Rakel San Sebastian: «Buscamos aumentar dos años la esperanza de vida en Gipuzkoa para 2030»
Adinberri cubrirá las necesidades de atención y asistencia a mayores en Pasaia al tiempo que investigará mejoras para la calidad de vida de todos los guipuzcoanos
Adinberri ya está en marcha. El centro albergará en la bahía de Pasaia una residencia para personas mayores con 124 plazas, 18 apartamentos tutelados con ... 22 plazas, y un centro de día respondiendo al reto del envejecimiento poblacional. Además de la residencia, acogerá una zona de investigación, experimentación y testeo en la que se analizarán y desarrollarán cuestiones que permitan aumentar la esperanza y calidad de vida de los mayores, así como mejorar los cuidados. La directora general de la Fundación Adinberri, Rakel San Sebastian, explica los objetivos del centro, punta de lanza de la estrategia de Gipuzkoa por un envejecimiento saludable que, entre otras cosas, aspira a «elevar dos años la esperanza de vida en el territorio para 2030».
– Combinar residencia, apartamentos tutelados y centro de día parece novedoso. ¿Por qué se opta por este modelo?
– Este centro cumple un doble objetivo. Por un lado cubrir la demanda de plazas en la comarca de Oarsoaldea. Actualmente existe en Pasai San Pedro una residencia de 40 plazas que se ha quedado pequeña y este centro multiplica esa oferta. Y por otro, en el marco de la regeneración de la bahía queremos que Adinberri se convierta en un espacio de referencia en conocimiento, de nuevos modelos de atención y de negocio, fomentando elemprendizaje. Con todo ello contribuiremos a ese desarrollo económico de Pasaia y de la comarca.
- ¿Qué supone Adinberri para el resto de guipuzcoanos?
– Distinguimos el centro de referencia y la estrategia. Es un proyecto estratégico que nace del marco 'Etorkizuna Eraikiz' de la Diputación para abordar el reto de un envejecimiento activo y saludable. Esta estrategia a su vez se hace tangible en este centro. Llevamos desde 2018 trabajando en la estrategia de un ecosistema diverso y plural con un modelo de gobernanza colaborativa. Trabajamos con personas mayores de 55 años muy heterogéneas: hay personas activas, otras con capacidad más frágil, dependientes y cuidadores. Y a todos ellos hay que dar respuesta.
- Vamos, que es una de las grandes apuestas sociales de Gipuzkoa. ¿Por qué?
– Porque el envejecimiento es uno de los retos claves. Oímos hablar de pensiones, sanidad, relevos laborales... Todo un universo. Adinberri es un reto pero a su vez una oportunidad para nuestros ejes centrales: la innovación, tanto social como sociosanitaria, nuevos modelos de residencia, combatir las soledades... Pero también es una oportunidad económica de riqueza y empleo en este sector.
«Adinberri cubrirá la demanda asistencial de Oarsoaldea y será un espacio referente en innovación»
- Hablamos de una inversión histórica...
– Así es. El centro de referencia en sí mismo supone ya 66,4 millones de euros. Es un proyecto complejo que combina personas dependientes con pisos tutelados para las más activas, unmódulo en el que podemos incorporar asociaciones del municipio y donde podemos activar o desplegar programas de envejecimiento activo y saludable. Abarca todo el espectro del colectivo senior que estamos llevando a cabo desde hace 5 años.
– Profundice...
– Es un modelo que mira a futuro y en él se activan varias palancas. Entre ellas lo que es la innovación y la experimentación, y también la formación. Queremos que sea un centro pionero en el modelo de atención asistencial y también más personalizado, incorporando la innovación. Ahí Adinberri en lo que contribuye es en un plan de formación integral, sobre todo dirigido a profesionales de la atención y cuidados, ya que queremos profesionalizar este sector y hacerlo más atractivo. El propio centro tendrá un auditorio, que será una sala multiusos y que también queremos destinarla a la capacitación y a la formación, entre otras cosas. Este centro aspira a interactuar con toda la población pasaitarra. Su ubicación, en pleno centro urbano, ayuda a esta apertura de puertas a la ciudadanía, y a que sea un centro residencial integrado en la comunidad y en ambas direcciones. Que los vecinos acudan al centro, al auditorio, a la cafetería, a la peluquería... y a su vez que los propios usuarios del centro se sientan integrados en la comunidad.
– ¿Por qué se ha retrasado tanto el comienzo de las obras?
– Porque es una obra compleja por el lugar en el que está situada, y sobre todo por la pluralidad de autoridades, de instituciones que intervienen en esta ejecución. Están la Autoridad Portuaria, el Ayuntamiento de Pasaia, la Diputación y el Gobierno Vasco. Desde la desafectación en 2018, lo que hemos intentado es avanzar en esas tramitaciones que son complejas, llevan su tiempo y muchas veces no están en nuestras manos. Eso sí, me gustaría resaltar que la voluntad de las partes siempre ha sido muy positiva.
«El envejecimiento es uno de los retos clave del futuro y una oportunidad de generar empleo»
– ¿Para cuándo estará terminada la obra?
– El plazo de ejecución está estimado en 48 meses, es decir, cuatro años, partiendo desde el 26 de julio. Así que será en julio de 2027 si todo va sobre plazos, que esperemos que así sea. Tendremos que estar muy encima y se harán reuniones periódicas.
– Hablan de conexión con la comunidad e innovación. ¿En qué se concreta la innovación?
– Tiene muchas aristas. Como decía, tenemos una vertiente sociosanitaria mirando más los modelos de atención, pero también otra más económica que promueve proyectos innovadores.
«Trabajamos en un plan para fomentar las relaciones intergeneracionalesen el centro»
– ¿Han contemplado la posibilidad de compartir los apartamentos con gente joven y conseguir así un vínculo intergeneracional?
– Dentro de la estrategia Hariak, la referente a la soledad no deseada de Gipuzkoa, contemplamos también esa variable. Ahora estamos en pleno plan de actuación y una de las líneas de trabajo es precisamente la que atañe a esas relaciones y convivencias intergeneracionales. Ejemplo de ello fue cuando pusimos en marcha en Legazpi un proyecto en el que alumnos de la Mondragon Unibertsitatea trabajaron con personas mayores del municipio para diseñar y configurar espacios de interacción y convivencia en base a diferentes líneas de trabajo. Una puede ser la tecnología, donde los jóvenes enseñan a los mayores, y otra la gastronomía. Aquí son estos últimos quienes enseñan a los más pequeños. El objetivo es que interactúen mucho más.
– La esperanza de vida sigue aumentando, lo que supone un envejecimiento de población muy rápido. ¿Qué previsiones de actuación tiene la Diputación?
– Efectivamente somos un territorio puntero en lo que a la esperanza de vida se refiere. Estamos en 86 años en mujeres y en 81 en hombres, a la par de Singapur, Suiza o Japón. Pero lo que buscamos es mejorar la calidad de vida libre de discapacidad o de buena salud. Es decir, que nos llegue la dependencia lo más tarde posible. Tenemos como objetivo incrementar la esperanza de vida en dos años para 2030. Se trata de un proyecto ambicioso.
«El plazo previsto son 48 meses, así que el centro debería ser una realidad en 2027»
– ¿Cuáles son los retos principales de Adinberri?
– Tenemos seis retos identificados y priorizados en la estrategia, y uno muy importante es el de la prevención y promoción de la salud. Es decir, dar una atención integral a la fragilidad para prevenir la dependencia a través de cuatro dimensiones básicas: actividad física, alimentación saludable, estimulación cognitiva y relaciones sociales.
– ¿Y el resto?
– Hablamos de nuevos modelos de atención y cuidados, tanto en el hogar como en las residencias. El reto de la 'silver economy' como impulso y promoción de la actividad económica desde el mundo senior, de un modelo de envejecimiento basado en la autonomía, la participación social y el talento, todo ello en una sociedad cohesionada e inclusiva que combata la soledad y fomente la cooperación intergeneracional.
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