El impuesto turístico será obligatorio en toda Euskadi salvo en municipios «muy concretos»

Así, la mayoría de municipios no tendrá la potestad para decidir si establecen o no el impuesto turístico en su localidad. Eso lo dictarán unos criterios que se basarán en la densidad turística y la capacidad alojativa de cada localidad y que también marcarán qué ayuntamientos pueden acogerse a las excepciones y aplicar bonificaciones del 100%, lo que en la práctica dejaría en nada la implementación del impuesto.

Las mismas fuentes aseguran que esa salvedad está pensada para aquellos ayuntamientos que tienen plazas de alojamiento muy limitadas y donde tener el nuevo gravamen puede resultar más costoso que lo que se va a recaudar, aunque el texto final todavía está por redactarse y existe margen para negociar, señalan otras fuentes.

Lo que sí será voluntario para cada municipio es si decide aplicar un recargo, siendo el modelo planteado uno que sigue la línea al que está en funcionamiento en Cataluña, donde además del impuesto autonómico la ciudad de Barcelona también tiene su propio recargo.

El Gobierno Vasco transmitió ayer que la vía en la que está trabajando en colaboración con las diputaciones, que son las que establecerían la norma foral, es la de un impuesto municipal impulsado por las Juntas Generales de cada territorio y que busca tener carácter homogéneo en Gipuzkoa, Bizkaia y Araba. Según lo planteado, la recaudación irá íntegramente al municipio donde se cobre, y en paralelo el Gobierno Vasco creará una dotación adicional específica «para impulsar y fortalecer al sector turístico, incidiendo en la sostenibilidad y competitividad de las empresas».

En la Mesa de Turismo participaron las diputaciones, los ayuntamientos de las tres capitales y Eudel, las Cámaras de Comercio, la universidad y escuelas de turismo, organizaciones y empresas del sector turístico y asociaciones de consumidores.