 para que empiecen las obras».
Así lo asegura Javier Montero, presidente del colegio de administradores de fincas de Gipuzkoa y Álava (Cafguial), que añade que ese tiempo de espera se da «en el mejor de los casos y si te aceptan el encargo», porque «con la carga de trabajo que tienen, como sea una fachada pequeña con un presupuesto reducido, dicen que no les compensa y ni la cogen».
En su opinión, el 'boom' de la rehabilitación ha destapado una carencia en el territorio, como es la «escasez de empresas y profesionales expertos» en esta actividad. «Apenas media docena de empresas son capaces de realizar determinadas actuaciones», subraya.
Montero admite que el atasco comenzó a sentirse a raíz de la aprobación de las ayudas del Gobierno Vasco en 2021 y de las europeas Next Generation en 2022 para rehabilitación de fachadas y mejora de la eficiencia energética de los edificios. Unas subvenciones que hasta la fecha han permitido poner al día más de 23.000 inmuebles en Gipuzkoa y más de 75.000 en el conjunto de Euskadi.
El presidente de los administradores de fincas recalca que a pesar de que se hayan agotado ya los fondos Next, «la demanda sigue viva, porque siguen abiertas las del Gobierno Vasco, que también están muy bien».
El papel de las inspecciones
Además de la propia existencia de apoyo financiero por parte de las instituciones, Montero considera que se han juntado una serie de factores que animan la actividad.
«Existe una mayor conciencia medioambiental por parte de la ciudadanía, se ha visto la necesidad de implementar medidas para reducir las facturas energéticas tras la crisis vivida en los últimos años, y la obligatoriedad de pasar las inspecciones técnicas (ITE) en muchos edificios ha destapado muchas carencias necesitadas de corrección en numerosas edificaciones». «Y cuando a una comunidad le informas del estado real de su edificio y la necesidad de actualizarlo, lo habitual es que se anime a acometer la reforma».