El 70% de guipuzcoanos mayores de 57 años quieren descargar a sus hijos de sus cuidados
Siete de cada diez quiere tener un equilibrio entre su proyecto de vida y la familia, según un estudio realizado con más de un millar de personas
La sociedad guipuzcoana cambia a pasos agigantados. Cada vez nacen menos niños y las generaciones del 'baby boom' representan ya casi el 22% de la ... población, lo que coloca a Gipuzkoa ante nuevos retos y desafíos dentro de un paradigma de longevidad. En este punto, la manera en la que se está dispuesto a cuidar y como se quiere recibir esa atención han cambiado también en los últimos años. Siete de cada diez guipuzcoanos mayores de 57 años quieren que sus hijos, hijas y familiares les acompañen en su vejez, pero no desean traspasarles la responsabilidad de cuidarles. Ni que les aseen, les alimenten o les cambien el pañal llegado el caso. Además, un 70% desea tener un equilibrio entre su proyecto de vida y la familia.
Estas son las principales conclusiones de un macroproyecto que se ha llevado a cabo en el territorio, donde durante un año más de un millar de ciudadanos han reflexionado sobre la vida con sentido y significado en la vejez. Para ello, se establecieron entre mayo y junio de 2024 seis grupos focales de discusión con personas de distintas edades y/o distintos momentos vitales: de 57 a 62 años que aún estaban trabajando, de 63 a 67 años recién jubiladas y de 70 años o más en una situación de jubilación ya consolidada.
«La idea de que nos cuidarán las hijas e hijos ha desaparecido», aseguró ayer Javier Yanguas, director de proyectos de la Fundación Aubixa y principal investigador del proyecto BIBE (Bizitza Berria eta Betea), una iniciativa enmarcada en el programa Berpiztu del Gobierno Vasco e impulsada por la Diputación Foral de Gipuzkoa a través de la Fundación Adinberri.
«La idea de que nos cuidarán las hijas o hijos ha desaparecido», asegura el experto Javier Yanguas
En el marco de este proyecto surgieron seis dimensiones sobre las que reflexionar: familia, cuidados, salud, relaciones y soledad, vida cotidiana, intergeneracionalidad y aportación al bien común. Uno de los cambios más relevantes que se ha observado es en las relaciones familiares, «principalmente en la búsqueda de un equilibrio entre la vida personal y la familia», explicó Yanguas. Así, siete de cada diez personas sienten «la necesidad y obligación de dar espacio a su proyecto de vida», un deseo manifestado especialmente por mujeres.
En la dimensión de relaciones, una de cada dos personas encuestadas tiene miedo a la soledad. «Son conscientes de las dificultades que existen de hacer nuevas relaciones y muchas se dan cuenta de que los anclajes que tenían en el pasado se han ido perdiendo por el camino», remarcó el experto en vejez, quien también hizo hincapié en la «quiebra de la relación entre distintas generaciones», ya que el 40% de las encuestadas se sienten lejos de los más jóvenes.
Vida plena
La búsqueda de una vida con sentido, con propósito, significativa, más allá de un envejecimiento activo, es también uno de los cambios más importantes con respecto a generaciones anteriores. Las personas muestran su deseo de vivir lo más plenamente posible el tiempo de vida que les queda. No obstante, entre el 30% y 40% de las encuestadas tienen dificultades para llevar una vida con sentido y para encontrar motivación.
La mitad de los mayores tiene miedo a la soledad y el 40% se siente lejos de los más jóvenes
La diputada general de Gipuzkoa, Eider Mendoza, reconoció la contribución de todas las personas que han participado en esta «iniciativa pionera» que, en su opinión, será «una referencia a seguir» ante los desafíos que, como sociedad, afronta el territorio como consecuencia de la transformación demográfica, así como de los «cambios culturales y sociales» que vivimos en el ámbito de los cuidados y de la longevidad.
«En un momento en el que Gipuzkoa está haciendo decididamente un esfuerzo de anticipación y de innovación en el cuidado de las personas mayores, es fundamental contar con la participación de las personas, con sus impresiones, sus vivencias y sus expectativas sobre la longevidad. Este proyecto nos anima a seguir en ese esfuerzo, reforzando la colaboración y la activación de la comunidad para, entre todas y todos, dotar de un sentido cada vez más humano a las políticas públicas en este ámbito y garantizar los cuidados de hoy y de mañana a todas las personas que puedan necesitarlas», destacó.
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