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Gipuzkoa reduce la desigualdad social pero se cronifica la exclusión más grave

Gipuzkoa reduce la desigualdad social pero se cronifica la exclusión más grave

La brecha de ingresos entre ricos y pobres se acorta y es una de las más equilibradas de la UE | La Diputación subraya la evolución positiva aunque admite que «es un hecho» que la pobreza severa sigue sin dar síntomas de mejoría

Arantxa Aldaz

San Sebastián

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Martes, 26 de junio 2018, 05:56

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La pobreza son personas con nombres y apellidos, pero la fotografía también necesita enfocarse con datos. Las últimas cifras aportadas ayer por la Diputación alimentan la recuperación económica y social en el territorio, que logra reducir la brecha de ingresos entre la población más rica y la más pobre. La distancia se ha acortado en concreto un 7% desde 2012. Esa evolución positiva sitúa a Gipuzkoa a la cabeza de los países europeos con menor desigualdad de la riqueza, unos brotes verdes que esconden al mismo tiempo claroscuros: «Es un hecho que los casos más graves de pobreza severa o exclusión se están cronificando», matizó el diputado general, Markel Olano, para no pecar de excesivo optimismo ante las dificultades que sigue pasando una parte de la población.

Es cierto que esa bolsa de pobreza se ha ido reduciendo tras el tsunami de la crisis que arrasó muchos hogares. Tras ese zarpazo, entre 2014 y 2016, 11.200 guipuzcoanos lograron superar las penurias económicas, un dato extraído de la Encuesta de Pobreza y Desigualdades que realiza el Gobierno Vasco y que ayer se recordó en la inauguración del curso 'Modelos de intervención en exclusión social', dentro de los Cursos de Verano de la UPV/EHU en el Palacio Miramar de Donostia.

El coeficiente Gini, el indicador más utilizado para medir la distancia en el nivel de renta de una población, también da buenas noticias. Sobre una puntuación de cien, un resultado cuanto más alto indica mayor concentración de riqueza, «de injusticia económica de una sociedad», apuntó el diputado general, que se mostró «satisfecho» de que Gipuzkoa no solo haya rebajado ese índice sino de que se sitúe por debajo de las cifras de España y en niveles de los países europeos con menor desigualdad social.

En concreto, en 2016 ese valor se situó en 25,3. En 2014 fue de 26,3 y dos años antes, en pleno impacto de la recesión, llegó a 27,2. «También en Euskadi, con 25,8, estamos por debajo del 30,8 de la Europa de los 28 y muy por debajo del 34,5 del Estado español, donde solo ha bajado una décima desde 2015», reflejó Olano.

La reducción de la desigualdad tiene que ver con la recuperación del empleo, lo que también está permitiendo descargar la demanda de la Renta de Garantía de Ingresos (RGI), la principal ayuda social para luchar contra la pobreza en Euskadi. Según los últimos datos publicados por Lanbide, en Gipuzkoa hay 13.651 personas que necesitan de ese ingreso mensual para cubrir las necesidades más básicas.

Las cifras están bajando mes a mes, casi a cuentagotas, una evolución deseada pero todavía lenta, que no alcanza todavía al escenario anterior a la crisis, probablemente ya inalcanzable. Olano defendió el sistema de garantía de ingresos como «un puente muy importante, pero tiene que ser temporal, no es un sustituto» al empleo, subrayó en su intervención.

En pleno debate sobre la futura reforma de la RGI, que debe pasar el trámite en el Parlamento Vasco, hizo hincapié en la importancia de la empleabilidad del colectivo de las personas en situación de exclusión. La receta no es universal ni sirve para todos los perfiles, de ahí la dificultad para que los perceptores de ayudas económicas puedan 'desengancharse' del sistema, al que también le acecha el fenómeno de la pobreza laboral, trabajadores que necesitan completar sus salarios bajos con la ayuda social para sortear la pobreza. «Somos conscientes de que en algunos casos de exclusión social, el empleo no es la solución a todos los problemas -admitió Olano-.

En algunos casos hay personas en exclusión de difícil empleabilidad, que precisan de un acompañamiento y tutorización específicos. Pero consideramos que el empleo ocupacional y el empleo normalizado son herramientas muy importantes, porque permiten trabajar muchos factores con cada persona», apoyó. «Tenemos que estar ahí apoyándoles para que hagan el recorrido que tienen que realizar», añadió el diputado general, para quien «es clave» utilizar la herramienta del empleo como lucha contra la exclusión.

Los datos

  • 25,3 es el coeficiente Gini de Gipuzkoa. El valor mide la distribución de la riqueza de una población. Cuanto más bajo, menos desigualdad.

  • 13.651 personas en Gipuzkoa cobran la Renta de Garantía de Ingresos, una cifra que sigue a la baja.

El compromiso foral se ha materializado en el plan 'Elkar Ekin', que nació al inicio de la legislatura tras la decisión de suprimir la AGI, la ayuda propia que había diseñado el anterior Gobierno foral de Bildu. El actual Ejecutivo ha defendido una nueva filosofía a través de las medidas enmarcadas en este programa que se apoya en la creación de empleo y en el acompañamiento personalizado en esos itinerarios laborales que ayuden a dejar la exclusión. «Se están generando oportunidades», remarcó Olano, insistiendo en el factor del empleo como parte de la solución para el objetivo marcado «de hacer de Gipuzkoa una de las regiones de Europa con menor desigualdad social», se comprometió.

«Los últimos en salir»

Ahora bien, esos signos positivos son compatibles con la realidad menos amable. Reducir la desigualdad puede lograrse al mismo tiempo que no se superan las situaciones de pobreza más grave. «Los primeros en entrar serán los últimos en salir», suelen recordar las entidades sociales para rebajar cualquier grado de entusiasmo ante la recuperación.

Los datos ofrecidos por la última encuesta de Condiciones de Vida realizada por el INE constata esa dualidad. La crisis económica se da por superada, pero sigue habiendo una parte de la población que no logra hacer pie. Una de cada cinco familias vascas no puede afrontar un gasto imprevisto o, ahora que llega el verano, no puede permitirse disfrutar de una semana de vacaciones fuera de casa. La encuesta constata el incremento en los sueldos, pero aún sitúa casi a una décima parte de la población vasca en la tasa de riesgo de pobreza. Desde la Diputación guipuzcoana, se insistió ayer en no quitar el foco a esa realidad. «La empleabilidad y la cohesión social están en el núcleo de la estrategia foral», concluyó Olano.

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