Hombres que trabajan por la igualdad
«No queremos invadir los espacios feministas, sino ayudar a cambiar este modelo». Un grupo de varones de Arrasate, que se reúne periódicamente para hablar sobre igualdad, reflexiona en DV sobre una sociedad «muy masculinizada»
«No queremos invadir sus espacios de lucha, queremos cambiar el modelo masculino que impera en la sociedad y apoyar la igualdad». Son palabras de Iker Carrasco, licenciado en Filosofía, estudiante de Educación Infantil y experto en Agroecología. De Arrasate. Junto al concejal de la agrupación Baleike en esta localidad, Igor Urizar; al profesor de la Escuela Profesional de Mondragón ya jubilado, José Manuel Corcuera; y a Juan Manuel Feito, coordinador de proyectos relacionados con la Igualdad, son la representación del grupo de hombres que trabaja esta cuestión en Arrasate. Otros lo hacen en Zarautz, Hernani o Tolosa, ya disuelto el grupo de San Sebastián.
Ellos, Iker, Igor, Juanmi y José Manuel, son quienes protagonizan estas páginas que tienen que ver con los retos del 8 de marzo de 2018 y que, desde ese día, han ocupado espacio en este periódico el 8 de cada mes. Hasta ahora han sido mujeres de diferentes profesiones u ocupaciones las que han hablado en este espacio, pero este enero les toca a ellos, hombres preocupados por la igualdad y el feminismo que, aseguran, no quieren robar protagonismo, sino simplemente escuchar lo que tienen que decir para comprenderlas mejor.
Hace algo más de un mes, Arrasate vivió un encuentro del grupo de hombres por la igualdad, denominado 'Una experiencia de transformación personal y colectiva'. Juanma, creador del colectivo bilbaíno Piper Txuria, fue el coordinador de un evento que ahora quiere trasladarse a la Universidad. Se busca implicar a los alumnos que acuden a Mondragon Unibertsitatea, aunque todos son conscientes de que es complicado implicar a varones en esta lucha por la igualdad y por un cambio de modelo.
«Queremos cambiar el modelo masculino que impera en la sociedad y apoyar la igualdad»
iker carrasco, licenciado en Filosofía
Para empezar, dicen, porque se tratan cuestiones que poco tienen que ver con las conversaciones más habituales entre hombres, charlas que tienen más relación con el fútbol que con los sentimientos. Pero también porque los colectivos feministas les miran con cierto recelo. No es lo habitual encontrarse con este tipo de grupos.
«No vamos a sustituir a estos grupos en la esfera pública, tienen que ser las mujeres quienes protagonicen todo el proceso, pero creemos que sí podemos revisar nuestros privilegios e intentar cambiar los espacios muy masculinizados», comenta Igor, que reconoce que su participación en estos colectivos de hombres ha sido discontinua y que a veces se corre el riesgo de convertirse en un grupo de terapia.
Juanmi insiste en que es importante reflexionar sobre asuntos masculinos, «sobre nuestro papel. Se nos entrena para convertirnos en opresores de las mujeres en un mundo de construcción masculina».
Solo hombres
¿Grupos solo de hombres? «A mí no me molesta», dice Juanmi, mientras José Manuel Corcuera, un hombre inquieto de 80 años, cree que sería positivo «compartir espacio de reflexión también con las mujeres, para conectar ambos mundos». Iker, de poco más de 30, cree que «no parece que les hagamos mucha falta».
«Sería positivo compartir espacios de reflexión con mujeres para conectar ambos mundos»
jose manuel corcuera, profesor jubilado
«En su momento organizamos un encuentro con las feministas del valle, pero no les gustó demasiado la convocatoria conjunta. Se preguntaban para qué las queríamos, qué pintábamos en todo esto. La conclusión que saqué es que las mujeres necesitan sus espacios y que desconfiaban de nosotros. Pero nosotros no queremos invadir su esfera. Lo que precisamos es que nos cuenten qué es lo que sienten de forma directa. Yo me quedé alucinado cuando me explicaron ese miedo que sienten cuando van por la calle solas, lo mal que lo pasan. Me pareció increíble cuando lo oí de forma directa y supe de ese terror de cerca. Porque nosotros no lo tenemos interiorizado como ellas».
Igor, el concejal, entiende que los grupos feministas miren a los incipientes grupos de hombres por la igualdad con ese cierto recelo. «La verdad es que no me extraña. Nosotros disfrutamos de unos privilegios, tenemos bastante responsabilidad a la hora de revisarlos porque producen dominación física y económica. Los hombres lo hemos monopolizado todo, no hemos sufrido el acoso ni historias como esas. Pero queremos que ellas sepan que estos grupos tienen una cierta utilidad, la primera, compartir esa reflexión entre nosotros».
Esas preguntas
¿Se sienten culpables por no poder dedicar más tiempo a sus hijos? ¿Por anteponer su carrera a su familia? ¿Quién se ocupa de sus niños? Mala suerte, ninguno tiene hijos, solo Juanmi se ocupa de la crianza de unos niños aunque no sean biológicos, y pese a que estas preguntas son habituales para las mujeres que trabajan, ellos reconocen que nunca se las plantearía ningún periodista. Porque son chicos.
«Podemos revisar nuestros privilegios e intentar cambiar los espacios masculinizados»
igor urizar, concejal de baleike
Coinciden en la presión de la familia que se suma a la social. José Manuel, soltero, desconoce si todas las mujeres son como su madre, ya fallecida, o como su hermana, siempre preocupadas por el aspecto físico o el atuendo que lleva él cada día. «Lo hacen por cariño, supongo». «O porque creen que ellas serán las juzgadas por el aspecto que tengas tú», apunta Juanmi. Iker no se viste como quisiera -«tengo una falda que me regalaron y me encantaría ponerme»-, por su familia. «Los espacios públicos son muy machistas y están masculinizados. Y eso tampoco es bueno para nosotros. En eso también deberíamos pensar».
No quieren hablar de identidad de género sino de modelo imperante. Iker se niega a que lo más característico de él sea que es un hombre, «porque soy muchas más cosas». Igor a que en un Pleno municipal le llamen señor y a su compañera de grupo político, señorita.
¿Qué lleva a un hombre de 80 años como José Manuel a entrar en un grupo de estas características? «Participo en lugares en los que son importantes los sentimientos, espacios que están poco generalizados y en los que se busca el crecimiento personal y se utiliza la comunicación. En lo que se refiere a la igualdad también es importante escuchar», asegura. Abre y cierra el local en el que se reúnen y que está destinado a ONG y tiene esperanzas en que el proyecto cuaje entre los más jóvenes ahora que va a dar el salto a las aulas universitarias.
«Es difícil encontrar motivación para que los hombres se apunten a estos grupos»
Juan Manuel Feito, coordinador de igualdad
Iker matiza que el machismo es ejercer el dominio y hacerlo sin rubor, aunque cuenta su experiencia con compañeras de piso que le llamaron cuando apareció un ratón o para llevar pesos. «Eso es otra cosa», le recrimina Igor. «Sí, también hay quien dice que la promiscuidad es machista, pero a mí me gusta vivir en distintos países y no puedo comprometerme».
En lo que sí coinciden los cuatro es en que son los jubilados y las mujeres los que han protagonizado las revoluciones del año que acaba de terminar. «Han sabido unirse y salir a la calle. Como hombres tenemos que aprender a organizarnos así», afirman.
«¿Qué vas a tener, un niño o una niña?»
«¿Va a ser niño o niña? Es lo primero que se pregunta a una mujer embarazada, si va a tener un niño o una niña. En el fondo todos intuimos que eso será fundamental para el resto de su vida. Y eso no tendría por qué ser así». Pero lo es. Como el control que existe entre parejas de adolescentes y del que ellos, pese a su juventud, se asombran, o de que alguien recele por si quieren ser 'los guays' de la zona con eso del apoyo a las mujeres. Juanma Feita lleva años con la coordinación de estos grupos, con el trabajo de la masculinidad. «La verdad es que es difícil encontrar motivación para que los hombres se apunten a estos grupos. Muchas veces llegan con ganas, pero al cabo del tiempo los grupos desaparecen. Tenemos que intentar que sean permanentes».
¿Tienes una suscripción? Inicia sesión