«Abrimos a principios de marzo y estamos llenos; no se puede pedir más»
hotel Donibanea ·
Al borde del mar, en el casco antiguo y puerto de Pasai Donibane, rodeado de naturaleza y gastronomía, se erige uno de los últimos ... alojamientos que ofrece Gipuzkoa en su amplio catálogo a los turistas, el hotel Donibanea. Abierto al público a principios de marzo, esta centenaria casa, que data del siglo XVIII y rebosa historia por todos sus rincones, ofrece a los visitantes siete habitaciones con vistas a la bahía de Pasaia. En un edificio reconstruido con modernidad pero lleno de guiños al pasado con sus materiales nobles —madera, piedra y acero—, el alojamiento está lleno para Semana Santa a pesar de haber abierto sus puertas hace escasamente un mes. «Abrimos a principios de marzo y estamos llenos durante todos estos días, no se puede pedir más», reconoce la encargada del alojamiento, Mariví Díez, que no esconde la «incertidumbre» con la que arrancaron. «Sin embargo, el goteo ha sido casi diario desde el principio, así que fenomenal, eso es buena noticia», celebra.
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Un primer grueso de clientes llegó ayer a la recepción del alojamiento y para hoy se espera que lo hagan otros tantos. «Tenemos turistas de todo tipo, desde el puramente de ocio, con familias con niños o parejas, hasta el deportivo, pasando incluso por el de empresa, que hemos tenido estos días atrás», comenta.
Personajes históricos
Para estos días festivos la estancia más larga que ha entrado es de dos jornadas, aunque la habitación que abandona el turista por la mañana inmediatamente es ocupada por otro viajero horas más tarde. «No son muy largas, pero no está mal para un hotel recién abierto. Para verano sí que tenemos estancias que son mayores», expone la encargada del hotel.
Una de las particularidades son los nombres que acompañan a cada una de las siete habitaciones que ofrece este nuevo alojamiento guipuzcoano, dedicado cada una de ellas a ilustres personajes como Elcano, Legazpi, Blas de Lezo, Urdaneta, Víctor Hugo, el marqués de Lafayette o Diego de Gardoqui. «Los nombres, ilustraciones, mapas y relatos que podrán contemplar en las paredes del edificio son un homenaje a aquellos que, por uno u otro motivo, transitaron en barco por delante de esta casa, para partir a ganar o perder su vida en alta mar».
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