El horno de microondas parece una cosa sumamente moderna y, sin embargo, tiene más de 70 años. Su patente fue concedida tal día como hoy, ... 24 de enero, en 1950. La solicitud se había hecho en 1945. En su invención hay cosas curiosas. La primera es que fue eso que ahora llamamos serendipia, es decir, una invención por casualidad, podríamos decir que «por chiripa». Su inventor, Percy Spencer, estaba trabajando en mejorar los dispositivos que se utilizaban para emitir las microondas que usan los radares y que se llaman magnetrones. Llevaba una chocolatina en un pantalón y se dio cuenta de que tras una prueba se había derretido e investigó las causas. El efecto ya se había observado con anterioridad, pero nadie se preocupó de investigarlo. Spencer buscó la explicación, relativamente sencilla: las ondas de radar hacen vibrar las moléculas polares, por ejemplo, el agua. Hacer vibrar moléculas equivale a calentar, por tanto, al incidir las ondas dentro de la chocolatina se produjo el calor que la derritió.
Spencer no se conformó con experimentar con chocolatinas, lo hizo con muchas cosas. Una de ellas fue un huevo, que al calentarse produjo vapor de agua en su interior, que al no tener ninguna forma de escapar lo hizo reventar y desparramarse por el laboratorio. En YouTube hay vídeos mostrando el desastroso resultado de cocer un huevo en el microondas. El huevo es una pequeña bomba. No es aconsejable hacerlo en casa pues puede ser peligroso. Spencer también hizo pruebas con granos de maíz y obtuvo las primeras palomitas al microondas. En 1946 se puso a la venta el primer aparato, para restaurantes y aviones, pesaba más de 300 kilos y costaba una fortuna, 5 000 dólares de entonces.
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