«Repugnante» atraco mortal en Tolosa
Mataron al vigilante del Banco de Tolosa para robar 44.000 pesetas
Las noticias sobre atracos a bancos siempre interesan, hasta el punto de haber provocado todo un género cinematográfico. Si además están narradas al viejo estilo ... periodístico, tienen una curiosidad añadida. Como esta que encontramos en EL DIARIO VASCO, edición del 4 de noviembre de 1950, con un impactante encabezamiento…
Los hechos ocurrieron en el Banco de Tolosa, en el número 3 de la calle San Francisco de la villa papelera. «El citado establecimiento –escribían hace 75 años- tiene unas escalinatas, cuya puerta de entrada se acostumbra a cerrar a las diez y media de la noche, momento que aprovecharon los atracadores para entrar y llevar a cabo el repugnante delito».
«Ruidos extraños»
Qué tarde cerraban los bancos. Y qué tiempos aquellos en que los serenos desempeñaban funciones cercanas a las de la policía. En aquel caso, un sereno tolosarra se acercó al banco y supuestamente habló con el vigilante o sereno del mismo, llamado Cástor…
«Sobre las once y cuarto de la noche del jueves, algunos vecinos de la calle de San Francisco, próximos al lugar del suceso, escucharon algunos ruidos extraños. Avisaron por teléfono a un conocido bar de la localidad para inquirir la presencia del sereno, y éste, acompañado de varios clientes, se aproximó al Banco de Tolosa, preguntando:
«- ¿Alguna novedad, Cástor?»
«- Ninguna –contestó una voz de dentro-; solamente que he tenido un pequeño vahído, pero se ha pasado ya».
Y añadían en DV: «Se despidieron. ¿Contestó el sereno realmente, o lo hizo, fingiendo que era él, alguno de los atracadores? Esto parece lo más probable». Misterio.
Cinco heridas mortales
Porque podía ser que el vigilante del Banco de Tolosa, Cástor Irazusta, de 67 años y muy popular en la localidad, estuviera ya muerto para entonces. Su cadáver apareció a la mañana siguiente en el despacho del director del banco.
Los atracadores, «escondidos en el establecimiento bancario, asaltaron al guardia, causándole cinco heridas mortales: dos en el cuello, una en el corazón y dos en el vientre, que causaron la muerte instantánea del sereno».
«Por la forma en que van dirigidas y la trayectoria del arma, hace suponer que don Cástor Irazusta fue sujetado por la espalda mientras se llevaba a efecto la comisión del horrible crimen y se depositaba el cadáver en un lugar apartado para evitar todo ruido delator».
Aquel atraco al Banco de Tolosa de hace 75 años impactó por la muerte del vigilante. Los atracadores, que no fueron capturados, tampoco se llevaron una excesiva cantidad de dinero.
Como escribieron en DV, «la serenidad y perfección de movimientos de los criminales autores de este horrible asalto que tanta indignación ha causado en la provincia, fue extraordinaria, pues operaron con la mayor tranquilidad».
«Revolvieron papeles y libros y varios cajones de la mesa de escritorio, donde hallaron las 44.000 pesetas robadas. La caja fuerte no consiguieron abrirla».
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